Borrar
David de la Torre, con la bandera de su peña de corredores.
David de la Torre, con la bandera de su peña de corredores. A. P.

David de la Torre, técnico de laboratorio

Los que se quedan
Un hogar nacido de una historia de amor

Tras concluir sus estudios en la rama sanitaria, este salmantino se puso a buscar trabajo «de lo que fuera» en Burgos para poder quedarse junto al amor de su vida

Viernes, 25 de octubre 2024, 07:20

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

El destino de David de la Torre lo determinó una historia de amor. Fue una mujer la que, finalmente, decidió que su hogar se estableciera en Burgos. David nació en Salamanca y se crió en Villoruela, un pueblo de esta provincia. De esta localidad se desplazó a su ciudad de nacimiento para estudiar lo que más le gustaba: análisis de laboratorio.

Fue allí, en Salamanca, donde David conoció a la que ahora es su mujer y con la que vive en Burgos. Cuando terminó sus estudios tenía claro que su prioridad era estar más cerca de ella, así que, aunque ya había aprobado sus estudios de análisis de laboratorio, empezó a buscar trabajo «de lo que fuera» en Burgos. Y lo consiguió, aunque no era el trabajo de sus sueños le permitió asentarse en la ciudad y comenzar así una vida en pareja.

Eso sí, pasados unos años, David decidió que quería centrarse en trabajar en su especialidad, para la que se había preparado y dedicó sus esfuerzos a encontrar un empleo en el área de análisis de laboratorio. Tras pasar de nuevo por Salamanca tuvo suerte porque, al poco tiempo, lo llamaron de una empresa burgalesa en la que estuvo dos años. Ya se había casado con su novia y habían tenido un hijo.

Todos los que se quedan

Pese a que había logrado una estabilidad laboral, reconoce que no se conformó. Él había estudiado para trabajar con muestras clínicas humanas y, por eso, «continuaba insistiendo para trabajar en laboratorio clínico, que era lo mío».

El trabajo lo ha llevado a Valladolid y a Aranda de Duero, pero actualmente está en Burgos. Aquí trabaja en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) y tiene su piso, donde vive con su mujer y su hijo. En Burgos tiene, en definitiva, su hogar. Tanto es así que este salmantino se ha casado y todo en Burgos. «Nunca olvidaré mis raíces, a Salamanca voy siempre que puedo porque, por suerte, además, está aquí al lado», reconoce. Pero Burgos le ha permitido crecer y expandirse laboral y personalmente más allá del lugar donde nació. Una tierra está dentro de él por nacimiento, la otra va unida a David gracias al amor.

Burgos no solo le ha dado una familia y una estabilidad, también es el lugar donde ha descubierto su gran afición que no es otra que correr. «Después del encierro de la pandemia de la covid-19 me veía con mucha ansiedad y empecé a salir a correr para estar mejor», explica. Y ese fue el principio de un idilio que ha ido creciendo más y más. Ahora, David se apunta «a todas las carreras que puedo y estoy dentro de un grupo de amiguetes que salimos a correr juntos. 'Runners de los huevos' es como nos hacemos llamar», reconoce con una sonrisa. Y matiza, claro, porque tremendo nombre merece una explicación. «Esto se debe a que muchas veces, después de hacer una buena ruta corriendo, quedamos para almorzar y lo que comemos son huevos con lo que sea», añade.

En Burgos ha descubierto su gran afición, que no es otra que correr

Gracias también a este grupo de amigos con los que comparte afición reconoce encontrarse mejor, muy a gusto, se apunta a todas las carreras que puede y esos días de carrera y los que salen a correr siempre son un gusto, «un día bueno», como él describe.

Hemos empezado este texto sobre la historia de David diciendo que el destino de David, que lo unió con Burgos, lo determinó una historia de amor. Pero una vez contada puede que no sea así. David decidió su destino, tenía claro por lo que quería apostar, por esa chica burgalesa que lo enamoró, pero también se ha labrado su futuro laboral, se ha movido, ha apostado por él, por su formación y su pasión y así, con determinación y una apuesta por la pasión ha conseguido establecer sus cimientos en Burgos.

Una ciudad que ahora ya forma parte de él, como él forma parte de Burgos. Un salmantino que no olvida sus raíces, que regresa a ellas siempre que puede, y que ha conformado su hogar en Burgos.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

salamancahoy Un hogar nacido de una historia de amor