Grutas, un museo y parques: refugios de Salamanca donde pasar fresco los días de calor

Salamanca está en el punto álgido de su primer episodio de calor del verano. Desde el fin de semana pasado y hasta que acabe esta los termómetros superarán los 30 grados de máxima y las noches será muy calurosas: una ola de calor en toda regla. Una situación propia de la época del año en la que estamos, pero que tiene sus implicaciones en la salud. Buscar el fresco y protegerse de las altas temperaturas es fundamental para evitar consecuencias, pero este verano vuelve a ser difícil por las limitaciones legales.

Las altas temperaturas van a ser una constante los próximos años. En 2022, Salamanca superó en un grado completo su récord de temperatura media anual, un salto propiciado por las tres olas de calor y los registros anormalmente altos de los termómetros durante todo el año. No sólo se batió el récord de máxima, 40,8 grados en la capital y 41 en el pantano del Águeda, sino que hubo picos de calor todo el año: mayo tuvo récords, cinco meses del año fueron muy cálidos y hubo hasta siete noches tropicales.

Además, el aumento de temperaturas se nota más en la capital. La zona urbana sufre el fenómeno de la isla de calor, con una variación de las mínimas próxima a los 2 grados en comparación con las zonas rurales alrededor de la capital, algo que se nota todavía más en el centro.

El aumento de temperaturas es una realidad, pero ¿qué armas tenemos para combatirlas? Una solución podría ser buscar locales con fuerte aire acondicionado, pero eso ya no es del todo posible. En agosto del año pasado, el Gobierno limitaba el uso del aire acondicionado en numerosos establecimientos a 27 grados. Sin embargo, tenemos otras opciones al alcance de la mano que, en Salamanca, pasan por lugares donde la temperatura es muy inferior a la de la calle.

Una de las opciones más sencillas y al margen de las limitaciones por motivos técnicos. El caso más evidente es el del DA2, el museo de arte contemporáneo de Salamanca, donde la temperatura de sus salas está muy por debajo de los 27 grados límite para sedes públicas. El motivo, la conservación de las obras, que requiere de una temperatura estable y generalmente baja.

La norma permite matener muy frescas las salas donde se exponen obras, aunque en la cafetería o las zonas de paso sí tendrán que estar a los 27 grados legales. En las salas donde están las obras la temperatura es muy inferior al límite legal, y muchos grados por debajo de la de la calle.

Si el calor aprieta, una de las mejores opciones es meterse bajo tierra y en Salamanca hay una opción excelente: el pozo de nieve. Se trata de uno de los monumentos más insólitos de la ciudad. Data del siglo XVIII y se trata de una construcción vinculada al desaparecido convento del Carmen Calzado de San Andrés donde se almacenaba nieve y se comerciaba con ella. Está excavado directamente en la piedra y en el fondo de sus 7 metros de profundidad la temperatura baja.

Y más todavía lo hace en sus increíbles galerías subterráneas, descubiertas recientemente, de uso y fabricación desconocidas, y donde corre el agua y se pueden ver incluso estalactitas. La visita es siempre guiada, es obligatorio reservar y el fresquito está asegurado: el lugar merece mucho la pena.

Salamanca cuenta con decenas de iglesias cuya construcción es su mayor ventaja climática. Los gruesos muros de piedra de los templos logran rebajar algunos grados la temperatura exterior así que una visita siempre nos dará un respiro.

En Salamanca se pueden visitar casi todas, desde las catedrales a la peculiar de San Marcos o Santo Tomás Canturiaense. Hay horarios y conviene no molestar en el momento de las celebraciones.

Las zonas naturales son un aliado perfecto contra las altas temperaturas. En los últimos años, Salamanca está dando pasos al frente en la renaturalización del centro con proyectos como Savia o el LIFE Via de la Plata que incluyen plantación de árboles y pequeñas zonas verdes. Eso ha supuesto la plantación de árboles y arbustivas, además de una mayor conciencia de la importancia de contar con zonas naturales y cuidar los muchos parques y jardines existentes.

Se suman a los 2 millones de metros cuadrados de parques y los cerca de 13 metros cuadrados de zonas verdes por habitante en una ciudad con cerca de un 30% de superficie verde. Su presencia es fundamental. Los árboles y arbustos no solo brindan sombra, también refrescan activamente el aire.

La sombra de los numerosos parques de Salamanca rebaja varios grados la temperatura y muchos cuentan con instalaciones de sombra y zonas de agua. Especialmente refrescantes, las zonas más próximas al río Tormes donde la temperatura baja mucho a la orilla.

El pasado día 10 de junio empezó la temporada de piscinas en la capital, que se prolongará hasta septiembre. Son siete las disponibles, de 11.00 a 21.00 horas cada día. Son un recurso imprescindible para los días de más calor.

Todas cuentan con zonas verdes y sombras y, lo más importante, la posibilidad de darnos un chapuzón. Son de pago los abonos van desde 19,60 euros al mes el abono individual junior, 36,80 euros al mes el individual adulto, o 50,33 euros al mes el abono familiar. Con el mismo abono se podrá acceder a todas las instalaciones.

Por último, un recurso muy socorrido es tener agua cerca. En la capital son más de 300 las fuentes de agua potable disponibles para refrescarnos.

Además, están las fuerntes ornamentales, que ayudan a refrescar el ambiente. Y las de tipo lúdico, cuatro repartidas por la ciudad (Alamedilla, Garrido, Zurguén y Tejares), donde muchos niños acostumbran a remojarse.

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