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Este martes, 25 de septiembre, se ha dictado el veredicto del jurado contra el asesino de Yess María, la mujer que fue encontrada sin vida en Santa Marta el pasado 5 de enero de 2023. Su asesino, D.G.M., ha sido condenado por un jurado popular como culpable de asesinato con agravante de desprecio de género.
No ha habido atenuantes de ningún tipo, tal como pedía de la defensa por el consumo abusivo de alcohol y drogas, y los nueve miembros del jurado han sido bastante tajantes a la hora de analizar todos los hechos en base a las pruebas y los testimonios de los testigos que han participado en el juicio.
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Isidro Serrano
Tanto el fiscal como la acusación particular mantienen la petición de una pena de prisión de 25 años y 10 años de libertad vigilada para el acusado. Sin embargo la defensa, que en un primer momento pedía 10 años por homicidio doloso, ha solicitado la condena mínima en caso de asesinato, que son 15 años, además de considerar como «desproporcionadas» las indemnizaciones que la acusación particular ha solicitado para los familiares de Yess María, y que en conjunto superan los 500.000 euros.
Los miembros del jurado, cinco mujeres y cuatro hombres, han necesitado la tarde del martes y las primera horas de la mañana para tomar una decisión sobre el veredicto. Algo que había intranquilizado de alguna manera a la familia y al abogado de la acusación particular, Manuel Pablos González, que parecían estar convencidos en que la pruebas y testimonios iban a hacer que la decisión de jurado fuese más rápida.
Sin embargo, sus temores se disiparon desde el primer momento, cuando la portavoz del jurado comenzó a enumerar los distintos hechos objeto de veredicto y en todos los que eran desfavorables para el acusado, para lo que se necesita el voto de 7 de los 9 miembros del jurado, y se le escuchaba decir «probado por unanimidad» en todos los hechos alegados por las partes salvo en uno que se aprobó por mayoría.
A partir de ese momento, parecía improbable algún cambio de sentido en la sentencia hacía otro veredicto que no fuese asesinato, algo que quedó corroborado con las explicaciones de la portavoz del jurado explicando el porqué del sentido de las votaciones. Finalmente, y con el acusado con la cabeza gacha y las manos tapando su cara en muchas ocasiones, el juez solicitó a las partes que confirmasen sus peticiones de pena para el acusado tras conocerse el veredicto de los nueve miembros del jurado.
A lo largo de estos días se ha ido celebrando un juicio con jurado popular en el que han declarado los testigos, los agentes de la Guardia Civil, los forenses, el propio acusado y otras figuras relevantes en la investigación, y en el que las pistas siempre apuntaban a que la muerte de Yess María nunca se había debido a una caída, sino a una sucesión de golpes y maltratos que la mujer de 44 años habría sufrido en el transcurso de las horas durante esa fatídica noche.
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Además, las palabras que dedicó el fiscal antes de finalizar la sesión fueron contundentes: «En vez de atender a la mujer se pone a hacerle fotos, a grabar vídeos con Yess María agonizando y llena de sangre, afirmando y preguntando a sus amigos a ver qué hacía con eso que daba miedo. Se mofa de ella, dice que empieza a oler mal, que es mugre, que vengan a ayudarle a mover esto, que pasa 100 kilos. La desprecia, como a todas las mujeres, porque ya había sido sentenciado antes por un caso de violencia de género». Por todo ello, se pedía «no una sentencia ejemplar, sino una sentencia justa, y unos hechos tan graves merecen una sentencia grave, la más grave que permite el código penal, que en este caso, igual hasta se queda corto».
A la salida del juicio, tanto la madre como la hermana de la víctima han querido lanzar unas palabras, no solo de agradecimiento a todos los que han colaborado en el caso, como de aliento y justicia por el veredicto.
«Le doy las gracias al juez porque hizo todo como debía de ser, al abogado que nos ha ayudado y a todos los que estaban sentados en esa mesa. Mil gracias», comentaba Marisa, la madre de Yess Quejada, que animaba también a la prensa a no dejar solas a las víctimas «y denunciar este tipo de actos tan horribles para que no vuelvan a pasar».
Además, su hermana Claudia Pérez Quejada ha querido dejar claro que «lo que queríamos es que no quedara impune y si tenía que pagar, que pagara realmente lo que corresondía por ley. Eran 25 años, no se podían pedir más, pero por la gravedad del asunto, por lo que hizo a mi hermana y por cómo la mató, se merecía una revisión permanente, que es la máxima en este país», sentenció, dando las gracias a todos por la forma en la que se había desarrollado todo.
Tras hablar con la prensa, toda la familia se fundió en un abrazo no pudiendo reprimir las lágrimas, en una mezcla de satisfacción por el veredicto, y rabia y pena por la pérdida de una forma tan brutal de una ser querido.
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