Las decisiones finales de las cumbres del clima se toman en la prórroga

La tradición de las cumbres climáticas apunta a que prácticamente casi ninguna de ellas acaba en la fecha fijada. De hecho, en la última década todas ellas son las más largas de la historia. Sacar adelante la declaración final de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático necesita consenso entre todas ellas y la presión es cada vez mayor, ya sea por los grupos de presión o por los efectos del cambio climático.

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En estos encuentros multilaterales, la excepción es acabar a tiempo. Un éxito de otro siglo, ya que todas las COP celebradas desde el año 2000 han tenido que tomar tiempo extra para lograr un acuerdo. Desde la sexta celebrada en La Haya (Países Bajos) hasta Sharm el-Seij (Egipto), sólo una de ella terminó a su debido momento: la COP9 de Milán (Italia).

En la lista ya se incluye Dubái, aunque queda por ver si será una de las más extensas de la historia, un galardón que tiene Madrid en 2019. La COP25 comenzó el viernes 2 de diciembre y se alargó hasta el día 15, 43 horas y 54 minutos después del cierre oficial planificado.

El patrón se cumple en los últimos 22 años, reuniones hasta altas horas, tiras y aflojas y comunicados de acuerdos a horas intempestivas. La cumbre del clima de Lima (COP20) se cerró a las 3:20 horas de la madrugada con una declaración que permitió, un año después, alcanzar el famoso Acuerdo de París.

Entre las delegaciones y partes hay diferentes apuestas: miércoles, jueves e, incluso, viernes. De momento, a varios trabajadores de la organización les han pedido que extiendan su estancia, como mínimo, hasta el próximo jueves.