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Desde el siglo XVI hasta el proximo 17 de abril de 2023, año tras año se continúa celebrando en Salamanca el famoso Lunes de Aguas, pero, ¿en qué consiste esta celebración?, ¿ha cambiado a lo largo del tiempo? y lo más interesante, ¿cuál es su inquietante pasado?
Los creyentes debían evitar los pecados carnales durante la Cuaresma y al rey Felipe II se le ocurrió una cruriosa forma de prevenir ciertos actos. Con el tiempo, la celebración de este festejo se fue modificando: comenzó siendo un agradable día en el que los salmantinos pasaban el día en el campo comiendo hornazo, hasta la actualidad, donde los jóvenes universitarios se reúnen a los pies del río Tormes en una gran fiesta.
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La historia de la famosa fiesta salmantina, el Lunes de Aguas, se remonta al siglo XVI. Todo comienza cuando el rey Felipe II, conocido por su devoción católica, viaja a Salamanca para casarse con la princesa María Manuela de Portugal. Durante la Cuaresma los salmantinos y demás personas que se regían por la religión cristiana, pasaban unos días de recogimiento, reflexión y sacrificio. Por ello, se dictó una orden en la que las mujeres públicas debían ser trasladadas fuera de la ciudad durante la Semana Santa. Esto se debe a que el joven monarca comprobó durante su visita que en Salamanca existía un ambiente de estudiantes muy jóvenes y quería evitar todo tipo de pecados carnales.
Desde entonces, a partir de Miércoles de Ceniza, las prostitutas abandonaban su residencia habitual, la Mancebía de Salamanca, y las trasladaban al otro lado del río Tormes. Así, nace un nuevo personaje en la historia de la capital charra, el denominado 'Padre Putas', era el encargado de vigilar, cuidar y atender a estas mujeres. El siguiente lunes al de Pascua (Lunes de Aguas) los salmantinos cogían sus barcas y acompañaban al conocido Padre Lucas a recogerlas. Ese día, los salmantinos se colocaban a los pies del río Tormes y montaban una gran fiesta en la que no faltaba de nada.
El Lunes de Aguas se convierte en el plan perfecto para disfrutar de un día en familia o en compañía de tus amigos. Los salmantinos se reúnen para merendar en el campo o en su mayoría a las orillas del río Tormes. Hasta no hace muchos años, esta jornada servía como desahogo de los estrictos ritos de la Semana Santa. Además, es costumbre comer el hornazo típico de Salamanca, una tradicional empanada rellena de chorizo, lomo y panceta y en alguna ocasión, huevo duro. Un exquisito plato que durante la Cuaresma no se podía degustar.
En la actualidad, la ribera del río Tormes junto al puente romano de Salamanca se convierte en un multitudinario botellón. Jóvenes universitarios acuden a disfrutar de la fiesta que con los años ha perdido su tranquilidad y desahogo que buscaban los cristianos. Además, al igual que otras fiestas de Salamanca, el Lunes de Aguas se está comenzando a popularizar por el resto de España, conllevando así a polémicas sobre las aglomeraciones que se formarían a los pies del río salmantino.
Las consecuencias de esta fiesta que salpican cada año la capital son: la cantidad de basura que se genera en las inmediaciones del Puente Romano, los conflictos por el comportamiento desafortunado de algunos asistentes y la novedad de este año, el rechazo que se está generando en redes sociales hacia los universitarios de Zamora y Valladolid. El próximo 17 de abril, éstos tendrán la facilidad de acudir gracias a una compañía de autobuses que facilita su desplazamiento, algo que ha enfadado a los salmantinos.
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