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¿La tostadora se niega a tostar? ¿El mando a distancia ha declarado la guerra a la tele? ¿Volverías a usar ese pantalón si alguien zurciera ese agujero? Desde hace tan solo unas pocas semanas, una nueva iniciativa pretende dar una segunda (o incluso tercera) vida a todo aquello que la cultura de «usar y tirar» da por perdido. Se trata de No Lo Tiro, Lo Reparo, un nuevo grupo de whatsapp creado por el responsable del ya consolidado No Lo Tiro Salamanca, Andrés Hernández.
Hace tiempo que a Andrés le rondaba la idea en la cabeza porque le enfadaba demasiado que cuando quería reparar algo muchas veces se encontraba con que la respuesta era que resulta más económico reemplazar un objeto que repararlo o que ya no se arregla ese modelo. Ahora ha decidido plantar cara a esa tendencia. Su deseo es no tener que comprar algo nuevo, «aunque tenga que pagar, pero no quiero producir más residuos ni que se produzca contaminación por una nueva fabricación». Esta filosofía, alineada con la necesidad de reducir el impacto ambiental del consumismo, es el motor de la iniciativa.
Pero el impulso definitivo para crear el nuevo grupo provino de una experiencia personal de Andrés. Su microondas empezó a fallar, «a chisporrotear», y lo publicó en No Lo Tiro Salamanca con la esperanza de dárselo a alguien que supiera arreglarlo. Las respuestas no tardaron en llegar, identificando el problema (una placa de mica barata y fácil de reemplazar) y ofreciendo incluso vídeos explicativos y enlaces para comprar la pieza online. De esta forma salvó él mismo y conservó el microondas y se dio cuenta del potencial de un grupo centrado en las reparaciones.
La necesidad de una iniciativa así también surgía de las dinámicas del grupo original. En No Lo Tiro Salamanca, Andrés recibía quejas como administrador de personas a las que les habían donado objetos que necesitaban un arreglo, como un bolso con las asas gastadas o sueltas, y que la persona que lo había recibido se sentía defraudada e iba a tirarlo. Estas quejas le sentaban mal, dado que el grupo se basa en la donación gratuita y aunque necesitaran una reparación, los artículos eran útiles todavía. A raíz de esto, implementó la norma de especificar si lo donado está dañado. Pero la solución natural a este problema ha sido crear un grupo donde, no solo se especifica, sino que se donan explícitamente cosas rotas para quienes quisieran repararlas o usar sus piezas.
No Lo Tiro, Lo Reparo va más allá de la simple donación de objetos estropeados. Es un espacio en el que se pueden pedir y compartir consejos de reparación y bricolaje para que la persona que solicita ayuda pueda arreglar por ella misma sus cacharros o encontrar quien lo haga.
Por otra parte, los objetos donados con desperfectos pueden tener varios destinos: ser reparados para volver a funcionar, o ser utilizados para sacar piezas que sirvan para mejorar o reparar otros objetos similares. Andrés pone el ejemplo de una mochila de senderismo con la cremallera rota que donó y que la persona que la recibió utilizó para renovar otra mochila similar utilizando partes de la suya que permitieron, además, dotarla de más bolsillos y enganches.
Andrés recalca que el tipo de reparaciones que se fomenta entre los miembros del grupo son aquellas que no suelen ser rentables para los servicios técnicos oficiales o talleres. De esas que ya nadie arregla porque económicamente no compensa. A menudo, se trata de equipos obsoletos con los que los profesionales ya no trabajan, o reparaciones mínimas donde el coste del desplazamiento supera el de la propia intervención. Cambiar el sentido de apertura de la puerta de un frigorífico es un ejemplo de este tipo de arreglos «mínimos».
