Una historia de casi cien años desaparece con el derribo de un singular edificio
La construcción entre Álvaro Gil y Juan Picornell ha sido derribada para construir un hotel y aparcamientos: estaba en ruina y no contaba con protección alguna
Salamanca ha dicho adiós a un edificio singular que llevaba más de cien años en un lugar privilegiado del acceso al centro y que carecía de protección para evitar lo que finalmente ha ocurrido: su derribo para convertirlo en un nuevo hotel y aparcamiento.
Se trata del edificio que hace esquina entre Álvaro Gil y Juan Picornell que ha caído este jueves bajo la acción de la piqueta de una máquina excavadora. Este era su destino previsto desde que, hace casi un año, la propiedad solicitara la licencia de derribo y, a su vez, una licencia para construir un nuevo edificio hotelero y parking; ambas se concedieron en el mismo trámite.
Después, las obras de actualización de Álvaro Gil frenaron su derribo que estaba ya decidido y que se ha producido una vez se ha terminado con los trabajos en esta calle. El solar está calificado como suelo urbano y sobre su superficie está previsto levantar un nuevo edificio hotelero y plazas de aparcamiento.
Datado en 1932
Con su derribo desaparece un edificio singular de Salamanca, pero que carecía de protección alguna. La construcción está datada en 1932 y constaba de 714 metros cuadrados en una parcela con varios inmuebles diferenciados, hasta 21, entre almacenes, locales comerciales y viviendas. Alojó un taller y un conocido bar, pero hacía años que estaba descuidado, de hecho, tenía la declaración de ruina lo que ha sido determinante para su final.
Según la asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio, cambió de manos hace un tiempo y la propiedad promovió un expediente de ruina económica, al ser más cara la rehabilitación que el derribo.