El caso del edificio protegido pintado de arriba abajo de amarillo que enfada a patrimonio
La comisión técnico-artística exige detalles sobre los tonos que se aplicarán para corregir el pintado general que se hizo y que se recuperen elementos de piedra y los balcones
Las autoridades municipales de Patrimonio ha dado un toque de atención a la propiedad del edificio protegido en el centro de Salamanca que fue pintado íntegramente de amarillo en una cuestionable rehabilitación que colea desde hace meses y que no se soluciona. Mientras tanto, la construcción, en un lugar muy visible en pleno centro histórico de la ciudad, sigue pintada de un amarillo chillón que no le corresponde.
Ahora, la comisión técnico-artística ha considerado «insuficiente» el cambio en el proyecto y exige a la propiedad un plano completo con los cambios cromáticos que se aplicarán en la fachada, que deberá recuperar los tonos y tratamientos originales y no lo que tiene ahora: se ha pintado prácticamente todo por igual, una chapuza visual.
El asunto ha tenido un nuevo capítulo en la última sesión de la comisión técnico-artística del Ayuntamiento de Salamanca, por la que pasan todos los proyectos que afectan a la conservación del patrimonio arquitectónico de la ciudad. Es la que está valorando los numerosos proyectos con cambios de uso para inmuebles protegidos de todo tipo, desde edificios de arquitectura reciente a conventos con siglos de historia.
En este caso concreto, la comisión ha tomado cartas en el llamativo cambio de color de un edificio protegido en la plaza del Corrillo. Sito en el número 13, goza de catalogación en el listado municipal de edificios protegidos, lo que obliga a contar con autorizaciones para cualquier actuación.
Se trata de una construcción datada según el catálogo de edificios protegidos en el siglo XIX como ejemplo de arquitectura doméstica en el centro histórico. Destaca por la sillería de piedra franca y las rejerías. Durante años ha presentado un mal estado con la fachada descascarillada y sucia, y se procedió a una rehabilitación que contaba con autorización, pero se ejecutó de forma errónea.
Sin embargo, a la hora de acutar se eligió un tono amarillo muy intenso. De paso, se eliminó un antiguo cartel de un comercio y se había pintado todo igual sin distinguir elementos de la fachada. Estos cambios no fueron del gusto de la comisión, además de ofrecer un resultado final muy cuestionable. La propiedad pintó de este color intenso la fachada casi al completo, cuando no era el tono original (ni parecido) ni casaba con el entorno.
La decisión de pintar como se ha pintado, que se tomó sin autorización, consitió en aplicar el tono amarillo que se ve en las imágenes y hacerlo de manera generalizada: se pintó todo por igual. Dinteles, cornisas, bajantes o cantos forjados y hasta la piedra. Al verlo, la comisión de patrimonio decidió obligar a repintar y corregir todo lo hecho de forma incorrecta por haber usado un color «que no es admisible».
Después, la propia comisión recibió una nueva propuesta para volver a pintar con un nuevo color que rejababa varios tonos el amarillo con el que 'luce' actualmente. Sin embargo, ha vuelto a dar marcha atrás a las intenciones de la propiedad.
Propuesta «insuficiente»
Se le requirió para que presentara un plano de fachada con la composición cromática adecuada, diferenciando el tratamiento para los paños de fachada como para otros elementos como los balcones, que se han pintado todos iguales.
Además, ha exigido documentación sobre los elementos de piedra de la fachada que fueron igualmente tratados con la misma pintura amarilla, a lo que añade información sobre cómo se van a recuperar.
Sin embargo, nada de esto ha llegado, o al menos no lo ha hecho como quieren las autoridades. La técnico-artística ha recibido una propuesta que considera «insuficiente» porque no ha cumplido con lo que se pedía: ni se dice cómo se van a recuperar los elementos pétreos y se diferencia la pintura de los balcones.