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Azadas y garrafas de agua reutilizadas son las herramientas con las que Fridays For Future Salamanca cuida cariñosamente de su plantación en El Zurguén. Una veintena de personas se reunieron la mañana del viernes para realizar labores de mantenimiento básico, como despejar los alcorques de plantas adventicias, regar y dejar las garrafas llenas para facilitar la tarea al siguiente turno de riego. Retomaban la actividad después de un tiempo sin esta disciplina semanal que se hace más necesaria cuanto más suben las temperaturas. Un trabajo artesanal, cuidadoso y sereno que se veía ensombrecido al mirar los enormes agujeros dejados por la retroexcavadora que ha iniciado las labores para la plantación enmarcada en el LIFE Vía de la Plata. Una intervención que ha sido el detonante de numerosas quejas y de esta convocatoria especial con carácter reivindicativo.
«Parece que han estado cavando tumbas» bromeaban para tratar de reponerse del disgusto al pasar junto a las zanjas de dos metros de largo que en algunos casos han dañado lo ya plantado. Todos saben que es completamente innecesario hacer agujeros de esas dimensiones para plantar árboles y menos aún, arbustos, como tiene previsto el Ayuntamiento de Salamanca.
Los participantes eran casi todos miembros de FFF Salamanca y el Comité Antinuclear y Ecologista, pero también algunos vecinos y amigos del proyecto. Entre todos, en un par de horas habían hecho casi todo el trabajo que se habían planteado para la mañana. «Es lo que pasa cuando trabajas en equipo», se complacían.Protegidos del viento junto a unas peñas de la ladera y antes de que algunos tuvieran que marcharse, decidieron leer un manifiesto en el que querían recoger los motivos de su enfado con la reciente actuación municipal.
«En primer lugar, la propia plantación. ¿Cómo puede ser que una labor que se enmarca dentro de un proyecto que dice tener en cuenta a la ciudadanía se cargue el trabajo y el esfuerzo de esta propia ciudadanía? Llevamos plantando y cuidando del Zurguén tres años, ignorando el frío y el calor, y de repente se mete el Ayuntamiento a plantar en el mismo espacio que nosotras llevándose por delante parte de nuestros plantones con su retroexcavadora».
Pero a estos activistas ambientales les preocupa también «la millonada» que están costando estas actuaciones. «Desde el movimiento FFF Salamanca nos preguntamos, ¿a qué se está destinando este dinero y de qué forma? La ciudad de Salamanca tiene, según las mediciones que hicimos, una calidad de aire pésima (aunque traten de ocultarlo), carriles bici cuya conexión es un sinsentido, una limitación de la libre circulación del peatón por la abundancia de aparcamientos y carreteras para coches, un mantenimiento insuficiente de la vegetación que se planta, y un largo etcétera que venimos observando desde hace ya tiempo».
Con todo ese dinero consideran que la Corporación Municipal «tiene posibilidad de actuación real, esto es, actuar allá donde nosotras como colectivo no podemos: tienen el poder de poner y quitar aceras, de peatonalizar calles, de reducir el gasto energético. Tienen, en definitiva, la capacidad de solucionar los problemas reales que no están a nuestro alcance».Además insisten en que «poner cuatro petunias en las farolas de la ciudad y unos cuantos arbustos al lado de las aceras no va a solucionar nada. Necesitamos que toda la vegetación que queréis plantar en el Zurguén la plantéis en las calles, porque podéis hacerlo. Necesitamos un Ayuntamiento con amplitud de miras y, ante todo, que comprenda realmente qué es eso de la crisis climática y actúe en consecuencia. Todo lo demás no es más que tirar el dinero de la ciudadanía».
En la misma línea, lamenta que «no es la primera vez que el Consistorio se lleva por delante el buen trabajo realizado por los ciudadanos de manera altruista y manual. Ya se apropió, desmanteló y utilizó en base a su beneficio el Cerro de San Vicente, donde vecinas y vecinos estaban desarrollando un huerto de forma comunitaria».
Por ello, concluyen que «las calles, el espacio público, pese a ser mantenido con el dinero de nuestros bolsillos, no nos pertenece porque no nos dejan actuar en él. Actualmente todo está bajo las manos del Ayuntamiento que hace y deshace con nuestro dinero como quiere, impidiéndonos pasear entre árboles, circular en bicicleta, jugar en la calle por el ruido, la contaminación y el tráfico o disfrutar de espacios creados por nosotras mismas». Y advierten: «La calle la pagamos nosotras, y por tanto la calle debe ser nuestra». Por ello plantean llevar a cabo próximamente acciones reivindicativas en este sentido.
Además, exigen respeto a su plantación en El Zurguén y el compromiso de que la corporación municipal mantendrá el riego de lo que está plantando y que se permita al colectivo seguir regando su plantación.
Cuando, después de concluir todas las labores y una vez depositadas todas las garrafas en la ladera para la siguiente cita, los últimos participantes y vecinos se disponían a marcharse, un grupo de técnicos municipales responsables de las intervenciones del LIFE Vía de la Plata visitó la zona. Desde FFF Salamanca les manifestaron su disgusto mientras defendían su labor profesional y el valor del proyecto municipal.
Con esta y otras reforestaciones el Ayuntamiento busca «enriquecer la biodiversidad urbana, la mejora de los servicios de los ecosistemas y la adaptación al cambio climático de la ciudad, logrando una simbiosis entre la naturaleza y el carácter patrimonial de la capital charra que pueda servir de replicación en otras ciudades de características similares. Al mismo tiempo, se contribuye a un mejor control de las especies y la lucha natural contra las plagas».
Además, defiende que «otros de los elementos más importantes del LIFE Vía de la Plata es la implicación de la ciudadanía en el desarrollo del proyecto y, por esa razón, durante los meses previos se ha llevado a cabo un proceso participativo con la ciudadanía, a través de reuniones por barrios y con el tejido asociativo de la ciudad, en el que los salmantinos han podido mostrar su visión del proyecto y los resultados que esperaban conseguir en su ciudad».
En esta línea destaca que «uno de los aspectos más valorados y solicitados por la ciudadanía en estos encuentros ha sido el aumento de la vegetación en el entorno urbano, solicitud a la que responden las primeras actuaciones puestas en marcha».
Sin embargo, es evidente que existen lagunas en la forma de abordar la participación ciudadana cuando se producen desencuentros como el actual con los movimientos ambientalistas y vecinales que defienden esos mismos intereses en la ciudad.
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