Desde dentro: la metodología que utiliza Unionistas para entrenar el aspecto mental
Daniel Llàcer explica todos las partes de un entrenamiento en las que Unionistas trabaja la parte mental: charlas, juego de roles, clasificación y 'voz' en el vestuario
«Es una cuestión psicológica, no física». El entrenador de Unionistas de Salamanca, Dani Llàcer, resumía así la dinámica en la que ha entrado su equipo. La falta de contundencia en los minutos finales ha hecho perder puntos y eso no solo se nota en la tabla, también y especialmente en la mentalidad de unos jugadores que dudan cuando menos tienen que hacerlo. Así, con el objetivo de reducir toda incertidumbre y lograr -valga la redundancia- todas las certezas posibles, el cuerpo técnico del conjunto charro desarrolla una metodología semanal basada, más allá de lo físico, táctico o técnico, en lo psicológico.
Como en todo trabajo, el rendimiento, más allá del mayor o menor conocimiento, depende directamente de cómo uno es capaz de entender su entorno, interaccionar, actuar ante situaciones más o menos límite y tomar decisiones frente a variables inesperadas. Todo ello, sumado a un contexto colectivo e individual que agudiza el estado mental. ¿Cómo un equipo de fútbol puede trabajar mentalmente aquello que repercute directamente en el aspecto táctico y resultado de un partido?
«La meta final es la de reducir la incertidumbre del jugador lo máximo posible»
La palabra del técnico valenciano. «Nuestro objetivo es acercar al jugador a escenarios competitivos durante la semana de entrenamiento. Aunque es muy difícil simular la tensión de un partido, casi imposible. La meta final es la de reducir la incertidumbre del jugador lo máximo posible, de manera que estén preparados para rendir y para ello introducimos distintas técnicas», explica.
Clasificación de puntos mensual
Variables como el público, los tres puntos en juego, el qué dirán o incluso la presencia de directores deportivos y ojeadores son imposibles de introducir en un entrenamiento. Sin embargo, el cuerpo técnico trata de introducir alicientes, como un ránking de puntos mensual e individual, en el que los cinco primeros tienen un premio elegido por la plantilla y los diez últimos pagan una apuesta. Los equipos competitivos van variando a lo largo de la semana.
Nos imaginamos una práctica de defensa de área, en la que en el plano táctico se entiende el mensaje del míster. Seguidamente, es donde se introduce la variante de competición, no siempre presente en los entrenamientos, pero que puede aparecer en cualquier momento. Y se anuncia: 'Aquí hay variante competitiva, si me meten gol en un centro lateral, tendré x puntos menos'. «Entendemos que así el jugador juega en tensión, simulando un escenario, no próximo a lo que uno se juega en un partido, pero sí con presión. Se gana o se pierde algo. Hay un plus», señala.
Juego de roles
Otra técnica es la de simular escenarios que pueden darse durante un partido. Es decir, once contra once, un equipo es Unionistas y otro, por ejemplo, el Arenteiro. Se establece la estructura del Arenteiro, qué es lo que puede hacer con balón o sin balón y como plus diferentes marcadores. Que Unionistas vaya por delante, que vaya por detrás y que quede un determinado tiempo.
Situación: quedan siete minutos y Unionistas gana por un gol. «Nosotros les decimos lo que tienen que hacer en todo momento. Sabemos lo que tenemos que hacer cuando ganamos o cuando perdemos y necesitamos ganar. Es decir, cómo sacar al equipo, cómo golpear, cómo atacar... Eso lo intentamos trabajar hasta el último detalle», aclara.
También se juega con la labor arbitral, con el fin de meter un mayor estrés. Decisiones que no favorecen, que son injustas o que pueden decantar una balanza, también cabrean y alertan al jugador: «Tratamos así, de que sean capaces de gestionar la frustración«.
La voz dentro del partido
Durante el partido hay un jugador que actúa como 'la voz' y que ajusta la línea, es decir, cómo han de ajustarse las líneas en situaciones de balón parado.
Además, hay un código de reacción en situaciones en las que se sufre. Es decir, si alguien menciona el código hay una reacción inmediata, que incluye una serie de directrices impuestas por el cuerpo técnico para tratar de dar la vuelta a la situación.
Las charlas pre partido
Las palabras previas a un encuentro son siempre importantes. Daniel Llàcer se las prepara con el resto del cuerpo técnico, dividiendo su discurso en varias partes. Por un lado, se transmite el plan de partido, introduciendo, si así se requiere un estímulo, concluyendo con un mensaje más motivacional justo antes de comenzar el partido.
Lo más importante es tener claras las que denominan «situaciones clave», tanto ofensivas como defensivas. Hay una que destaca: 'estar en estado alerta siempre'.
«Nunca se sabe en que acción va a llegar un gol. Y hay que valorar cada jugada en cada momento de partido. Todo importa. Cuantos más detalles tengas en cuenta, más cerca estarás de ganar», dice.
El 'entrenamiento' mental en el cuerpo técnico
Para motivar hay que estar motivado. El plano mental también es importante en el cuerpo técnico. ¿Cómo se trabaja? «Nos apoyamos los unos en los otros. La opinión de todos importa. A nivel individual, me he quitado todas las redes sociales. Me parece un desgaste, con el que no salgo ganando», responde.
La semana posterior al Amorebieta
A lo largo de la semana, Llàcer confiesa que no ha hecho nada diferente en cuanto al plano psicológico, ya que entiende que el «relativizar o »normalidad« la situación puede ayudarles a gestionar mejor la situación. »Ellos saben lo que tienen que hacer. No hay nada porque sí y yo confío en ellos«, apunta.
