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La sal favorece la demencia

La sal favorece la demencia

Un estudio japonés alerta de que el consumo excesivo de cloruro sódico provoca no sólo hipertensión, sino también daño cognitivo

Martes, 30 de mayo 2023, 18:06

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El consumo excesivo de sal es peor de lo que se suponía. Un estudio japonés conocido hoy lo relaciona también con deterioro cerebral y la aparición de demencia, que es el trastorno que más amenaza el lógico bienestar que cabría esperar con la creciente esperanza de vida. Las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, que siguen siendo las patologías que más matan, disponen de tratamientos más o menos eficaces. Pero frente a los trastornos cognitivos propios de la edad, no hay medicina eficaz disponible. Nada, solo prevención y atención paliativa. De ahí la enorme importancia de esta investigación.

El trabajo lo firma la Universidad de Salud de Fujita y lo publica la revista científica 'British Journal of Pharmacology'. En él, se identifican dos sistemas fisiológicos inducidos por el consumo elevado de sodio. Uno de ellos tiene que ver con la hipertensión, cuya relación era más conocida, y el otro con el deterioro cognitivo, que es algo más nuevo quizás no tanto para los profesionales de la salud, pero sí para la mayoría de la población.

«Hemos demostrado que el consumo excesivo de sal resulta ser un factor de riesgo de hipertensión, disfunción cognitiva y demencia. Necesitamos más estudios que analicen el impacto de esa ingesta en el funcionamiento general de los sistemas nervioso central y periférico», afirma el autor del trabajo, el investigador Hisayoshi Kubota.

La razón por la que la sal estaría directamente relacionada con las demencias es el hallazgo de que un exceso de fosfatos en una proteína llamada tau parece ser la principal causa de las consecuencias emocionales y cognitivas de su consumo. La tau no es una moléculas cualquiera. Es una de las dos sustancias –la otra se llama betaamiloide– que más estrechamente se sabe que están relacionadas con el alzhéimer y el resto de las demencias.

Alentador, pese a todo

La tau es la proteína causante de un fenómeno conocido como ovillos neuronales, que impide la comunicación entre neuronas; y que se da en todas esas enfermedades. No se sabe si el mal funcionamiento de estas dos proteínas es causa o consecuencia de la enfermedad, pero sí que desempeñan un papel fundamental en su desarrollo. El hallazgo es fruto de una investigación con ratones-modelo en los que se analizaron los efectos de la ingesta de cloruro sódico sobre la hipertensión como sobre la función emocional y cognitiva.

Los resultados fueron «notables, pero también alentadores», porque –según explican los científicos– la administración de un fármacos hipertensivos y la eliminación de un gen lograron revertir los cambios bioquímicos detectados en los animales. Aunque todo esto no llegue a traducirse en nuevas terapias – que es lo que busca toda investigación– las conclusiones del trabajo resultan muy alentadoras, por dos razones.

Sin terapias, solo prevención

Desde el punto de vista preventivo saber que regular el consumo de un producto protege, ayuda, porque las demencias carecen de un tratamiento propio. El coste económico y social de las enfermedades neurodegenerativas va además en aumento, en paralelo al envejecimiento de la población. «El desarrollo de terapias preventivas, también terapéuticas, parece fundamental con una población que envejece rápidamente», defiende el profesor Akihiro Mouri, coautor del trabajo.

Según las estadísticas, España ha conseguido reducir de manera importante su consumo de sal en los últimos diez años. En 2012, los españoles consumían 9,7 gramos diarios, casi el doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, que es cinco. Algunos trabajos apuntan a que esa cifra se ha ido conteniendo hasta entrar dentro de los parámetros de la OMS, quizás por prescripción facultativa, dado precisamente el creciente envejecimiento de la población.

¿Hay que reducirla o eliminarla de la dieta?

Javier Aranceta, médico nutricionista.

El aporte extra de sal en las comidas es lo peor, según coinciden cardiólogos, nutricionistas y neurólogos. Esa pizca eleva el riesgo de muerte prematura en un 28%, según un trabajo publicado el año pasado en la revista de la Sociedad Europea de Cardiología 'European Heart Journal'. ¿Debe suprimirse su consumo por completo?

Tiene la respuesa el médico nutricionista Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria. «Definitivamente, no», contesta contundente. «Debe moderarse, pero noeliminarse. El problema de la sal es el sodio que contiene, que favorece una mayor presión arterial». La fluidez de la sangre y el funcionamiento normal de las células también dependen de la adecuada presencia de sal en el organismo.

Una buena forma de controlar el sodio que se ingiere es apostar por sales bajas en este mineral y especialmente por las de roca, que tienen la ventaja de carecer de contaminantes marinos. La ingesta de alimentos ricos en potasio también ayuda a equilibrar su efecto.

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