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Parcela de girasol en pasadas campañas. R. V.

Los problemas en la siembra de colza por falta de agua, refuerzan la apuesta por el girasol

La incertidumbre de precios y el retraso de la sementera hacen temer un descenso en la superficie dedicada al cereal

Jueves, 23 de octubre 2025, 21:44

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La aparición de las primeras precipitaciones esta semana, han dado poca tregua al campo, que vive un arranque de otoño muy complicado entre el retraso de la sementera y la incertidumbre sobre qué cultivo es idóneo para obtener cierta rentabilidad en esta campaña.

A pesar de que ha llovido varios días seguidos, los agricultores consideran que no ha sido suficiente. Solo algunos productores han optado, in extremis, por realizar la siembra de la colza para aprovechar las semillas que tenían en casa, pero con pocas esperanzas de salir triunfantes de esa decisión. En cuanto al cereal, la «poca alegría» que se ve en las labores del campo ahora mismo, ha agudizado la crisis sobre qué hacer esta campaña. Un gran número de agricultores auguran que la superficie de trigo y cebada bajará de cara a la próxima cosecha debido a las difíciles circunstancias que se están viviendo ante la caída de precios y la escasa esperanza de que despeguen en un futuro próximo.

«No ha llovido nada, ya a estas alturas son necesarios entre 40 y 50 litros para que podamos realizar las labores en condiciones», considera Pedro Pablo Ballesteros, agricultor de la provincia de Zamora. En el mismo sentido se posiciona Mateo Muñoz, productor de Cigales, que incide en que con estas precipitaciones solo se ha podido comenzar a mover algunas tierras «para empezar a hacer algo y no estar parados». La situación es similar en la provincia de Burgos, según detalla el agricultor Daniel Maestre, quien confirma que «está todo muy parado». Todos coinciden en que la situación meteorológica, las malas condiciones en las que se han realizado las pocas siembras de colza, y los retrasos para emprender labores en el cereal, unidos a la situación que viven los precios, han desembocado en el desánimo generalizado.

«En mi opinión, este año se va a sembrar una superficie menor de cereal por la situación de rentabilidad y por todo lo que estamos viviendo», considera Muñoz. Ballesteros refrenda que la opinión generalizada que se escucha en su zona apunta también a esa misma línea, aunque considera que, luego, «el descenso será menor del pronosticado porque al final se terminará apostando por el trigo y la cebada».

Lo que es una realidad, según los agricultores, es el descenso que se experimentará en la campaña de colza en terrenos de secano. «No se ha podido sembrar y los que lo han hecho, muchos de ellos no tendrán resultado y habrá que resembrar», apunta el agricultor de Toro. Por ello, y viendo la rentabilidad que ha tenido este año, se prevé un aumento de la superficie de girasol. En cualquier caso, dependiendo de cómo sea esa subida de las hectáreas también repercutirá en esa rentabilidad. «Estamos hablando que se está tomando de referencia el precio al que se está pagando ahora, que es muy bueno, pero si todos sembramos girasol y se sobredimensiona, en el futuro no se tendrá la misma rentabilidad, eso está claro», incide el agricultor de Cigales. Algo en lo que coincide con Daniel Maestre, quien considera que si sube la superficie de girasol por el efecto llamada de los precios que se han vivido en la última campaña, el resultado será el desequilibrio entre la oferta y la demanda. «Si eso sucede, no se va a vivir el momento dulce de precios de esta última campaña, siempre ocurre», puntualiza el productor burgalés.

Cultivos alternativos

En este contexto que vive el campo de la región, Mateo Muñoz desvela que la situación del cereal le ha llevado a buscar cultivos alternativos en su superficie de regadío. En este sentido, detalla que ha apostado por seguir con adormidera, un cultivo «que es complicado, no todo el mundo se decide, pero ya he optado por él en otras campañas y voy a seguir con él». Añade que, en parte de sus parcelas de riego, ha decidido también apostar por los guisantes. «He optado por abrirme a otro tipo de cultivos, viendo la situación que se está viviendo en el cereal, no hay rentabilidad, este año hemos salvado porque venía una cosecha muy buen en producción, pero el futuro es muy incierto, y si esto sigue así, es mejor no sembrar y utilizar ese dinero para invertir en un piso», asegura.

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