El equipo de Salamanca, referencia a la boccia: «Se centran en sus posibilidades y no en sus límites»

«Es primordial que el deporte piense en ellos».

Deporte y discapacidad. Deporte inclusivo. Deporte para todos. En el centro Aspace en Villamayor todo es color, hay sonrisas que se enmascaran y otras que no desaparecen. Un grupo de niños y niñas juega en el patio, mientras otros aprenden la lección del día. Es en el espacio al aire libre donde se mezcla la inclusión, el deporte y la discapacidad, los nervios de conocer gente nueva y la concentración que requiere un entrenamiento. Aspace compite en el juego de la boccia y junto con la Fundación Plan B entrenan en una mañana de miércoles casi de invierno en Salamanca.

Hay más voluntarios que niños y los primeros son de diferentes nacionalidades. Como si de una final de Wimbledon se tratase, el silencio es sepulcral durante la competición y tras cada uno de los lanzamientos el público aplaude. Ellos también pueden. Ayudados por sillas de ruedas, por profesionales, de pie o desde la silla, ellos pueden. La Boccia es un deporte adaptado pensado para personas con parálisis cerebra y gracias a la labor de Manuel, el profesor de Educación Física, algunos de los alumnos llegan a estar federados.

Marian Oliva, directora de Aspace, refuerza la idea, más que importante, «primordial», de que el deporte piense en las personas con discapacidad: «Son personas cuya movilidad está reducida y esto e suna experiencia más que favorece el deporte, pero también la inclusión que es es fundamental. Dentro de nuestro programa educativo favorecemos la educación física y el movimiento de manera constante, dentro de las posibilidades de cada uno, porque cada uno tiene unas características distintas. Hay muchos recursos para diferentes movimientos. Para nosotros el deporte es un irrenunciable».

¿Hay ya un hueco en el deporte para la discapacidad? «Creo que queda un camino largo que recorrer en todo lo que tiene que ver con la discapacidad y eso está relacionado con el desconocimiento. Siempre se centran en lo que no pueden hacer. Una discapacidad física la ve cualquiera, pero una discapacidad intelectual no. Y esa visión nos lleva a lo que no podemos hacer. Sin embargo, con recursos, con adaptaciones... ellos pueden participar. En los parques, por ejemplo, cada vez hay más columpios adaptados, pero queda mucho por hacer. No tiene que haber un parque adaptado para personas con discapacidad, debe haber un parque en el que puedan participar todos los niños, independientemente de sus características», responde.

Ella puede ver lo que supone para todos los jugadores federados el antes, durante y después de cada fin de semana con partido: «Todos estamos pendientes. Lo más bonito es la previa, cuando hay una competición importante y en el cole hay más entrenamientos, se tiene que preparar, irse de viaje... esos nervios son muy bonitos. Te das cuenta de como se favorece su confianza, su autoconcepto, como se olvidan de sus límites y se centran en sus posibilidades».

En varias ciudades de Europa se está llevando a cabo el mismo proyecto, una iniciativa en la que jóvenes de distintas partes de europa, con mayoría de España, trabajan en un objetivo común: favorecer la integración social de las personas con discapacidad a través del deporte.

Cristina, trabajadora de la Fundación desde hace ocho años, explica la importancia de llevar a cabo proyectos europeos: «Siempre trabajamos con perspectiva internacional porque los problemas que tiene cada barrrio no son exclusivos. Está pasando a la vez en Bélgica o en Italia, las respuestas deben ser colectivas ante problemas comunes. Las realidades se entrelazan de manera que podemos tener una visión global. La interculturalidad es importante y tratamos constantemente de abrir nuestra mirada».

En esta ocasión, el deporte es el pilar sobre el que los voluntarios trabajan. «No somos especialistas en deporte y discapacidad, pero nos hemos sumado a esta iniciativa porque la inclusión creemos que va más allá de trabajar con las personas con discapacidad, es trabajar con todo el mundo para crear espacios abiertos para todas las realidades», explica.

Realidades en las que más que dar, se recibe: «Es la fortuna de nuestro trabajo. Acabamos de aprender lo que e sla boccia, es una fortuna para nosotros como entidad y para mí como profesional. Nos hace abrir miradas, nuevamente. Buscamos construir un espacio donde quepa todo el mundo».

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