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De repente, una segunda casa de los horrores ha sacudido la cidad con la noticia de un nuevo secuestro en el que personas aparentemente normales mantenían retenidas a sendas mujeres en condiciones denigrantes, finalmente liberadas. Dos casos separados por cinco meses con algunas similitudes y que despiertan cierta preocupación.
En ambos casos, los hechos se descubrieron en zonas humildes de dos barrios populares de Salamanca, en concreto, El Carmen-Pizarrales y Chamberí. Están entre los de menor renta de la ciudad. También comparten la falta de condiciones higiénicas y un largo cautiverio, un mes en el de Pizarrales y cinco meses en el último revelado este viernes.
En ambos casos, el secuestro afectaba a mujeres. Una, la pareja de uno de sus captores; la segunda, sin relación familiar. Siempre, en dos domicilios donde aparentemente no pasaba nada, secuestros que, con la ayuda de vecinos, acabaron destapando situaciones angustiosas. Estos son los dos casos.
El 12 de agosto salía a la luz la detención de un varón de 29 años como autor de un delito de detención ilegal, malos tratos en ámbito familiar, al tener retenida a su pareja en contra su voluntad, atada de pies y manos a la cama. La mujer tenía que realizar sus necesidades en un cubo en la propia habitación, y su cautiverio se había prolongado durante un mes, situación en la que la madre del autor cooperaba al ser conocedora.
Los hechos tuvieron lugar el día 10 de agosto cuando agentes de la Policía Nacional fueron alertados por varios vecinos que oían gritos y una mujer que pedía ayuda con insistencia, gritos que procedían de una vivienda. El inmueble estaba ubicado en la calle Linares del populoso barrio de El Carmen, una zona del más grande de Pizarrales.
Una vez en el lugar, los agentes confirman con los vecinos habían escuchado gritos de auxilio y sollozos de una mujer de un inmueble en esa localización. Una vez en la vivienda, los agentes no escuchaban nada, pero llamaron de forma insistente hasta que les abrió una mujer que indicó que estaba sola. Y, tras insisitir, pudieron acceder a la casa.
Al inspeccionar el domicilio, vieron que había una pequeña puerta que daba acceso a una buhardilla a través de una angosta escalera, por lo que los funcionarios accedieron por ella y se encontraron a un hombre sujetando e inmovilizando por las muñecas a una mujer. Era la pareja del captor.
Inmediatamente, los agentes obligaron al varón a soltar a la mujer. Entre un fuerte olor a orín y un gran aturdimiento, ella misma les contó lo que pasaba. Llevaba un mes en la misma habitación atada de pies y manos por el joven, de 29 años, sin poder asearse, habiendo sido golpeada en ocasiones durante su cautiverio y manifestando que su pareja le había cortado el pelo. A la luz, vieron que también presentaba múltiples lesiones en muñecas, tobillos, cara y brazos. Tras ser liberada, fue hospitalizada y regresó a casa de sus padres.
El último caso se ha conocido este mismo 20 de diciembre cuando la Policía Nacional ha informado de la detención de tres personas por retención ilegal. Los hechos tuvieron lugar el día 18 de este mes en la calle Vázquez Díaz del barrio de Chamberí, uno de los más humildes de la ciudad.
De nuevo gracias al aviso de un vecino, los agentes lograban liberar a una mujer de 59 años que llevaba secuestrada cinco meses, retenida en una vivienda de la que rara vez salía, ocasiones en las que siempre iba acompañada de sus captores, tres personas con antecedentes que han entrado en prisión. Durante su cautiverio, era obligada a hacer sus necesidades en un cubo, le daban de comer una vez al día y dormía en un camastro, siempre encerrada bajo llave.
Los hechos se precipitaron cuando funcionarios policiales fueron enviados a un domicilio de la cita calle donde se entrevistan con un ciudadano que les comunica que, momentos antes, una mujer a través de una ventana le ha solicitado ayuda a la vez que le indica que la tienen encerrada en una habitación desde hace varios días.
A través de una ventana, los agentes hablan con la mujer, que les manifiesta angustiada que necesita comer, que la tienen encerrada en una habitación de la que no la dejan salir llevando en esa situación desde hace varios días. Llaman a los bomberos, que rompen la puerta del domicilio, así como la cerradura de la habitación donde se encuentra la mujer encerrada.
Una vez dentro de la habitación observan a la mujer que previamente les ha demandado ayuda, en la cual se aprecia falta de higiene tanto personal como en la estancia.
La mujer relaba que está retenida por una pareja, la cual al principio de su cautiverio salía a la calle siempre acompañada por ellos. Posteriormente, y desde hacía aproximadamente 20 días atrás, no le permitían salir de la habitación, siendo alimentada una vez al día por otro varón conocido de la pareja que la retiene, teniendo que realizar sus necesidades en un cubo dentro de la habitación.
Igualmente manifiesta que sus captores se quedaban con el dinero que cobraba de la pensión, unos 700 euros al mes. Ante la situación que presenta y tras una primera asistencia la trasladan al Hospital donde queda ingresada en observación.
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