La tienda de electricidad e iluminación en Salamanca cerca de cumplir el medio siglo

Seguramente no habrá salmantino que no haya entrado en alguna estancia cuya iluminación sea trabajo de Claudino. Desde 1977, esta empresa de electricidad e iluminación está asentada en Salamanca. Casi medio siglo de atención al cliente que comenzó con de una forma muy humilde pero que casi medio siglo después, se ha convertido en una referencia en la capital. «Antes de montar esto había trabajado con otra empresa donde aprendí», comenta Claudino Hernández, el fundador de la empresa.

Los primeros años experimentó un importante crecimiento. Tanto, que compró el local contiguo -una carnicería- y ahora luce un local de 200 metros. «Entonces funcionaba muy bien», explica. En 2004 continuó expandiendo la empresa y tomó una nave en el polígono de los Villares de 750 metros que aún está activo. Sin embargo, los años gloriosos del sector quedaron atrás y ahora la supervivencia es más una realidad. «Ha bajado muchísimo, pasamos de estar nueve empleados a cuatro», reconoce.

Aunque se sigue necesitando este servicio, el consumo ya no se hace en el pequeño comercio. «Antes septiembre era un mes muy bueno porque se vendían muchísimo para los estudiantes», asegura. Ahora ya no sólo la funcionalidad no arranca las ventas masivas, tampoco lo hacen las modas en decoración. «Ya tampoco se montan las lámparas que se montaban antes de doce brazos, de bronce...», explica. Ahora la tendencia es lo sencillo y un minimalismo en el que las grandes adornos ya no tienen espacio.

De hecho, ahora al pensar en iluminación no es el factor belleza el que irrumpe en la mente sino el factor económico. «Ahora todo el mundo sabe lo que es una bombilla de LED al principio lo tenías que explicar», asegura. No obstante, en un sector tan especializado como la electricidad o la iluminación, la atención directa es el as de la baraja. «La gente te pide opinión porque muchas veces no entiende y prefiere que se lo expliques o verlo que comprarlo por internet», asegura Claudino.

A grandes males, grandes remedios. A pesar de que la iluminación ya no tiene el tirón de años atrás, sí que tratan de explotar al máximo otros departamentos que están en auge. «Ahora trabajamos bastante el portero automático y el videoportero», comenta. En estos casos, se deja lo básico atrás y lo que se busca es un dispositivo actualizado. «Antes era el típico telefonillo y ahora lo que se busca es cada vez más especializado», apunta Claudino. En esas instalaciones se centra uno de sus hijos y otro, en la tienda, asegura el relevo generacional de Claudino Iluminaciones.

A pesar de que la continuidad de este negocio familiar está asegurada, Claudino continúa pendiente de su «otro hijo». «Me gusta mi trabajo y me hace feliz y mientras pueda, aquí voy a seguir», asegura.

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