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La facción crítica de Vox en Castilla y León no ceja en su empeño y este sábado en Madrid el movimiento iniciado por cargos y afiliados en Salamanca ha cobrado dimensión nacional con una reunión de representantes de 31 provincias. En el encuentro han insistido en las ideas del grupo salmantino que inició el movimiento y que piden más democracia interna porque «Vox tiene que volver a ser lo que fue en su origen: un partido democrático afiliados tengan opinión».
Al frente, los procuradores expulsados, caso del salmantino Javier Teira, o el concejal del Ayuntamiento de Salamanca Alejandro Pérez de la Sota, que han pedido a Abascal «cuentas» sobre su gestión, también en el plano económico, y lamentaron que el proyecto del partido esté «adulterado» y funcione como «un conglomerado de chiringuitos» que tiene »cuentas extrañas«.
El concejal salmantino es uno de los integrantes de esta corriente que plantea incluso la refundación del partido, aunque por ahora lo que ha pasado es que Vox ha expulsado a dos procuradores de Castilla y León y suspendido de militancia a una concejala en Palencia. Al tiempo, pierde capital humano con salidas como la de Juan García-Gallardo.
En Salamanca esto se ha traducido en importantes críticas internas al presidente provincial, Carlos Menéndez, por parte de los concejales en la capital y del único diputado provincial. El resultado, la implosión del grupo municipal y el relevo de su portavoz entre sospechas de uso indebido de fondos municipales asignados al grupo y que se habrían usado para fines de partido.
En un acto celebrado en Madrid bajo el lema 'Fuerza y Honor', 91 representantes de Vox de 31 provincias diferentes, entre los que se encontraban cargos electos y exelectos y cargos y excargos orgánicos, exigieron este sábado la rendición de cuentas del presidente del partido, Santiago Abascal, y de todo el Comité Ejecutivo Nacional, así como la refundación de la formación política, que ahora es «un trampantojo sin fuelle que solo tiene ambición de oposición».
Así lo explicó a la Agencia Ical, la exportavoz de Vox en el Ayuntamiento de Palencia -recientemente suspendida durante seis meses de la militancia-, Sonia Lalanda, tras la celebración en Madrid del acto denominado 'Fuerza y Honor', en el que el sentir general transmitido fue que el partido «está totalmente adulterado y no responde ni a los principios ni a los valores del manifiesto fundacional». «Si Vox se presentaba como un partido regenerador en contra de los partidos e las oligarquías ahora es uno de ellos y directrices de dictan sin contar con afiliados ni los cargos electos, aunque nos tememos que los dictados que se siguen vienen de fuera», apuntó.
Sonia Lalanda
concejal de Vox en Palencia
Lalanda lamentó que la situación actual del partido «no responde en absoluto a los postulados de su nacimiento», por lo que consideró que «Vox tiene que volver a su origen y a lo que fue un éxito de respaldo y esperanza ciudadana». Para ello, «hay que exigir responsabilidades al presidente, Santiago Abascal, y al Comité Ejecutivo Nacional como responsables de la situación».
Asimismo, abogó por «plantear una refundación que permita que toda la gente que está fuera del partido porque se ha ido o mantiene un perfil bajo vuelvan a aportar», al tiempo que lamentó que «no queda nadie de todos los que fueron un referente en el partido, salvo Abascal».
«Hay que abrir las puertas para que vuelvan y refundar el partido de tal manera que se le dote de una estructura, porque ahora no tiene ni músculo, ni esqueleto, ni articulaciones, solo tiene una cabeza que se supone que piensa pero el pensamiento viene del sombrero porque viene de fuera», afirmó, al tiempo que puntualizó que esa refundación tiene que basarse «en el manifiesto fundacional de Vox como formación liberal de valores patrióticos y abrazable por muchísima gente».
La palentina también aludió a la necesitar de dotar al partido de unos estatutos que «permitan tener una organización democrática y fuerte», además de «volver a la ambición de gobierno», porque «ahora solo hay ambición de oposición». «Vox tiene que volver a ser lo que fue en su origen: un partido democrático afiliados tengan opinión», enfatizó.
Sobre la exigencia de una rendición de cuentas por parte de su presidente y de todo el Comité Ejecutivo, expuso que «desde el cenit se ha prescindido de un montón de gente y la situación ahora es mucho peor». En este línea, dejó claro que mientras que «dicen que las encuestas dan de cara», la realidad es que «los españoles no saben que Vox es ahora un trampantojo sin fuelle». Por ello, insistió en que «quienes han llevado al partido a una situación de descapitalización humana total, un afán de oposición, cuentas extrañas y un conglomerado de chiringuitos», deben «rendir cuentas».
El mensaje trasladado por Sonia Lalanda se recoge en una declaración firmada por todos los críticos de Vox que en el día de hoy asistieron a la reunión celebrada en Madrid y en la que se exige «la recuperación del manifiesto fundacional como guía ideológica, de principios, valores y gestión», que tanto el presidente como el CEN «rindan cuentas de su mala gestión organizativa y malas praxis económicas» y que se convoque a la mayor brevedad un congreso fundacional para «poder convertirnos en un partido con vocación de gobierno al servicio del futuro de España».
«No tenemos que cambiar nuestros principios, sino ponerlos en práctica para ser capaces de volver a ilusionar a los españoles ofreciéndoles un proyecto de concordia, de acuerdos, de esperanza, de futuro, de optimismo, de alegría y de pasión por España», concluye la declaración.
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