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¿Mantienes actualizados tus dispositivos? Deberías...

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Brechas de seguridad, problemas de rendimiento y otros inconvenientes aparejados al 'Internet de las cosas'

J. Castillo

Domingo, 15 de septiembre 2024, 18:50

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Vivimos en la era del llamado Internet de las cosas ('IoT' por sus siglas en inglés): cuesta encontrar aparatos que no se encuentren conectados a la red de redes, incluidos aquellos que a priori no necesitan estarlo. Así, además del ordenador, la televisión o el reloj inteligente, podemos encontrar en el mercado frigoríficos, cafeteras e incluso tostadoras con WiFi, que podemos controlar desde cualquier parte gracias a nuestro smartphone.

Esta hiperconectividad, sin embargo, nos obliga a estar alerta: los ciberdelincuentes aprovechan cualquier agujero de seguridad para colarse en los dispositivos y hacer de las suyas (ya lo hemos visto respecto a los televisores y los smartwatches, de hecho). Por esto mismo, cada fabricante acostumbra a lanzar actualizaciones gratuitas que, en algunos casos, se descargan e instalan automáticamente. En otros, son los propios usuarios quienes tienen que preocuparse del proceso, asegurándose periódicamente de que cuentan con la última versión del sistema operativo disponible para cada producto.

A este último respecto, la preocupante realidad es que la mayoría de personas tan siquiera conoce la versión vigente en los aparatos que tienen por casa. Es común encontrarse móviles que mantienen la misma versión de iOS y Android que venía instalada cuando fueron adquiridos, hace ya algunos años. También dispositivos domóticos (del hogar inteligente, como bombillas, estores, termostatos...) cuyas actualizaciones dependen de que instalemos una aplicación en el smartphone; app que no vuelve a consultarse una vez completado el proceso de configuración.

Todo son ventajas

Consciente de esta situación, la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI, dependiente del Instituto Nacional de Ciberseguridad) ha descrito los principales riesgos de no mantener nuestros gadgets 'al día':

Vulnerabilidades: «Si no actualizas tus dispositivos IoT, pueden tener fallos que podrían ser aprovechados por los ciberdelincuentes para múltiples fines», explican los expertos de la OSI.

Compromisos de privacidad: Teniendo en cuenta que los aparatos electrónicos almacenan cada vez más información personal, siempre está el riesgo de que alguien la recopile y use para cometer estafas o promoverlas entre nuestros contactos. A no ser que contemos con los últimos parches de seguridad lanzados por cada compañía.

Instalación de programas maliciosos: Las mentadas brechas de seguridad pueden conducir, a su vez, a la instalación a distancia y sin nuestro consentimiento de aplicaciones maliciosas (referidas como 'malware'). En este sentido, la OSI advierte de que «si un dispositivo queda infectado -lo que a menudo resulta difícil de detectar-, algunos de estos programas pueden propagarse a otros dispositivos de la casa que estén conectados a la misma red».

Caída del rendimiento: Es cierto que, por la obsolescencia programada, la mayoría de dispositivos tienden a funcionar peor con los años. Bien por la degradación de sus componentes, bien porque el fabricante les incorpore funciones demasiado exigentes. No obstante, si nuestro móvil o televisor funcionan cada vez peor, también puede ser porque se encuentren desactualizados.

En el otro lado de la balanza, el de las ventajas asociadas a las actualizaciones de marras, la OSI recalca la posibilidad de cambiar la configuración predeterminada del dispositivo «para que sea más segura», la corrección de fallos conocidos y la actualización de contraseñas predeterminadas: «Los dispositivos a veces vienen con contraseñas por defecto que son ampliamente conocidas y pueden ser fácilmente explotadas, como pueden ser '1234', 'admin' o '1111'. Las actualizaciones pueden permitir cambiar estas contraseñas o forzar a los usuarios a establecer contraseñas fuertes».

Además, estas actualizaciones pueden reforzar los mecanismos de autenticación de los aparatos («indispensables para garantizar que solo los usuarios autorizados tienen acceso al dispositivo y a sus funciones») y actualizar las políticas de privacidad y consentimiento de los distintos fabricantes. Ésto «podría abordar problemas relacionados con la privacidad del usuario (incluyendo la forma en que se recopilan, almacenan y comparten los datos del dispositivo), garantizándose así un mayor cumplimiento de las regulaciones de privacidad».

Cómo saber si tu dispositivo está actualizado

En este punto se presentan varias posibilidades. Si el aparato en cuestión cuenta con un menú de configuración o ajustes, tan solo debemos dirigirnos a la opción 'actualización del sistema' (o similar) para que compruebe al instante la versión del sistema operativo instalada y si existe una nueva. En dicho caso bastará con pulsar sobre 'actualizar' para que comience su descarga e instalación automática, lo que a menudo implica varios minutos de espera y el apagado momentáneo del terminal.

Si el electrodoméstico conectado que queremos actualizar no cuenta con pantalla, lo más normal es que tenga aparejada una aplicación para el móvil. Debemos instalarla (encontraremos su nombre en el manual de instrucciones) y buscar ahí la opción de actualización de software o firmware, que son los términos anglosajones comúnmente utilizados.

Para los aparatos más viejos (algunos modelos de auriculares, por ejemplo) puede que tengamos que conectarlos a un ordenador tras descargar y ejecutar un programa de actualización en la página web del fabricante que corresponda. Claro que también puede ocurrir, como indicábamos, que las actualizaciones se instalen solas conforme se lanzan. Es lo que ocurre con los AirPods de Apple, siempre y cuando se encuentren cerca del iPhone al que estén vinculados.

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