La Orquesta Panorama cumple en Salamanca como fenómeno de masas

La noche del miércoles en Salamanca tuvo luna llena y también su propio eclipse: la Orquesta Panorama iluminó La Aldehuela con un torrente de música, color y emoción que envolvió a miles de asistentes en un espectáculo total. Pasaban las 22:30 cuando las primeras notas rompieron el murmullo expectante del público. Un golpe de luces, una llamarada digital en las pantallas LED, y la orquesta irrumpió con fuerza.

Desde ese momento, el asfalto de La Aldehuela se transformó en una gran pista de baile donde resultaba difícil no corear las canciones que una de las orquestas más importantes de España cantaba. El nuevo espectáculo 'Epic Tour' no ha decepcionado con un viaje vibrante por décadas de melodías reconocibles: himnos del pop español, estallidos de rock internacional y guiños a la música urbana, todo engarzado con arreglos brillantes y transiciones milimétricas.

Pero no ha sido solo un concierto, también un espectáculo visual. Las luces no solo iluminaban, contaban. En un momento, azules y blancos crearon una atmósfera de marea emocional; en otro, el escenario estalló en rojos y naranjas al ritmo de un clásico ochentero reversionado con descaro. El humo, las chispas, los cuerpos que se movían al compás: todo estaba vivo.

Más allá del despliegue técnico y el virtuosismo musical, el verdadero motor del espectáculo fue el público. Miles de personas hicieron posible una Aldehuela a reventar, con saltos sincronizados y coros que secundaban a algo más que una orquesta: es un fenómeno que mueve masas -de todas las edades- y esta noche, junto a la ribera del Tormes, se ha demostrado.

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