Consejos por si te pica una garrapata
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Consejos por si te pica una garrapata
¿Hay más garrapatas ahora que antes?Julia Fernández
Martes, 16 de julio 2024, 18:29
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Visualice una pradera verde salpicada de árboles y arbustos, el sol brillando en lo alto, una ligera brisa refrescante, el cascabeleo del río y a lo lejos el sonido de los cencerros de las vacas. Seguro que le dan ganas de tumbarse, cerrar los ojos y dejar que pase el tiempo. Pues ojo, que la pradera trae regalito: garrapatas. Desde esta primavera, los expertos están muy pendientes del tema porque, al parecer, hay más que nunca. Cataluña y Aragón han lanzado sendas alertas, y también preocupan en León, donde el año pasado hubo ocho casos graves por picaduras de este parásito.
Suelen estar activas en primavera y verano, pero su 'temporada alta' cada vez es más larga por «los otoños suaves y los inviernos benignos» que se están produciendo. «La migración de animales, la urbanización descontrolada y el calentamiento global» han facilitado su propagación, explica Raúl Rivas, catedrático de Microbiología en la Universidad de Salamanca. Y aunque son unos bichos muy pequeños, son ciertamente peligrosos. Se alimentan de sangre humana y animal y, a la vez, pueden transmitir muchas enfermedades.
La más famosa es la enfermedad de Lyme, una infección que afecta a la piel, las articulaciones, los músculos, el sistema nervioso y el corazón con consecuencias graves si no se trata. Pero también causa encefalitis y diversas fiebres, incluida la hemorrágica, que acabó con la vida de un hombre de avanzada edad en Salamanca en mayo.
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Julia Fernández
Las garrapatas viven donde hay animales, y especialmente en zonas con vegetación espesa, como bosques y brezales. Pero también las podemos encontrar en zonas verdes urbanas y en parques. Los que tienen perro lo saben bien. Por eso, la primera recomendación es que a la vuelta del monte comprobemos que no nos hemos traído una nueva inquilina a casa.
Estos parásitos muerden, succionan sangre y a la vez inyectan un cóctel de sustancias analgésicas donde viajan los patógenos. Además, como son oscuros, pequeños y planos, a veces pueden pasar desapercibidos o ser confundidos con una peca o un lunar. Al actuar «como una jeringuilla» es cuando nos puede transmitir todo tipo de enfermedades. «Solo en EE UU, son responsables de más del 95 % de los casos de enfermedades transmitidas por vectores», ilustra Rivas.
No obstante, no hay que tener miedo puesto que si seguimos unas reglas básicas no vamos a encontrarnos en situaciones extremas. Lo primero es lo que decíamos antes: revisarnos bien cuando volvemos del bosque. Para reducir las posibilidades de que se adhiera, lo conveniente es utilizar ropa adecuada: zapato cerrado, y calcetines altos, en los que meteremos la pernera de los pantalones, que también han de ser largos. Así, no queda piel al descubierto. Las partes de arriba deberían tener manga hasta la muñeca. Y si podemos elegir, que toda la ropa sea de tonos claros porque veremos fácilmente al bicho.
Si pese a todo, al regresar a casa nos encontramos con alguna sorpresa, lo primero es avisar a nuestro médico y seguir sus indicaciones. En la mayoría de los casos, nos la quitarán en nuestro centro de salud y todo quedará en una anécdota. Si no podemos ir, tendremos que ser nosotros quienes lo hagamos. «Cuanto antes actuemos, mejor», señala Fidel Fuentes, jefe de los servicios de Urgencias de IMQ. Como norma general, el parásito tarda entre 24 y 48 horas en empezar a alimentarse de la sangre, así que cuanto menos esté en contacto con nostros, menos posiblidades de enfermar. Y esto sí que es importante saber hacerlo. Ni vaselina, ni gasolina, ni aceite, ni esmalte de uñas, ni cigarrillos encendidos servirán para que se desprenda de nuestra piel. Al contrario, pueden estimularla para que siga inyectando fluidos.
El procedimiento adecuado incluye usar «unas pinzas curvas y romas para agarrarla», explica el galeno. En muchas farmacias y tiendas de deportes encontrarás unas especiales para ello. Tiramos suave pero firme «de forma perpendicular» para extraerla. No hay que aplastarla ni perforarla. Una vez logrado, «nos lavamos bien con yodo o clorhexidina» y vemos si hemos conseguido nuestro objetivo. Si alguna parte de la boca de la garrapata queda en la piel, no intervengas: será expulsada por su cuenta. Y de todos modos, «consulta con tu médico de cabecera. Lógicamente, tenemos que estar vigilantes durante los 10-15 días posteriores por si sentimos cualquier malestar.
Si tienes la mala suerte de que acabas con una garrapata en tu piel y tienes que extraerla, no la tires. Es conveniente guardarla en un bolsa con cierre sellado. También es útil llevarla al centro médico. A los sanitarios les interesa ver su tamaño y su color, también saber cuánto tiempo llevaba adherida y si estaba llena de sangre.
En algunos casos, además, mandan analizarla porque hay nada menos que «900 tipos en todo el mundo», precisa el catedrático Raúl Rivas. Aunque en Europa las que más preocupan son dos. La primera es la 'Ixodes ricinus', que puede transmitir la enfermedad de Lyme y la encefalitis. La segunda es la 'Hyalomma marginatum', que podría pasarnos la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.
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