La peatonalización reduce al mínimo los accesos en coche al centro de Salamanca
La progresiva intervención en calles y trayectos limita a poco más de una por punto cardinal las entradas del tráfico al casco histórico todavía operativas en puertas de la implantación de la ZBE
Circular en coche en el centro de Salamanca es cada vez más difícil, y se va a poner imposible. A escasos meses de la entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones que afectará a la almendra central, la transformación de calles a peatonales ha eliminado varios accesos y va a limitar trayectos a circuitos de entrada y salida. Los últimos en cerrarse, los de Vaguada de La Palma y calle Ancha y el de Santos Jiménez desde Mirat.
El resultado es que, ahora mismo, son escasos los puntos por los que se puede entrar al centro con el vehículo particular y sin temor a multas. Tan pocos, como un par de opciones por cada punto cardinal, en muchos casos con acceso/salida de parking. Y que en el futuro se reducirán todavía un poco más con las restricciones y la finalización de las obras en calles y trayectos que pasan a prioridad peatonal.
Salamanca está rematando la transformación de muchas calles de la almendra central a plataforma única. Una vez finalizadas las obras, las vías afectadas pasarán a ser peatonales, lo que en muchos casos supondrá acceso restringido a autorizados, es decir, vecinos, carga y descarta, emergencias, colegios... y poco más. Eso significa que estas calles teóricamente sin coches seguirán teniendo circulación, aunque dejarán de estar abiertas al tráfico general.
El caso más reciente es el de la Vaguada de la Palma, ahora de u único sentido de salida de la ciudad desde la 'U' de la plaza de Donados; y que da continuidad a la peatonalización de la calle Ancha. Responde a la progresiva peatonalización del centro histórico, pero no es el único modelo.
En las últimas semanas han finalizado las obras en Santos Jiménez, acceso desde la avenida de Mirat a la plaza del Campillo y la zona de San Juan de Sahagún, donde también se ha pasado a plataforma única, aceras más amplias y zonas verdes en lugar de aparcamientos. Esta calle ha quedado, con su pertinente señal, limitada a autorizados y el acceso está vigilado por una cámara.
Esta calle se suma a Bientocadas entre las peatonales y define el nuevo modelo de acceso al centro, ya que las entradas disponibles para todos los conductores lo son fundamentalmente para el circuito de entrada y salida de un parking. Una constante que se repite en la ciudad, por ejemplo, en el acceso por Correhuela desde Gran Vía: pronto estará cortado incluso para el bus a partir de plaza de la Reina y sólo hará circuito para entrar y salir del subterráneo de plaza de Santa Eulalia, con salida de vuelta a Gran Vía por calle Rosa.
De este modo, los accesos realmente libres con vehículo al centro se limitan más que nunca. Queda abierta la llegada por el Sur, desde Arroyo de Santo Domingo y tramo final de San Pablo hacia la Gran Vía por el puente del Soto, en el que los vehículos más altos suelen quedar atrapados. Por el Este, los accesos por Juan de la Fuente a San Pablo, giro para volver a salir de la ciudad o ir a un parking; y Varillas y Correhuela para garajes y subterráneo.
Por el Oeste, la calle Espejo permite acceder a la zona de Fonseca, pero su trayecto acaba en la bajada de San Blas, dirección única de salida de la ciudad. Ronda del Corpus y Crespo Rascón siguen abierto, al menos, hasta que esta última también reciba los cambios previstos.
El resto son grandes ejes ya peatonales como calle Zamora y Toro, Azafranal/Pozo Amarillo o el frente de rector Esperabé. Y trayectos que se van a ir cerrado o ya lo están como Correhuela, Corrillo-Íscar Peyra o el recorrido por cuesta de Oviedo, calle Balmes y calle Veracruz hasta Tentenecio, que une la Vaguada y rector Esperabé para la salida de usuarios del parkig del Botánico.