Las obras para convertir locales en vivienda llegan a edificios protegidos de Salamanca en pleno centro histórico
Un permiso de obras para cambiar de uso terciario a residencial un imueble con protección patrimonial extiende esta práctica a la plaza del Corrillo
La proliferación de cambios de uso de local a vivienda ha poblado Salamanca de nuevos apartamentos 'a pie de calle' que se han extendido no sólo por el centro histórico, sino por toda la ciudad. Casi cualquier negocio sin uso u oficina vacía es susceptible de convertirse al uso residencil en una carrera sin freno que ya tiene consecuencias: los vecinos han empezado a quejarse y se elaborará una nueva ordenanza que llevaba parada años.
Mientras llega la ansiada regulación, son muchos los promotores que, todas las semanas, solicitan licencia para el cambio de uso de local a vivienda y el fenómeno llega ya incluso a edificios protegidos en el núcleo central de la Salamanca turística.
En las últimas semanas se han conocido numerosos casos de edificios con cierto nivel de protección global o en sus fachadas que se pasaban al uso turístico, pero ningún caso tan céntrico ni con la fórmula de convertir lo que técnicamente es un local para otros usos y transformarlo en vivienda. En esta misma zona se rehabilitan edificios a este uso para explotación turística, pero se hace con proyectos que afectan al inmueble íntegro.
El último caso se verá la próxima semana en la comisión de Fomento y afecta a un inmueble de la plaza del Corrillo. Se trata de una solicitud de declaración responsable, que permite a un promotor acometer obras para realizar obras en un local de uso terciario a uso residencial.
El inmueble, actualmente de uso deportivo, ronda los 60 m2 y se encuentra en un edificio recogido en el catálogo de construcciones protegidas de Salamanca. Se trata de un edificio de finales del siglo XIX, estilo eclecticista, hecho en sillería y con unas interesantes rejerías, que se encuentra a un paso de la Plaza Mayor en un entorno de máxima protección.
Según su ficha, tiene protección ambiental que obliga a mantener sus elementos orignales y su fachada y que no permite el vaciado interior; en caso de querer hacerse algo, tendría que acometerse una restauración integral. Es vecino de un edificio recién pintado de amarillo intenso que ahora se sabe que cambió su color sin haber esperado al permiso.
Según el proyecto, se prentende hacer un apartamento con despacho de 55 m2 con dormitorio de 12 m2 y salón-estar-cocina de 22 m2 como principales estancias. Cumple con las características mínimas para una vivienda de nueva construcción.
