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Cuerpos sin vida a la espera de ser enterrados en Bucha. EP

Bucha intenta salir adelante

Símbolo de atrocidades. Dos meses después de la retirada rusa, la ciudad recupera servicios y abre comercios

diana martínez

Domingo, 5 de junio 2022, 21:25

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Bucha, que se ha convertido en uno de los escenarios de los horrores provocados por las fuerzas de Vladímir Putin, recupera algo de normalidad dos meses después de la retirada de Moscú de la región de Kiev, a finales de marzo. La ciudad mártir «está cobrando vida gradualmente», celebra Taras Shapravski, secretario del Ayuntamiento de Bucha.

Ahora todos los servicios involucrados en la reanudación del suministro de gas, agua y electricidad «están funcionando» a pleno rendimiento, afirma el funcionario municipal, aunque no en todos los microdistritos de la región. El gas, el agua y la electricidad ya han llegado a más del «80% de las casas», detalla.

Con el paso del tiempo los negocios también han vuelto a abrir. Algunos después de ser completamente destruidos tras la ofensiva rusa, como es el caso de un centro de consultorías para pequeñas y medianas empresas. También han reabierto otros comercios como panaderías y tiendas de ropa. Rozetka, el minorista en línea más grande del país, ha seguido el mismo ejemplo y ya ofrece a los residentes de Bucha todo tipo de productos, desde alimentación hasta tecnología.

LAS CLAVES:

  • Posas comunes. «Algunos tenían cinco impactos de bala. Muchos tenían señales de tortura y otros, de violación»

  • Teconología. El Ayuntamiento cuenta con aplicaciones concretas en caso de dar con explosivos sin detonar

Aunque sigan adelante, las imágenes del horror acontecido en esta ciudad, símbolo de las atrocidades rusas en Ucrania, seguirán almacenadas en la mente de los ciudadanos. Pero a la artista canadiense Ivanka Siolkovska se le ha ocurrido una manera de eliminar ese rastro. ¿Cómo? Convirtiendo las vallas, portales y paredes que tienen enormes agujeros de bala en grandes estampas de «flores brillantes» por toda la urbe, afirma el Ayuntamiento.

Este paso adelante aporta luz y color a la oscuridad que han dejado atrás las tropas del Kremlin. El reguero de cadáveres se cuenta por cientos. Las autoridades han concluido la exhumación de los cuerpos encontrados en fosas comunes y han confirmado la muerte de más de 400 civiles. El proceso de identificación ha sido «muy difícil». Tanto para los familiares como para los investigadores. «Algunos se desmayaron durante la exhumación», afirman desde el Consistorio ucraniano.

De las indagaciones llevadas a cabo sobre la masacre de Bucha, se ha podido observar que la mayoría de las personas recibieron disparos en la cabeza. «Algunos tenían hasta cinco impactos de bala. Muchos tenían señales de tortura y otros, de violación», lamenta Shapravski. De una fosa común cercana a la iglesia se exhumaron 117 cuerpos, de los cuales 30 eran mujeres y dos, niños de 10 y 4 años. «Fue muy duro».

A pesar de los recientes y crudos recuerdos, la vida continúa en esta ciudad, pero en terreno peligroso. Aunque no tanto como cuando las tropas rusas asediaban la zona con continuos ataques. Tras su retirada, Moscú dejó una cola de minas sin detonar en las calles de Bucha. «Los expertos en explosivos y zapadores examinaron edificios y vías públicas. Pero no recomendamos ir por áreas verdes, puede haber objetos explosivos en los arbustos», explica el secretario municipal. En una sola jornada se encontraron más de 4.000 artefactos explosivos.

Campos minados

Por el momento caminar por la zona es peligroso, por lo que el equipo de gobierno aconseja a los residentes no volver aún. Un vecino ha hecho oídos sordos y ha retornado a su apartamento, en el que se ha encontrado dos proyectiles sin explotar. Pero no ha sido el único. Otro vecino, al regresar a su hogar, encontró en una habitación una mina sobre la que los ocupantes habían puesto un peso. «Los invasores dejaron un 'regalo' para los dueños: pusieron un peso en una mina. Si lo levantas, el dispositivo detonará», comenta uno de los zapadores. «Tenemos docenas de aplicaciones específicas para estas situaciones», advierte Shapravski.

Esta no es la única ciudad mártir en la invasión. La guerra también dejó su cruel impronta en Borodianka, donde poco a poco se están llevando a cabo intensos trabajos de restauración para una vuelta a la normalidad. «Se está restableciendo el suministro de agua, pero todavía hay inconvenientes con el cableado a los departamentos», explica Grigory Yerko, jefe interino de la urbe, donde el sistema de abastecimiento de agua resultó significativamente dañado tras los bombardeos. En este emplazamiento se han confirmado nueve casas completamente destruidas y 32 dañadas.

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