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Luis Alberto Calvo, responsable del bar Steine. José Manuel García
Bares con historia

El bar de Salamanca que volvió a sus orígenes de hace medio siglo: «Hacemos barrio»

'Steine', en el barrio Garrido', abrió sus puertas en 1982 y hace siete años volvió a recuperar a sus dueños originales

Laura Linacero

Salamanca

Sábado, 22 de noviembre 2025, 12:43

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Una historia de los ochenta que se recupera en 2018 con el mismo espíritu que hace cuatro décadas. Otra decoración, un ambiente distinto, una oferta gastronómica renovada pero la misma esencia. El deseo de hacer barrio tras la barra de un bar. Hablamos del Steine, el establecimiento ubicado en la calle Garrido y Bermejo que abrió sus puertas en 1982. Aún conserva la autorización del Gobierno Civil para la apertura en aquellos años enmarcada en la pared junto a las tasas en pesetas. «Lo montaron mi hermana y mi cuñado cuando volvieron de Alemania», explica Luis Alberto Calvo que, desde hace siete años disfruta de la segunda vida de este mítico bar.

Y es que, el Steine ha tenido muchas vidas. «En su momento lo abrieron con mucha ilusión pero lo traspasaron y ha sido hace siete años cuando ha vuelto a sus manos originales», explica Luis Alberto. En ese tiempo, su hermana montó otros establecimiento en la calle Van Dyck o en la Plaza del Oeste -la cafetería MT donde estuvo diecisiete años- y allí por donde pasó cumplió con el objetivo de hacer barrio. De hecho, un diploma enmarcado en una pared del Steine así lo avala.

Luis Alberto ha heredado con orgullo esos valores en los que tanto trabajó su hermana y que él ha visto desde siempre. «Yo antes de ir a hacer el servicio militar estuve aquí con mi hermana en el año 90», explica. En aquellos años no podía imaginar que décadas después sería él el que pondría cañas en el Steine. «La vida da muchas vueltas», asegura. La estética del bar poco tiene que ver con esos orígenes -«lo tiramos todo y lo reformamos», indica- pero los clientes de toda la vida ven el mismo espíritu.

«Trabajamos con la gente del barrio de toda la vida, la gente que tenía mi hermana entonces la seguimos teniendo», indica Luis Alberto. Enumera a los trabajadores de las tiendas de la zona, al carnicero, a los empleados del banco y solo puede expresar lo «agradecido» que está de seguir tejiendo esta red en Garrido. «Nos dicen que le da vida al barrio, a la calle y a nosotros nos enorgullece», expresa. Un trueque de sensaciones: ellos dan vida al barrio y el barrio les da vida a ellos.

Los pinchos que triunfan

La nueva era del Steine no se refleja solo en su estética, sino también en el concepto de gastronomía. «Mezclamos pinchos actuales con aquellos más tradicionales que siempre funcionan», explica. Aunque si hay algo que no dejan de preparar por las mañanas son las tostas de jamón con aceite y tomate. «Salen muchísimo», asegura. Las primeras horas del día trabajan con los desayunas y el picoteo de mediodía y luego por la tarde funcionan con pinchos elaborados al momento.

Para el momento de la caña, tiran de montaditos. «La gente lo agradece también porque está a gusto, quiere picar algo y ofrecemos esos pinchos a la plancha que gustan tanto», asegura. De longaniza, solomillo, panceta, morcilla, lomo, pechuga... elaboraciones clásicas pero que no dejan indiferente a nadie. «Es lo que funciona ahora», añade Luis Alberto.

  1. La anédota estrella del Steine

    Nombre alemán en la capital charra

Hay muchos que se preguntan de dónde viene el nombre y Luis Alberto aclara el porqué de esta palabra y su significado. «Mi cuñado estuvo trabajando en Alemania siete años y cuando cogieron el bar, la barra era de piedra. Piedras en alemán es steine así que decidieron llamarlo así». Afortunadamente, es una palabra germana fácil de pronunciar y que ya es parte de la historia de la hostelería salmantina.

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