La 'mancha' del casco histórico de Salamanca: el derribo del Teatro Bretón cumple 14 años sin solución

Muchos no lo llegaron a conocer de pie, otros ni tan siquiera llegamos a recordarlo; algunos pudieron contemplarlo en sus últimos años de vida y los más afortunados llegaron a enriquecerse culturalmente en su interior. Dicen que del amor al odio hay un solo paso, ¿y de la belleza a la fealdad? Este miércoles, 14 de agosto, se cumplen 14 años del derribo del Teatro Bretón. Un paso dado sin dirección que mancha el casco histórico de la ciudad de Salamanca.

Su historia no se olvida, aunque el siguiente capítulo esté por escribir, en plena guerra entre el Ayuntamiento y los vecinos del barrio, para impedir que se convierta en una nueva residencia universitaria de la ciudad. Entre las ideas de los que tienen en sus manos el poder seguir el cuento; una residencia de ancianos, otra de estudiantes, un párking subterráneo o un hotel.

En un viaje en el tiempo, el inmueble se construyó sobre el antiguo Teatro del Hospital, que databa del siglo XVIII. Fue entre 1785 y 1890 cuando adquirió su última estructura arquitectónica general, emergiendo como teatro de caja italiana, aunque con posterioridad sufrió numerosas reformas. Es en este momento, cuando comienza a acoger representaciones teatrales entonces en boga, como los entremeses del Marqués de Somosaguas, u obras del Duque de Rivas, así como las primeras compañías itinerantes y también los Juegos Florales. Y no solo eso, también fue foro de numerosas proclamaciones, y durante la República de importantes mítines políticos.

En 1890 recibió el nombre de Teatro Bretón en honor al músico Tomás Bretón, del que Salamanca ha celebrado el centenario de su muerte el pasado 2023. En sus últimos años se reconvirtió en cine y pese a los intentos de Caja Duero o la Fundación Germán Sánchez Ruipérez por comprar el inmueble para crear un centro cultural, el derribo acabó por llegar, debido a las elevadas pretensiones económicas de sus por entonces propietarios.

Después de años sin actividad, en 2009 se ordena su demolición. Sin embargo, el 26 de mayo de ese mismo año y tan solo seis horas después de que sus piedras comenzarán a caer, el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número dos de Salamanca ordenó la paralización del derribo, a tenor del recurso presentado por el Foro de Izquierdas-Los Verdes, por el que se exigía al Juzgado que ordenara parar esas obras hasta que la Junta de Castilla y León diera a conocer si declara el edificio Bien de Interés Cultural (BIC).

Fue el abogado del colectivo ecologista el que provocó -literalmente- la paralización de la obra, ya que tenía conocimiento de la decisión judicial y viendo que la empresa todavía no había parado la obra, decidió ponerse delante de la excavadora como medida de protesta.

Tras idas y venidas, promesas al aire y negociaciones; más de 365 días después, el 31 de julio de 2010 se retomaron las labores de demolición del Teatro Bretón, poco después de que el Juzgado levantara la suspensión cautelar que pesaba sobre las obras. En unos minutos, lo que quedaba del inmueble desapareció. Todo se redujo a escombros.

Los dueños y el Ayuntamiento habían llegado a un acuerdo por el cual se retiraba la demanda a cambio de que la residencia se transformase en un hotel, siempre y cuando una parte del edificio se destinase a un pequeño teatro, también de nombre Bretón, con capacidad para 300 personas, entrada independiente y que fuese incluido en la circuito escénico y la Red de Teatros de Castilla y León. Nada más lejos de la realidad en la actualidad.

Según la sentencia, el consistorio concedió la citada licencia a la empresa solicitante «a pesar de la desestimación inicial y de la presentación extemporánea de documentos, sin que el propio Ayuntamiento hubiese tramitado el correspondiente procedimiento de revisión y ni siquiera realizara un nuevo trámite de audiencia». El dictamen se unía a la desestimación de la Asociación Comité Antinuclear y Ecologista en relación con el mismo asunto urbanístico.

Los vecinos del barrio han solicitado la adquisición del solar . Debido al «abandono en el que se encuentra el solar», la Asociación ha solicitado formalmente al Ayuntamiento la adquisición del solar donde estuvo emplazado el Teatro Bretón-Patio de Comedias.

«Reclamamos de manera urgente la intervención del Ayuntamiento para hacer efectivo el uso dotacional que se le reserva a esta parcela en el PGOU», declaraban en un comunicado el pasado mes de febrero.

Los vecinos esperan todavía que el Ayuntamiento convierta el solar del Bretón en un «espacio verde de esparcimiento» que «aligere la saturación urbana y de ruido que sufre», por su proximidad a la Gran Vía o «devuelva a ese lugar el uso cultural que siempre tuvo».

La Asociación Vecinal entiende que la solicitud presentada es acorde a su fin principal de velar por el interés patrimonial, cultural y mejora general del barrio, porque haciéndolo contribuye a que Salamanca sea «una ciudad más atractiva y habitable».

Mercedes, presidente de la Asociación de Vecinos del barrio del Bretón muestra una medio risa mientras que analiza la situación actual tras 14 años y un 14 de agosto. «La situación es la que se; un solar y una valla, que desvirtúa el entorno en el que está enmarcado, con nuestro mayor emblema que es el Convento de las Claras y su museo Medieval, además de la Plaza de San Román. El derribo se llevó a cabo con alevosía», comienza a hablar.

Actualmente y tras todos los proyectos mencionados que chocan de lleno con el Plan Urbanístico, para los vecinos la valla «es un obstáculo enorme» y por ello se ha solicitado la permuta o adquisición. «Queremos que sea un jardín para actuaciones, dentro de un enmarcado tributo a una música, adecuada al entorno. No queremos irnos debido a los ruidos».

Y un mensaje final, con destino: el Ayuntamiento. «Repara lo que en su día no pudiste hacer».

• Temas
• Ayuntamiento de Salamanca
• Plan General de Ordenación Urbana