Perfumerías Avenida gana a La Seu y al peor arbitraje de la temporada en Würzburg

El partido contaba, como viene siendo habitual esta temporada, con condicionantes: ni Mariella Fasoula ni Michaela Onyenwere jugaron por enfermedad en el primer caso, y por el proceso de recuperación de su intervención quirúrgica en el segundo. Es decir, Pepe Vázquez tenía a su disposición a solo ocho jugadoras del primer equipo, más la canterana Vera Garcúa, para afrontar el duelo.

El partido comenzó vibrante y con ritmo por parte de los dos equipos, sin apenas interrupciones. Dos triples de Bridget Carleton para empezar pusieron por delante en el marcador a las azulonas en medio de un Cadí La Seu muy combativo y que cerraba todas las puertas en defensa al conjunto de Salamanca. Con similar acierto en defensa comenzaron las charras, que cortaron ataques catalanes y lograron que el equipo entrenado por Acero incurriera en pérdidas de balón.

Aunque no era el mejor día, durante el primer cuarto, para pedir demasiada efectividad a las salmantinas a pocos metros del aro, la solución llegaba desde la línea de 6,75: de los catorce puntos anotados por el equipo en ocho minutos, doce los lograron a través del triple. Como eso no era suficiente, Gulbe se sumó al festival del triple de Avenida para poner la primera renta importante de por medio a favor de las de Salamanca, junto con una canasta de Reisingerova: El Cadí paró el partido a un minuto del final del primer cuarto y con una desventaja de siete puntos.

Una canasta de Soler cerró el primer parcial dominado por el juego y la anotación exterior y sin demasiada penetración a canasta, con todas las líneas muy bien cerradas por parte de los dos equipos (19-14).

El segundo parcial comenzó, de nuevo con un Perfumerías Avenida hiperactivo. De hecho, en un momento dado, este nerviosismo provocó que Leo Rodríguez pidiera calma a sus compañeras en el desarrollo de un ataque. Sin acierto de cara al aro y sin capturar rebotes que dieran lugar a ataques fluidos, la distancia –corta- con el equipo catalán se redujo sensiblemente hasta los tres puntos.

Cuatro minutos después del inicio del cuarto Avenida logró la primera canasta en medio de un arbitraje que comenzaba a molestar, y mucho, a la afición salmantina. Georgina Bahí, una de las referencias de La Seu, se sacó un triple de la manga para reducir aún más las diferencias ante un Avenida menos agresivo en defensa y sin practicar un juego totalmente fluido. Daba la sensación que a las de Pepe Vázquez se les atragantaba un partido plagado de golpes y juego brusco de La Seu que, para más inri, el trío de árbitros (Paula Lema, Juan Morales y José María Arresa) no castigaban.

El virus FIBA, el parón en sí, o la falta de ritmo general provocaron un partido excesivamente lento y difícil de digerir en el segundo cuarto, ayudado por los tres árbitros menos certeros que han pasado por Salamanca este curso. Jugadoras con Nogic, de rictus tranquilo habitualmente, parecían desquiciadas por el extraño arbitraje desarrollado en Würzburg. Un segundo cuarto para olvidar, en todos los sentidos, se terminó con seis puntos de las charras más que La Seu (29-23).

El tercer parcial comenzó con otro espectáculo lamentable de los colegiados, desafortunados hasta el momento y pendientes, constantemente, de cada jugada del equipo salmantino para pitar cualquier contacto que se produjera, por mínimo que fuera o, incluso, inexistente. De hecho, el partido seguía por los mismos derroteros con los que acabó la primera parte: Avenida tenía problemas para llevar a cabo su juego interior, con Reisingerova y Gulbe, y lo fiaba todo en buena medida a los tiros de tres. Se echaba de menos a la combativa de Fasoula en la zona.

Si alguna jugadora destacaba en Avenida esa era Andrea Vilaró, de nuevo. Varios robos de balón en momentos importantes para el conjunto, y canastas decisivas, llevaron a la catalana a liderar por momentos al equipo en lo que a carácter, intensidad y atención se refiere. Pero para muestra de que los árbitros eran, simplemente, de bajo nivel, una jugada: un forcejeo de Reisingerova delante, a centímetros, de uno de los colegiados acabó en un codazo de la pívot perfumera sobre una defensora. El árbitro, con la jugada encima de sí mismo, fue incapaz de pitar la falta que acabó, posteriormente, en canasta de las charras.

La colegiada Paula Lema le pitó una técnica a Vázquez, en medio de otra decisión incomprensible de los árbitros, y cuando el coach perfumero estaba hablando con un compañero suyo. Nadie entendía nada en el pabellón pero, mientras esto ocurría, el duelo se igualó: 38-38 raquítico a falta de dos minutos para el final del tercer parcial. El jaleo y las incomprensibles decisiones de los trencillas dejaron Avenida con solo un punto de ventaja ante La Seu para afrontar los últimos diez minutos de partido.

Igual que el primer parcial comenzó el último: con triple de Carleton. Y siguió con el mismo desacierto de cara al aro (el porcentaje de acierto en los tiros de campo de Avenida estaba durante el último parcial en el 38%) y con la misma intensidad defensiva de las de Acero. Tanto es así que incluso los árbitros señalaron en cinco minutos dos faltas personales a las catalanas y ninguna a las locales. Ver para creer.

Poco a poco fueron haciendo hueco las azulonas en el marcador. Se fueron a los nueve puntos de renta, la máxima del partido. La intensidad defensiva de Avenida creció y se igualó a la que, durante todo el partido, estaban llevando a cabo las de La Seu. Una penetración a canasta, de las pocas del partido, le sirvió a Maite Cazorla (con toda la fe y el corazón que tenía) para llevar el partido a los diez puntos. La defensa local, en el último parcial, también fue mucho más contundente.

Los errores de los colegiados siguieron en los compases finales del choque, pero ni la capacidad física y anotadora de Tunstull ni el mermado y cansado Avenida fueron excusas para que la victoria se quedara, contra todo y todos, en Salamanca.