El terror de la DANA en directo desde Valencia, una salmantina se desplaza a la zona cero

La película de miedo vivida en Valencia, ha sacado lo peor y lo mejor de las personas. Los saqueos en coches, casas y negocios contrastan con la hilera de peregrinos que con comida y agua llegan caminando desde Valencia a las zonas más afectadas por la DANA, con el fin de aportar todo aquello que desde las instituciones no se está dando. Las imágenes conmueven, la tragedia es nacional y afecta a todo un país. La cifra de muertos sigue en aumento y no hay cantidad de desaparecidos.

Ha decidido desplazarse porque tiene conocidos en el lugar, amigas de las que no supo durante días. «Pudimos contactar con ella porque logró llegar a casa de su prima. Nos ha dicho que no tenían ni luz, ni agua, ni comida, así que hemos cogido lo que teníamos en casa y en supermercados y nos hemos venido». Y continúa: «La movilidad es muy grande y no hay otra opción que no sea venir a ayudar. Es un sentimiento común. Hemos salido todos a ayudar».

En la hilera de personas que caminan hacia pueblos como Paiporta se encuentra Carmen Alonso, salmantina y trabajadora social, que reside en Valencia capital y que como tantos otros no puede descansar ante el terror sembrado a su alrededor.

De camino al lugar, declara para Salamancahoy lo que se vive en primera persona: «Os cuento ahora porque seguramente me quede sin cobertura. Valencia está colapsada, la Policía nos ha dejado aparcar en las afueras y esto parece un éxodo. Estamos todos con escobas, botellas de agua, carros… había un señor con una furgoneta que ha cogido lo más pesado para llevarlo hasta el pueblo. Nos acaban de decir que ha entrado el ejército, pero toda ayuda es bienvenida. Os iré informando».

La información llega a cuenta gotas y va junto a compañeras y amigos sin tiempo, con la única meta de ayudar al mayor número de personas posible. Desde allí, nos lo cuenta en directo.

«Las calles están totalmente bloqueadas por coches, por barro o por enseres de los hogares. Incluso hay que tener cuidado con donde pisas, porque no sabes cuánto de hondo está ni qué es lo que hay debajo», comienza a relatar.

Una de las cuestiones que más le ha sorprendido es la capacidad de organización que entre desconocidos se ha llevado a cabo. «Hay grupos de gente sacando barro, otros ayudando dentro de las casas. Nosotras, por ejemplo, hemos intentado desatascar alcantarillas», continúa.

Sobre la presencia del ejército, reconoce que su llegada ha rondado las 10 de la mañana, pero no ha sido hasta las 14 cuando han entrado dentro de Paiporta.

«Hay muchísima, muchísima gente. El apoyo es inmenso. Todo aportado por la gente, no por las instituciones. Nos pedían que hiciéramos fotos, porque de lo que se ve en las noticias a lo que realmente hay es muy diferente», finaliza.

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