El estrés térmico amenaza Salamanca con un efecto sobre la salud al nivel de Madrid
El incremento de las temperaturas vinculado al cambio climático se notará de inmediato, será de 7 grados del Índice Universal del Clima en 2090 y convertirá la capital en una de las ciudades más afectadas por el impacto negativo del calor
Salamanca está viviendo otro verano asfixiante, con temperaturas que, si bien no han llegado al récord del año pasado, ya han superado los 40 grados en la capital y numerosos puntos de la provincia. El calor no se limita a las horas diurnas y también se han registrado noches tropicales, esas en las que es difícil dormir porque los termómetros no bajan de los 20 grados. Y tampoco se circunscribe sólo a los meses estivales. Todas las proyecciones indican que los veranos meteorológicos serán cada vez más largos, las altas temperaturas se mantendrán con nosotros más tiempo y serán más severas y eso tendrá un impacto en la salud: tanto como que Salamanca sufrirá los rigores de un calor similar al de Madrid.
La clave es el estrés térmico, un concepto que va más allá del de las temperaturas y que también supera el marco del análisis climático. El término engloba los registros de calor y los relaciona con la humedad y otras condiciones. El valor está vinculado al deterioro de la salud humana y la reducción de la productividad. Y su medición arroja como resultado el Índice Universal de Clima Térmico o UTCI.
Según definición del Observatorio Europeo del Clima y la Salud, el UTCI es un parámetro de biometeorología humana que se utiliza para evaluar los vínculos entre el medio ambiente exterior y el bienestar humano. Este índice describe cómo el cuerpo humano experimenta las condiciones atmosféricas, específicamente la temperatura del aire, la humedad, el viento y la radiación. El índice de clima térmico universal es una temperatura equivalente que representa una medida de la respuesta fisiológica humana al entorno térmico.
Para calcularlo, se usan los datos de temperatura del aire, la humedad relativa, la velocidad del viento y la temperatura radiante media. Y describe cómo nos comportamos ante los intercambios de calor entre el entorno y el cuerpo humano en cuestiones como el gasto energético (para enfriarnos o calentarnos), fisiología y ropa.
Salamanca va a ser una de las ciudades más afectadas por el empeoramiento de las condiciones derivadas del aumento de las temperaturas
Este valor, el de los grados UTCI, es el que ha utilizado Lobelia Earth, una empresa pionera en el desarrollo de datos y análisis climáticos, para mirar al futuro y proyectar cómo afectará este índice en varios puntos del país durante los próximos años. Según su informe, Salamanca va a ser una de las ciudades más afectadas por el empeoramiento de las condiciones derivadas del aumento de las temperaturas.
La proyección para 2030 es que la media de las treinta ciudades más pobladas de España se incremente en 0,6 grados UTCI (de 31 a 31,6 en la media de las máximas para el mes de julio). En el caso de Salamanca, será más de un grado completo, de 32,23 a 33,35; y de aquí a 2090 serán siete grados más.
El fenómeno va a castigar de manera especial a las regiones de interior y Salamanca ocupa el puesto trece en los mayores aumentos de la tabla de proyección del diferencial hasta 2090: la UTCI aumentará 6,95 grados hasta entonces en comparación con los datos de 2010. Y con 39,18 grados arrojará un índice universal de clima muy desfavorable, el décimo más elevado de toda España.
En comparación, para 2050 Salamanca tendrá un nivel de estrés térmico similar al que se espera ee Madrid capital en sólo siete año, en la previsión de 2030. Algo que puede acentuar los problemas que las altas temperaturas y las olas de calor recurrentes ya están produciendo.
Peligroso para la salud
El estrés térmico tiene un impacto importante en la salud de las personas. Los episodios de calor cada vez más repetidos y prolongados (tres llevamos este verano en Salamanca y otros tres el pasado) y las altas temperaturas recurrentes afectan al bienestar, empezando por los colectivos más vulnerables. En la última ola de calor, el Hospital ha registrado un pico de atenciones, especialmente a personas mayores.
Según explican desde el Clínico, durante el episodio acudieron al Hospital muchos pacientes mayores descompensados por la temperatura, pero afectados por otras patologías; por golpe de calor como causa directa hubo dos atenciones con ingreso.
Este mismo verano, la ONU advertía que Europa es la región del mundo que más rápidamente se está calentando. El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus destacó que un nuevo estudio publicado este mes calcula que más de 61.000 personas murieron por causas relacionadas con el calor en 35 países europeos durante el verano del hemisferio norte del año pasado, el más caluroso jamás registrado. Y su recomendación era muy sencilla: quedarse en casa para evitar los efectos del estrés térmico.
La ONU cifra en 61.000 los muertos por calor en 2022 y pide combatir ya el estrés térmico sin ir al trabajo: recomienda quedarse en casa
La organización advertía que, cuando el cuerpo no logra refrigerarse, puede desencadenar agotamiento o insolación y agravar afecciones como enfermedades cardiovasculares, respiratorias y renales, así como problemas de salud mental. En España ya se han tomado medidas con una normativa para limitar las horas de exposición en trabajos al aire libre. En Salamanca, el calor extremo limitaría hasta un mes al año el calendario laboral.
«Las altas temperaturas sostenidas durante días afectan al cuerpo de forma escalonada, especialmente a personas vulnerables como ancianos, niños... Se pierden agua y sales que no se llegan a reponer –los ancianos tienen disminuida la sensación de sed y alterado el sistema termorregulador, que los niños tampoco tienen tan desarrollado– y eso puede dar lugar a una descompensación metabólica. El riñón funciona mal porque no es capaz de deshacerse de las sustancias que debe eliminar y estas se acumulan, se pueden producir arritmias...», asegura Lorenzo Armenteros del Olmo, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
«El estrés térmico causa un deterioro paulatino» pero, al manifestarse «de forma solapada», a los propios médicos les resulta desconcertante. «Durante las olas de calor del año pasado atendimos a mayores, que se encontraban mal. Sufrían mareos, náuseas, calambres... pero no había nada orgánico que lo justificase. Era estrés térmico».
Además de los cuidados que pongamos cada uno, Armenteros hace un llamamiento a las Administraciones para preparar a las ciudades para el calor. «Como hasta ahora estos episodios se daban tres veces al año no estamos preparados. Hay que habilitar fuentes, pequeños espacios de agua incluso para poder meter los pies, islas de calor...».
En ese camino está Salamanca, que está intentando aumentar la presencia de vegetación en el centro, con más parterres y árboles más grandes de lo que ha sido habitual estos años para que proporcionen sombra. Queda mucho, pero las zonas verdes y parques como Jesuitas o La Alamedilla rebajan entre 2 y 3 grados el calor ambiental y son pequeños refugios climáticos a los que vamos a tener que recurrir cada vez más.
