Multado en Salamanca con 1.500 euros por zarandear un árbol a la vista de la Policía

Los daños contra el mobiliario urbano siguen siendo una de las principales infracciones de los fines de semana, superados por las micciones en vía pública y el lanzamiento de objetos, pero siempre habituales. Patear papeleras, romper señales o romper espejos retrovisores de coches son hechos ciertamente frecuentes, pero cada vez se repiten más los atentados contra un elemento concreto: el arbolado.

En el último caso, un joven va a ser fuertemente multado por intentar romper un árbol en el centro de Salamanca. Los hechos tuvieron lugar la mañana del 21 de abril en la plaza de Santa Eulalia, en pleno centro histórico. A las 7.27 horas según el parte policial, se recibe un aviso de una patrulla de la Policía Nacional, que han observado a una persona zarandeando uno de los ejemplares de la plaza.

Sin saberlo, y a la vista de los agentes, el joven procede a torcer el tronco de uno de los pequeños árboles a la puerta del Hotel Condal hasta llegar casi a romperlo; el árbol queda totalmente tumbado tras su actuación.

Avisados por los agentes de la estatal, una patrulla de la Policía Local acude al lugar, sorprende al joven y procede a abrirle un boletín de denuncia por los hechos comprobados. Arrancar ramas, romper, deteriorar y zarandear árboles municipales, sin llegar a arrancarlos, se considera infracción grave contra la ordenanza de convivencia ciudadana.

Además de los árboles urbanos, las nuevas plantaciones repartidas por toda la ciudas siguen concentrando las iras de muchas personas. En las últimas semanas, tras finalizar las actuaciones del LIFE Vía de la Plata y las últimas peatonalizaciones, se ha sabido que las nuevas plantas son objeto de robos, muchas se han secado por los orines (humanos y animales) y varios parterres han tenido que ser protegidos con vallado.

La multa por dañar el arbolado urbano es de hasta 3.000 euros, por arrancar un ejemplar, algo sancionado como infracción leve en la ordenanza de convivencia; a lo que se suma la obligación de reponer el ejemplar arrancado. En este caso, se ha quedado en 1.500 euros.

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