Los edificios en ruinas de la Salamanca menos vistosa que se resisten a desaparecer
El Ayuntamiento tramita 26 declaraciones de ruina en siete años de las que ocho inmuebles siguen sin demoler: se actúa primero en zonas de paso o muy visibles
A una media de cuatro expedientes por año, las calles de Salamanca tratan de deshacerse de algunas ruinas muy visibles que se reparten por el centro de la capital. Ese es uno de los criterios fijados por el ayuntamiento, que actúa primero en aquellos edificios más a la vista o en zonas de paso para intentar resolver situaciones que, a veces, se prolongan en el tiempo.
Así lo confirman desde la concejalía de Fomento, que ha tramitado en los últimos años la declaración de ruina de más de 25 inmuebles, aunque no todos están demolidos. La entrada de las máquinas es el punto y final de un proceso mucho más largo y tedioso, que empieza cuando un edificio está tan mal que no merece la pena arreglarlo.
Así terminó el último en demolerse en el centro histórico, en la calle Arroyo de Santo Domingo. La excavadora acababa con lo poco que quedaba en pie de una vivienda antigua que llevaba cerca de dos años cayéndose sobre la acera, con riesgo para los peatones, motivo por el que la zona fue vallada.
Sin embargo, el edificio no tenía solución. Es una construcción de 1961 y la Policía Local de Salamanca, el pasado 4 de mayo de 2023, tuvo que acordonar la vivienda particular por riesgo de derrumbe debido a su estado ruinoso, con grietas que han ido desconchado la fachada con el paso de los años.
El edificio fue declarado como ruina total por el consistorio salmantino, tal y como informó el pasado mes de enero, y lo previsto es que fuera demolido por completo para poder levantarlo de nuevo.
El reglamento urbanístico de Castilla y León establece cuando hay que considerar una edificación en ruina y es cuando las obras de acondicionamiento superan la mitad de lo que valdría la construcción en sí. Y este era el caso, pero no basta para conseguir su demolición. Uno de los casos en el que está pendiente todavía la tramitación y que, después, derivará en una demolición es un edificio pegado al derribado.
26 expedientes de ruina
El problema se prolonga por varios motivos, fundamentalmente, cuando los propietarios son personas jurídicas que han entrado en quiebra o una propiedad en manos de muchos herederos Los que realmente preocupan son aquellos que están en sitios de mucho tránsito o en zonas muy visibles, que es en los que primero se actúa.
Desde 2018 se han iniciado 26 expedientes de ruina en la capital y de ellos sólo están pendientes ocho, mientras el resto está resuelto. La resolución supone que los edificios afectados han sido demolidos con un proyecto y el solar está libre o ya está en construcción.
Los que están pendientes es debido a que hay que dar un trámite de audiencia, lo que lleva unos plazos, aunque se advierte a los propietarios que se pueden actuar subsidiariamente: las obras las ejecuta el ayuntamiento y luego pasa la factura.
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