El supermercado más antiguo de Salamanca que sufrió un robo de película
Ubicado en la calle Zamora y fundado en 1918, comenzó siendo una cooperativa exclusiva aunque ahora es un supermercado al uso
Más de un siglo ha pasado desde que se fundara lo que es ahora el supermercado más antiguo de Salamanca. A principios del siglo XX se crea una cooperativa cívico militar que comienza funcionando como un club social. Las personas más influyentes de la época, sobre todo médicos y militares, se reúnen en ese primer espacio para compartir ideas y pensamientos. En esos años, ya se introdujeron algunos productos que hacían que funcionara como un pequeño supermercado pero sólo para los socios de esa cooperativa. «Entonces los socios podían conseguir cosas a un precio mucho más asequible», explica Julián, actual responsable del supermercado.
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No fue hasta los años cincuenta, desde 1918, que se instaló en el espacio en el que ahora se mantiene. Así, a mediados del siglo XX, se hace el supermercado en la calle Zamora y paulatinamente comienza a abrirse al público. «Aún hay quien cree que esto es sólo para socios, pero nada más lejos de la realidad, es un supermercado normal y corriente», comenta Julián. A pesar de que sigue funcionando como cooperativa, los clientes son vecinos que recurren diariamente a este supermercado a hacer la compra. «Contamos con mucha clientela fiel que viene desde hace años, y ahora lo hacen sus hijos», asegura Julián.
De generación en generación, con alguna remodelación y buscando la diferenciación en la calidad, se mantiene durante más de un siglo este supermercado. ¿La clave del éxito? Hacer de unas grandes instalaciones la tienda del barrio. «Nos sabemos el nombre de la mayoría porque son clientes de todos los días, el trato es muy personal», añade. No son unas grandes superficies aunque por las dimensiones podría parecerlo, sino que tratan de comportarse como el tendero 'Pepe'. «Nuestros clientes no son un número, los conocemos y es lo que nos diferencia», apunta.
Desmontar una fama «errónea»
Esa proximidad y cercanía es su punto fuerte frente a los grandes supermercados asentados en el centro de Salamanca. «La competencia es brutal y es con lo que intentamos competir con esa cercanía y asegurando la calidad al mejor precio», apunta. Y es que, precisamente, el tema económico es un 'San Benito' con el que aún tratan de luchar cada día. «Tenemos la fama de que somos más caros pero trabajamos con marcas, y hay marcas que las tenemos más baratas aquí que en otros supermercados habituales», añade.
Una fama «errónea» según Julián que poco a poco trata de desmontar. «En los departamentos 'gourmet' de otras superficies, te venden lo mismo y te inflan mucho más el precio», asegura. Además de intentar ajustar el precio lo máximo posible, también ofrecen un servicio que, en un barrio envejecido, es muy recurrido. «Tenemos reparto a domicilio gratuito por un pedido mínimo de cuarenta euros», añade. Esa clientela del centro se mueve, sobre todo en verano, a la segunda residencia del alfoz donde también ofrecen esta posibilidad.
La 'oficina museo' atracada
Dentro de la oficina donde trabaja Julián, en el interior del supermercado, se esconden joyas guardadas de esos orígenes como club social. Decenas de libros completan la estantería, además de cuadros y otros objetos como básculas y máquinas de escribir que dan fe de los años que ha sobrevivido este supermercado. Otro ejemplo de esa longevidad era la caja fuerte que tenían. Sin embargo, hace dos años un robo de película acabó con ella. Consiguieron abrirla con lanzas térmicas después de romper cuatro puertas hasta acceder al despacho. Tan sólo se llevaron el dinero de la caja de seguridad, eso sí, dejaron el recuerdo de un robo de película en pleno centro de la capital.