Para el administrador es crucial entender que el grupo no pretende competir ni sustituir a los servicios profesionales de reparación. Los profesionales son bienvenidos para anunciarse y dar consejos y cualquiera recomendar lugares de confianza donde acudir para reparaciones más complejas. De hecho, en el grupo se desaconsejan explícitamente las reparaciones que podrían ser peligrosas o requerirían indemnizaciones si salen mal, como un cambio de aceite de coche. Para eso es mejor preguntar por talleres recomendados. La idea es complementar, no reemplazar, y centrarse en lo que los profesionales ya no hacen o lo que el coste logístico encarece demasiado.
Lo que más se está viendo en el primer mes de vida del grupo son electrodomésticos que funcionan a medias o les falta alguna pieza, como aspiradoras con poca capacidad de succión o yogurteras sin tapas. Los dueños los donan a quien pueda arreglarlos. Le sigue en popularidad el sector textil (subir bajos, cambiar cremalleras).
También se ha pedido ayuda para objetos de imagen y sonido desfasados como vídeos VHS que necesitan limpieza de cabezales tras años sin haber sido usados. El administrador considera importante contar con alguien que sepa de software para revivir viejos ordenadores olvidados con virus o desactualizados. También quiere potenciar el préstamo de herramientas porque es clave para fomentar las reparaciones.
Una diferencia fundamental con No Lo Tiro Salamanca, donde las donaciones son puramente altruistas, es que en No Lo Tiro, Lo Reparo se permite pedir algo a cambio por las reparaciones. La decisión se adoptó de forma democrática mediante una encuesta inicial. La razón es doble: hace más fácil encontrar a personas dispuestas a dedicar su tiempo a reparar a cambio de una gratificación y, además, se considera necesario cubrir los costes de los materiales que deba comprar. Esto ha dado lugar a intercambios de lo más variopintos. Personas que se dedican a la agricultura ecológica han entrado en el grupo y, a cambio de las reparaciones, han ofrecido alguno de sus productos También hay personas inmigrantes que intercambian especias u otros productos de su país por esos arreglos.
«En caso de que alguien pida dinero, se asume que tendrá que cumplir con sus obligaciones fiscales», apunta el el administrador, que afirma que tiene la capacidad para ponerse a investigar para verificarlo. Es una responsabilidad personal de quien se ofrece a cambio de dinero.
En cuanto al crecimiento y la comunidad, No Lo Tiro, Lo Reparo en su alrededor de un mes de vida ya cuenta con unos 140 miembros, un número que crece poco a poco. Hay, naturalmente, menos gente interesada en adquirir cosas estropeadas que en donar o recibir cosas funcionales. El grupo se nutre en parte de No Lo Tiro Salamanca, pero también está atrayendo a gente con intereses específicos en la reparación, como aficionados a arreglar bicicletas. Las personas interesadas en unirse pueden solicitarlo a través del correo nolotirosalamanca@gmail.com.
No Lo Tiro Salamanca, por su parte, mantiene entre 350 y 400 miembros, priorizando la calidad y el control sobre la cantidad. Muchos miembros sólo entran de forma temporal en lo que vacían un piso por mudanza o similar y después se marchan. Además el sistema de admisión está basado en peticiones a través del correo antes citado o por peticiones en las Ferias de Intercambio, pero se tienen en cuenta recomendaciones de miembros que llevan tiempo en el grupo y en ocasiones se producen expulsiones por conflictos. Esto ha fomentado una comunidad activa que va más allá del intercambio de objetos, creando lazos por aficiones e incluso subgrupos temáticos. El grupo ha evolucionado, implementando un plazo de 8 horas para la adjudicación de donaciones, lo que permite una distribución más equitativa, y prohibiendo la donación de animales vivos.
En una sociedad consumista donde la vida útil de los productos es cada vez más corta y el usar y tirar es la norma, estas iniciativas salmantinas ofrecen una alternativa valiosa, promoviendo la sostenibilidad, el ahorro, el aprendizaje y la construcción de comunidad a través de la solidaridad y el ingenio.
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