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Mamá pato y sus nuevos patitos amarillos nacidos en La Alamedilla. Álex López

La Alamedilla se rinde a sus nuevos inquilinos amarillos

Nueve patitos han llenado de vida el estanque de La Alamedilla, pero la supervivencia de estas crías dependerá en gran medida de que los visitantes respeten la alimentación adecuada que reciben por parte de los responsables del cuidado animal, evitando ofrecerles pan, gusanitos y otras chucherías que comprometen seriamente su salud

Ana Carlos

Salamanca

Domingo, 25 de mayo 2025, 19:45

Los patos de La Alamedilla son desde siempre uno de los atractivos de este céntrico parque de Salamanca. Generaciones de salmantinos han ido a visitarlos de la mano de sus padres y abuelos. Y este paseo es especialmente emocionante en primavera cuando, si hay suerte, nace algún patito. Es una de las estampas más tiernas de la temporada.

Eso es precisamente lo que ha pasado estos días. Una pata de la raza cairina (también conocida como pato mudo) puso unos 13 o 14 huevos y ahora han nacido 9 pollitos. Los pequeños, cubiertos con su suave plumón de recién nacigos, son muy amarillos, con las plumas de la parte de la cola oscuras. Los visitantes del parque se sorprenden por el colorido, ya que están acostumbrados al nacimiento de patos silvestres en este estanque urbano.

Patitos domésticos por primera vez en muchos años

Los patos domésticos que viven todos los años en el parque no suelen reproducirse en este espacio. Sin embargo, durante la época de cría llegan a este estanque y al de Jesuítas algunos azulones que permanecen solo de forma temporal. Solo se quedan en estos parques hasta que sus patitos tienen edad de volar y se marchan.

Hacía muchos años que no se reproducía un pato doméstico en La Alamedilla. El coordinador del Centro de Educación Ambiental Lorenzo Milani, Miguel Blanco, también responsable de la alimentación de estos animales, afirma que desde que se lleva encargando de este cometido es la primera vez que crían allí los patos domésticos.

La madre llegó hace un tiempo, debió ser dejada allí por alguna persona, y esta es la segunda vez que pone huevos. La primera también puso 14, pero no llegaron a eclosionar. En esta ocasión ha habido más suerte y de los 14 huevos han salido nueve preciosos patitos.

El peligro de «las chuches»

Los pequeños hacen las delicias de los visitantes. Los primeros días la pata los mantenía más tiempo en el nido, pero hoy parece que se han dejado ver durante más tiempo.

Sin embargo, todavía hay que ver cuántos sobreviven. Si ingieren pan, gusanitos y todas esas chucherías que muchas veces los visitantes del parque ofrecen a estos animales, su salud y sus posibilidades de salir adelante se verán mermadas.

Es fundamental respetar la dieta de estos patos, que diariamente reciben la cantidad adecuada de alimentos saludables y equilibrados para garantizar su salud. En lugar de pretender atraerles con chucherías, si realmente queremos ayudarlos, la mejor acción es mantener la distancia y evitar ofrecerles cualquier tipo de alimento.

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