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Los equipos de rescate han encontrado sanos y salvos a los dos espeleólogos que se extraviaron en una travesía dentro de una cueva en Cantabria y de cuya desaparición se dio la voz de alarma durante el domingo. Se trata del salmantino Alfonso Urrutia Heredia y la vallisoletana Paloma Bombín, que se adentraron para una actividad de espeleología a la cavidad Garmaciega-Sima del Sombrero en Cantabria el sábado y no salieron. Según las primeras informaciones, han aparecido ilesos, se habrían quedado sin luz y se pusieron a esperar, algo en lo que la experiencia del salmantino fue clave.
Según fuentes de la coordinación del rescate, un primer grupo ha salido sin haber encontrado nada, sin embargo uno de los otros dos ha dado con su paradero. Hoy mismo, tres unidades han partido para hacer una travesía en tres galerías ciegas, sin salida, en las que los espeleólogos perdidos se tendrían que haber dado la vuelta. El primero ha regresado pasadas las 17.25 horas sin pistas, pero después se les ha encontrado.
Así lo ha confirmado el coordinador de Emergencias del 112 Cantabria, Javier Allende, que ha calificado el dispositivo como «intensivo» y ha reconocido que la situación era preocupante tras volver sin noticias el primer grupo de búsqueda. Allende, que da por hecho que a estas horas la pareja ya no contaría ni con agua ni comida, una cuestión que «no preocupa» al operativo ya que pueden sobrevivir varios días sin alimento, ha mostrado su satisfacción.
Los coordinadores están a la espera de poder hablar con los ocho rescatadores que han contactado con ellos, pero personal de enlace ha salido a la boca de la cueva para comunicar la buena noticia. Según aseguran, es cuestión de «poco tiempo» que los espeleólogos salgan al exterior después de permanecer dentro de la cueva durante 48 horas. Los espeleólogos desaparecidos en la cueva de Garmaciega-Sima del Sombrero en Soba están saliendo de la cavidad junto con los rescatadores.
Alfonso Urrutia es un experimentado espeleólogo y escalador y había acudido con su pareja a hacer esta ruta, Paloma Bombín, una joven vallisoletana de 38 años que era profesora interina de carpintería y muebles en el IES Diputación Provincial de Salamanca, según ha confirmado a EFE su director, aunque al parecer ha solicitado su traslado al vallisoletano Instituto Ribera de Castilla.
El coordinador ha explicado que la entrada y la salida de la cueva son «difíciles» y hay que salvar un desnivel de unos 400 metros trepando por cuerdas. En la parte de abajo hay un río sin corriente y de poca profundidad. El recorrido es de seis kilómetros que se pueden hacer de pie pero en los que hay zonas estrechas, con gateras aunque «no excesivamente complicadas», según informa El Diario Montañés.
El teniente jefe del área de montaña de Cangas de Onís, Pablo Villabrille Sampedro, ha explicado al Diario Montañés que no descartan ninguna hipótesis, pero se decantan porque puedan estar «en buen estado». «Son experimentados, sobre todo el chico que ya ha había hecho la travesía en una ocasión«, ha dicho sobre el salmantino Alfonso Urrutia Heredia.
«Y si se hubiera roto alguna cuerda (por poner un ejemplo) los habrían encontrado. Lo más probable, es que se deba a un retraso que se ha retrasado en el tiempo. No barajamos la hipótesis de que estén heridos de gravedad o fallecidos», ha comentado.
Durante la joranda, tres equipos se han adentrado en la cueva: uno de la UME y dos de la Guardia Civil. La cadencia de tiempo desde que entran hasta que salen es alta.
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