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Caminar por San Bernardo en estas fechas es hacerlo por un barrio distinto a lo que es habitualmente. Acostumbrados a su trajín estudiantil, durante el periodo no lectivo en el Campus Miguel de Unamuno sólo se ven los últimos rastros del otoño, algún alumno solitario y el aprovechamiento de la ausencia de personal para la elaboración de obras y arreglos de las instalaciones universitarias.
Por ello, esta otra mirada a Salamanca (la décima de este recorrido por los barrios y la última de este año) va centrada en lo que es la vida del barrio propiamente dicha. El barrio de San Bernardo tiene movimiento en sus dos principales arterias: la avenida Filiberto Villalobos y la avenida de Villamayor. En la primera, la fama y el nombre se los lleva la estación de autobuses, punto de marchas, llegadas y esperas. Y lo vital lo dan el mercado (pared con pared con la estación) y los bares y pequeños comercios que ocupan toda la avenida. Es prácticamente imposible ver a alguien que no lleve una bolsa, un carro o mirando los escaparates de la pescadería o la panadería. Al final (o al principio) de la avenida, la parroquia de San Juan de Mata, sede de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Vía Crucis, el cristo al que el barrio espera cada Jueves Santo.
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Álex López
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En la avenida Villamayor, la fama y el nombre se lo lleva un famoso y siempre concurrido supermercado. En una esquina, la Santísima Trinidad; en la otra, la parroquia de Santa Teresa. Y en el centro, el Victoria Adrados, centro municipal para gestiones y actividades. Esta avenida la comparten San Bernardo y el barrio del Oeste. Si cambias de acera, cambias de barrio.
En las calles, parques y plazas entre estas dos arterias mencionadas puedes encontrarte los característicos edificios de ladrillo e incontables ventanas cuadradas, bancos que parecen piezas del parchís y hasta sorprendentes murales, como la calle Libreros recreada en una pared. Lo que no vas a encontrar ni oír es ese ir y venir de personas que se quedan en las «fronteras» del barrio. Podría decirse que San Bernardo es un barrio con un envoltorio de bullicio y un interior de silencio.
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