Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
Bajo el sol abrasador de este verano a pesar de ser poco más de las nueve de las 9 de la mañana, un reducidísimo grupo de personas acude cada viernes a su ineludible cita con la plantación que Fridays For Future Salamanca inició en la ladera del Zurguén hace cuatro años.
Las labores comienzan con el llenado de las decenas y decenas de garrafas que usarán para regar el arbolado autóctono que todavía es demasiado joven para sobrevivir sin este aporte hídrico. Luego recorren la plantación para ir dándole a cada árbol la cantidad que necesita.
Con las cuatro olas de calor soportadas hasta el momento, su labor es especialmente necesaria para la supervivencia de los jóvenes árboles. Pero si otros veranos la participación en esta tarea era más alta, en la actualidad es mucho más reducida. Quienes no han abandonado cargan con más esfuerzo y mayor responsabilidad, porque saben que si fallan, el trabajo realizado hasta ahora no servirá de nada.
Noticia relacionada
Chema Lorenzo es una de las personas voluntarias que no faltan ni una sola semana para asegurarse de que las pequeñas encinas, robles, alcornoques y otras especies autóctonas que año tras año se han ido plantando en la ladera salen adelante. Explica que cuando estos árboles adaptados al clima salmantino sean más maduros no necesitarán riego. Pero todavía les faltan algunos años.
Mientras tanto, tiene una cita los viernes de verano, al menos de 9 a 12, para dar regar. En ocasiones, cuando llega, otro compañero ya lleva una hora a la faena. Es la forma de avanzar más sin pasar tanto calor.
Pero sus cuidados no se reducen al verano. La temporada de riego empieza en primavera. Aunque sea lluviosa, hay que hacer algunas labores previas importantes. Una de ellas es retocar los alcorques para que cuando llueve o se riega, el agua quede recogida en ellos y sea más aprovechada por las plantas. En un terreno tan escarpado es especialmente importante evitar que el agua se escape.
Este año se han apiadado de los árboles plantados por el Ayuntamiento en 2023 en la misma zona. Aquella intervención, enmarcada en el LIFE Vía de la Plata, fue polémica. Para realizarla se usó maquinaria pesada que dañó parte de la plantación de Fridays For Future. Las excavadoras dejaron el suelo con un relieve bastante irregular, lleno de montones y agujeros. En parte de esta zona los voluntarios también reconstruyeron los alcorques en primavera e hicieron también pequeños canales por la ladera para que el agua de lluvia escurriera por ellos hasta los árboles del Ayuntamiento.
Chema Lorenzo asegura que la plantación municipal apenas ha sido regada y critica el nulo mantenimiento que ha recibido. Denuncia que han desaparecido incluso los tutores de madera que sujetaban algunos de los árboles de mayor porte de la parte alta. Piensan que no estaban bien sujetos y que habrán sido robados.
Señala que de esos árboles se han producido muchas bajas. Y muchas más de los arbustos y árboles plantados desde la gasolinera del Zurguén hasta fuera del término municipal, en un tramo de unos dos kilómetros. «Está todo seco», afirma. Lo mismo pasa en el resto de la periferia de la ciudad con las últimas plantaciones. Un ejemplo son los arbustos plantados en la carretera de Zamora hacia el Helmántico. O se han secado o se los han llevado con la desbrozadora. Pero donde había montones de protectores para las aromáticas y otras especies plantadas no hay nada.
Sobre los alcorques, alrededor de los árboles, estos voluntarios colocan paja. Eso hace que a simple vista y si no se conoce el terreno, los árboles queden bastante escondidos. Pero ese acolchado tiene un objetivo importante: ayudar a sombrear el suelo para que las raíces no reciban tanto calor y ayudar a que el agua de los riegos tarde más tiempo en evaporarse.
Los regantes voluntarios acarrean garrafas llenas de agua para dejarlas acumuladas en una zona de sombra en la ladera. Lo hacen porque también algunos vecinos que pasean por este entorno colaboran en otros momentos de la semana y las utilizan. Como los voluntarios cuentan con la autorización del Consistorio, pueden llenarlas en una arqueta del paseo de las Dehesas. Pero una persona particular de otro modo tendría que cargar con las garrafas desde su casa.
Noticia relacionada
Aunque todos los años hay alguna baja, siempre se intentan reponer los ejemplares muertos en esta plantación de alrededor de 600 árboles. Los más antiguos ya tienen unos 5 años (se plantaron con uno o dos años) y a partir de esta edad su crecimiento anual será más evidente. Es lo que esperan quienes los cuidan, que afirman que el aspecto de la zona ha mejorado mucho desde que empezaron a reforestarla.
Antes, la ladera estaba mucho más sucia. La gente tiraba desde envases hasta residuos voluminosos sin pudor alguno. Ahora de vez en cuando aparecen basuras que no dudan en retirar cuanto antes. Pero es un espacio que se respeta mucho más.
Eso ya es un logro y parte de la transformación que imaginaron las personas queiniciaron la plantación. La espinita de quienes la mantienen ahora es que no se hayan implicado más vecinos de este populoso barrio en sus cuidados. Y que muchas de las manos que había al principio de la andadura hayan ido desapareciendo. La desventaja de que lo hicieran muchos jóvenes universitarios es que su etapa de formación termina y después la mayoría se marchan a sus ciudades o donde encuentran un empleo y no pueden seguir.
Pero esperaban más relevo de personas de todas las edades y de momento no ha sido así. Es necesario que el Ayuntamiento cuide su parte para que no se eche a perder como tantas plantaciones anteriores en el mismo barrio, pero Chema Lorenzo defiende la importancia de la participación e implicación de los ciudadanos en iniciativas como esta.
En cualquier caso, cada vez hay más personas que pasean o hacen deporte por la zona. Se ha convertido en un entorno agradable que a medida que los árboles crezcan será más atractivo, especialmente en verano. Las ciudades necesitan grandes espacios verdes que ayuden a moderar los extremos de temperatura, que rompan el efecto de isla térmica, que limpien y refresquen el aire y que mejoren la calidad de vida de sus habitantes. Y esa es la meta de quienes han querido convertir la utopía en una realidad en El Zurguén. Lo pagan con esfuerzo, constancia y sudor. Pero están seguros de que valdrá la pena y que en pocos años empezará a disfrutarse el resultado.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.