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Humo de la chimenea de un edificio. Manuel Brágimo
España, a la cola en calefacción limpia en Europa por «políticas obsoletas», según un informe

España, a la cola en calefacción limpia en Europa por «políticas obsoletas», según un informe

La calefacción y también la refrigeración son responsables entre el 10 y el 12% de las emisiones globales de CO2

Lunes, 21 de octubre 2024, 10:23

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Con carbón, con gas, con gasóleo, con leña y algunos, unos pocos, con electricidad y hasta bombas de calor. La forma en la que los españoles calientan sus hogares en las temporadas más frías es muy diversa. Aunque la hoja de ruta de Bruselas para lograr la descarbonización de los Estados miembro puede cambiar los planes de muchas familias.

La calefacción y también la refrigeración son responsables entre el 10 y el 12% de las emisiones globales de CO2, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). En España, afirma el informe 'Demanda de calor en los hogares' de la Fundación Naturgy, el sector residencial representa aproximadamente un 17% del total del consumo de energía, del cual cerca del 40% se corresponde con el consumo energético asociado a la calefacción de las viviendas. «Aumentar la electrificación de los sectores de la edificación, sobre todo en climatización, es una cuenta pendiente para España y una medida tanto de adaptación como de mitigación», explica Ismael Morales, responsable de políticas climáticas de Fundación Renovables.

España, de hecho, es uno de los países comunitarios más rezagados en la electrificación del sistema de calefacción. Una investigación realizada por el think tank polaco Reform Institute, titulado Is Europe on track to deliver a heat pump roll out? coloca a España en el penúltimo lugar de los países analizados, con una puntuación de 51 sobre 100. «Es inaceptable que la transición de la calefacción siga estancada por políticas obsoletas», advierte Davide Sabbadin, responsable de política climática en la Oficina Europea del Medio Ambiente.

La nueva Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (EPBD, por sus siglas en inglés) fija 2040 como fecha límite para que los gobiernos nacionales eliminen gradualmente las calderas de combustibles fósiles. Además, a partir de 2025 los países de la UE no podrán ofrecer incentivos económicos a la instalación de dichas calderas. «El mercado está preparado y los consumidores deseosos», apunta Sabbadin. Sin embargo, las ventas en España no despegan.

En España, las ventas de bombas de calor alcanzaron las 209.000 unidades en 2023 -un 13% más que el año anterior-, el país cuenta con solo unas 80 bombas de calor por cada 1.000 hogares (31 unidades por cada 1.000 habitantes), una cifra inferior a la de otros países como Francia, Italia o Finlandia. El 70% de las viviendas principales en España se calientan con sistemas basados en combustibles fósiles, según datos de la ERESEE recogidos en la Hoja de Ruta de la Calefacción Renovable.

No obstante, esta turbulenta transición no es un problema único de España, es endémico en el continente europeo. «Las políticas de implementación de bombas de calor no son lo suficientemente buenas en ningún país», puntualiza la investigación del think tank polaco. Una problemática que se refleja en las cifras de ventas. «Se están derrumbando», aseguran los autores del informe conocido este lunes. En la primera mitad de 2024, según el ranking de subsidios a estos aparatos del propio Reform Institute, la venta de este tipo de sistemas de calefacción ha caído un 47% respecto al año anterior.

España y sus problemas

Entre los hándicaps que se encuentra el sector para comenzar la transición energética está el «desconocimiento», revela el texto del Reform Institute. Desinformación sobre la instalación y las ayudas.

La bomba de calor es un equipo de climatización que aprovecha los recursos naturales (aire, agua, tierra) para proporcionar no sólo calefacción, sino también refrigeración y agua caliente durante todo el año. «Por tanto, su uso en edificios, industria o redes de distrito es clave para reducir los gases de efecto invernadero y alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo y de REPowerEU», destacan los autores.

«Los gobiernos deben dar la vuelta al guión: cambiar los impuestos de la electricidad al gas, redirigir las subvenciones de las calderas sucias a la calefacción limpia, mejorar la formación de los instaladores, crear ventanillas únicas y reducir los costes iniciales para aquellos que carecen de capital», destaca Sabbadin.

Según los datos de ejecución de fondos gestionados por el IDAE y canalizados a las comunidades autónomas en el Programa de Ayudas para Autoconsumo, Renovables Térmicas en el Sector Residencial y Almacenamiento, el porcentaje de resoluciones resuelto sobre el presupuesto total (660 millones de euros) es del 59% (a fecha de 14 de octubre). En este programa se incluyen las subvenciones para la instalación de bombas de calor. Sin embargo, «nuestros gobiernos deben tomar medidas para garantizar que todas las personas puedan hacer frente a la alta inversión inicial que supone la instalación y la maquinaria y beneficiarse de las ventajas de la electrificación», denuncia Soledad Montero, responsable de energía de la Federación de Consumidores y Usuarios CECU.

Los expertos señalan que «los anuncios descoordinados de financiación disponible por parte de cada comunidad autónoma dificultan el acceso a la información en todo el país». Por eso, la principal recomendación para España sería la comunicación y la «previsibilidad» de los programas de financiación. E instan al Gobierno a «armonizar las normas en todo el país puede ayudar a mejorar la comprensión del sistema de ayudas», destaca Maria Niewitała - Rej, analista de política climática y energética de Reform Institute y coautora del informe.

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