

Secciones
Servicios
Destacamos
Las malas hierbas hacen periódicamente presa en aquellos lugares donde se atestigua la historia de la ciudad. La Cueva de Salamanca, los restos del Colegio Cuenca, la iglesia de San Lorenzo o el poblado protohistórico del cerro de San Vicente se llenan de vegetación espontánea que invade muros y vestigios arqueológicos dejando no sólo mala imagen sino vegetación invasiva que afea y pone en riesgo bienes muy especiales.
Para evitarlo, el consistoria ha adjudicado un contrato de cerca de 28.000 euros para que una empresa especializada lleve a cabo labores de limpieza específica, que exigen de un cuidado especial por el tipo de yacimientos y materiales con los que se trabaja.
Noticia relacionada
El contrato incluye el cuidado de cinco de los conjuntos arqueológicos más valiosos de la ciudad, donde las malas hierbas afloran de cuando en cuanda. Se trata de la Cueva de Salamanca en Plaza de Carvajal; el Centro de Interpretación de las fortificaciones de Salamanca en la Cuesta de Carvajal; las urnas donde se guardan los restos e la iglesia de San Lorenzo en la Vaguada de la Palma; los restos arqueológicos del Botánico; y los restos arqueológicos del Cerro de San Vicente, tanto la plataforma superior como la ladera sur.
En todos ellos se aprecia que, de forma periódica, aparece vegetación no en sus entornos, sino en los propios yacimientos y entre los restos, lo que además de impedir su correcto disfrute puede ser un riesgo para su conservación. Según el proyecto del arqueólogo municipal, las especiales condiciones ambientales en que suelen estar integrados los mencionados restos, habitualmente al aire libre y sin elementos de cubierta o protección, o en condiciones seminaturales, hacen que tengan que ser atendidos de manera continua para evitar la suciedad ambiental, los depósitos biológicos y el crecimiento de vegetación espontánea de carácter invasivo que menoscaba sus valores.
Dado el carácter especial de estos bienes, en algunos casos, construidos con materiales frágiles, como el adobe, el barro cocido o piedra alterada por el paso de los siglos, se requiere que las actuaciones de limpieza y conservación se realice de manera cuidadosa, por personal cualificado con unos conocimientos técnicos previos. Por eso se ha contratado a una empresa especializada.
Así, es habitual que la urna en la que se guardan los pocos restos que quedan de la iglesia de San Lorenzo se llenen de hierbajos. También se aprecia con claridad la presencia de vegetación invasora en el entorno de la Cueva de Salamanca, uno de los monumentos más sensibles, más visitados y que más sufre.
Lo mismo ocurre con los restos arqueológicos del convento de San Agustín, colegio de Cuenca y calle de San Pedro en el Botánico, convertido en yacimiento visitable hace unos años. Al estar al aire libre, es uno de los lugares donde el problema de la vegetación invasora se manifiesta con más frecuencia y fuerza.
También tiene problemas de vegetación espontánea, colonizaciones o desechos biológicos los restos de la excavación del cerro de San Vicente, a pesar de que está dentro de una estructura cerrada que protege las casas del poblado protohistórico.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.