Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Zoom es un buen ejemplo de lo que ha sucedido en el sector tecnológico con la pandemia. Antes del Covid, el programa de videollamadas era un gran desconocido. Sin embargo, los confinamientos lo convirtieron en un elemento indispensable para el teletrabajo y en un salvadidas para las empresas. Aunque en 2017 ya había adquirido el tamaño de un unicornio -como se conoce a las empresas valoradas en más de 1.000 millones de dólares-, la 'startup' fundada en 2011 por Eric Yuan se vio desbordada por la demanda y lanzó una ambiciosa campaña de reclutamiento para aprovechar la ola: contrató a más de 500 ingenieros en solo dos ciudades de Estados Unidos e inauguró un centro tecnológico en India y otro de datos en Singapur. Como consecuencia, Zoom triplicó la plantilla en solo dos años.
Los inversores apoyaron estas decisiones con razones de peso: las acciones de Zoom en 2020 se dispararon desde los 67 dólares que costaban al arranque del año hasta los 559 de su pico de octubre. Por su parte, los ejecutivos de la empresa estaban convencidos de que el coronavirus iba a cambiar para siempre la forma de trabajar en las oficinas de todo el mundo, y de que el teletrabajo sobreviviría a la pandemia aunque fuese diluído en un modelo híbrido. En definitiva, el negocio estaba asegurado.
Pero no fue así, y la burbuja comenzó a desinflarse en 2021 a pesar de que Zoom añadía nuevos productos y servicios a su catálogo. Ese año, la cotización en bolsa de la empresa cayó en torno al 40%, de forma proporcional a la reincorporación de las plantillas al trabajo presencial de siempre. Hoy, sus acciones cuestan lo mismo que antes de la pandemia, y, aunque el uso de la aplicación está mucho más generalizada que en 2019, los números no justifican una plantilla tan abultada. Así que en febrero de 2023 la compañía se vio obligada a despedir a 1.300 trabajadores -un 15% del personal en nómina-, y el propio Yuan se bajó el sueldo un 98%.
«Ahora que el mundo se adapta a la vida pospandemia, vemos que los negocios todavía utilizan Zoom. Pero la incertidumbre en la economía global y su efecto en nuestros clientes nos obligan a hacer una dura introspección para reiniciar el negocio y sortear este entorno económico adverso», escribió el directivo para justificar unos recortes que parecen un juego de niños si se comparan con lo que ha sucedido en otras empresas.
Porque, durante el primer año de la pandemia, Meta contrató a 13.000 personas y Amazon engordó su plantilla con nada menos que 400.000 trabajadores nuevos. Sus servicios fueron esenciales para distribuir todo lo que la gente no podía comprar en comercios físicos y para mantenernos entretenidos durante tantos días de encierro. Para muchos empleados en hostelería, uno de los sectores que más despidos tuvieron que hacer para mantenerse a flote, las plataformas de comercio electrónico también fueron un salvavidas económico.
Pero la bonanza no iba a durar para siempre. 2023 se ha convertido en uno de los peores 'annus horribilis' de las empresas de internet, que no han dudado en soltar lastre. La sangría comenzó en enero, cuando Amazon se deshizo de 18.000 trabajadores de golpe. Le siguieron en los siguientes días Salesforce -8.000 despidos-, Microsoft -10.000-, Google -12.000-, IBM -3.600-, y SAP -2.800-. Se cerró así un enero negro en el que más de 80.000 personas perdieron su puesto. Y los golpes se han ido sucediendo durante todo el año -Spotify o Twitter también los han dado- hasta afectar a más de 250.000 trabajadores en todo el sector. Es casi un 50% más que en 2022.
De esta forma, en Estados Unidos se ha dado la vuelta a la tortilla de una forma sorprendente: se ha pasado de 'la gran dimisión', como se conoció al movimiento de quienes dejaban sus trabajos hastiados y provocaban una escasez de talento sin precedentes, al gran finiquito, en el que las empresas tecnológicas adelgazan sus nóminas. Y no solo sucede en la superpotencia americana: también lo han anunciado 'telecos' como British Telecom, Vodafone o Telefónica. La española ha aducido un «excedente funcional» para proponer la baja incentivada de más de 5.000 trabajadores.
Aunque los analistas señalan que los perfiles más avanzados -sobre todo los especializados en 'big data' e inteligencia artificial- siguen estando muy cotizados, lo cierto es que los sueldos han comenzado a caer. Según el informe anual de Hired han retrocedido un 3%, que es un porcentaje mucho más significativo de lo que parece si se tiene en cuenta la espiral inflacionista que ha arrasado con el poder adquisitivo de los trabajadores en todo el mundo. «La combinación da como resultado los salarios más bajos de los últimos cinco años», subraya Hired.
El horizonte no es especialmente halagüeño. No en vano, esta semana Amazon ha anunciado nuevos despidos en sus estudios y en su red social Twitch. Aunque los tipos de interés han comenzado a aflojar, todo apunta a que la economía global se está ralentizando, un proceso que se trasladará al consumo, cuyo comportamiento ha estado dopado por el ahorro embolsado durante la pandemia. Eso explica la previsión de que en 2024 los despidos en el sector tecnológico no resulten tan acusados como en 2023, porque ya ha pasado la guadaña, pero se generalicen en otros ámbitos. No en vano, desde el financiero hasta el comercial ya ha comenzado a meter la tijera.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.