Fernández Carriedo anima a «competir sin complejos» pese al difícil momento para familias y empresas

Moderado por el director de la Fundación Vocento, Carlos Aganzo; Fernández Carriedo ha hecho una valoración sobre el momento económico actual, con sus debilidades y fortalezas para Castilla y León, al tiempo que ha planteado los retos de futuro y cómo se puede trabajar en ellos.

El momento actual es de «cierta preocupación y de inquietud», ha confirmado, «el escenario es el que es, por más interés que haya en negarlo somos muy conscientes de las dificultades de muchas familias para llegar a fin de mes y de las dificultades de las empresas de acceso al crédito, de obtenerlos en condiciones ventajosas o de acceder a determinadas materias primas». A esas cuestiones hay que sumar «dos años de mala cosecha agrícola y los problemas ganaderos, es una realidad que no podemos ignorar».

Ante esta fotografía, Fernández Carriedo citó como fortalezas regionales, la alta cualificación de los jóvenes y los profesionales, el liderazgo regional en el sistema educativo, la importancia de la universidad, la diversificación del tejido productivo, las infraestructuras o la ubicación estratégica. «Fuimos de los primeros en recuperar el PIB anterior a la crisis, fuimos de las comunidades que menos perdió en 2020, y menos tuvo que recuperar», recordó.

Se refirió, además, al hecho de que Castilla y León se encuentra «entre las comunidades de mayor crecimiento industrial», que situó en el 5%; o a la «posición de cabeza» en el capítulo de las exportaciones, que han crecido un 16% este año, frente al 3% nacional, «cinco veces de crecimiento superior a la media nacional», insistió. «En los últimos diez años las exportaciones han crecido un 35% en Castilla y León y un 55% en Salamanca, exportamos más de lo que importamos». También la inflación o el endeudamiento se encuentran en la región por debajo del conjunto del país y aunque estos elementos suponen una situación de ventaja «no impiden ver la dificultad».

En este contexto, animó a «confiar en las empresas», y se mostró contundente: «Si alguien va a crear empleo y riqueza son las empresas y los empresarios, nosotros debemos apoyarles en las dificultades de acceso al crédito, de favorecer la financiación».

Lo que denominó como «perímetro de apoyo financiero», a través de Iberaval o la plataforma financiera, ha supuesto el acceso al crédito a 5.000 empresas, más de 1.400 de ellas en Salamanca desde el inicio de la legislatura. De los 800 millones en crédito, 200 millones han llegado a Salamanca, la cuarta parte, «esto refleja el dinamismo», apreció, «es muy importante mantener el apoyo por la dificultad de acceso al crédito y en buenas condiciones».

A ese eje de la financiación, sumó otros cuatro retos el consejero, entre los que incluyó la internacionalización y la exportación, la innovación y la digitalización, los fondos europeos y una economía con bajos impuestos. «Nos interesa mucho tener presencia en el exterior», expuso en ese apartado de la internacionalización, sobre todo con la vista puesta en nuevos mercados como el asiático o el de América del Norte, «la economía está muy centrada en la exportación a Europa y algunos de nuestros clientes tienen dificultades, hay que abrir nuevos mercados, hay que hacer el esfuerzo». En la región 8.000 empresas exportan, «Salamanca ha ido creciendo por encima de la media nacional» sin dejar de acordarse de las Pymes, «es posible que necesiten apoyo».

Sobre los fondos europeos se refirió a los PERTE, proyectos de carácter estratégico, en los que apostó por la economía de la salud y la lengua. En el caso de la economía con bajos impuestos citó aspectos concretos como los 45 millones de ahorro fiscal que han tenido los 5.000 salmantinos que se han beneficiado de la eliminación del impuesto de donación y sucesiones o los 15 millones de ahorro fiscal con la rebaja del primer tramo del IRPF.

El consejero de Economía y Hacienda mostró también su preocupación por «la necesidad de una financiación económica que se ajuste».

Puso sobre la mesa el denominado debate sobre el déficit fiscal, «parece que todos tuviéramos una deuda con Cataluña, nosotros también tenemos necesidades» y desechó la idea de comunidades infrafinanciadas y «supuestamente» sobrefinanciadas. «Son los ciudadanos, no los territorios los que tienen la capacidad contributiva» por lo que esa idea de déficit fiscal «no estamos dispuestos a aceptar».

Sobre la previsión de crecimiento, «siempre hemos sido moderados», señaló, y se comenzó con una previsión anual del 1,6% que se mantiene. Es verdad que en el primer trimestre se creció a un ritmo del 4% y en el segundo al 2%, «el deterioro ha sido rápido», asumió, y es previsible que en el tercer y cuarto trimestre ese crecimiento se sitúe por debajo del 2%, aunque eso es compatible con el crecimiento de la exportación.

Recordó que hay 9.000 puestos de trabajo que no se cubren, «falta conexión entre la oferta y la demanda», apuntó, pero también restricciones en la movilidad o cuestiones relacionadas con la formación, «esto requiere una reflexión de toda la sociedad».

También reflexionó sobre la posibilidad de que la digitalización se convierta en una industria en sí misma, y sobre la situación política nacional sentenció que para la economía «nunca es bueno un periodo de interinidad tan largo, retrasa las inversiones y lo que necesitamos es estabilidad y certidumbres».

En cualquier caso, pidió «que se nos trate como merecemos, en iguales condiciones que al resto de España».