
La tienda de Salamanca fundada en los años 50 que confecciona prendas con tejido italiano
'Bernal', ubicado en la calle Azafranal, sobrevive a una tercera generación que trabaja tanto la confección como la peletería o los textiles para el hogar
Corrían los años 50 y en la calle Toro algunos de los edificios más imponentes que ahora llaman la atención de turistas entonces se estaban levantando: el número 43 con un estilo historicista o el colegio Amor de Dios también a mediados del siglo XX. Y cuando todo esto pasaba en la calle más transitada de Salamanca, la familia García ya se asentaba en la capital para ganarse un hueco en el textil. Un hueco que se acerca al siglo y que ahora ofrece su presencia en la calle Azafranal bajo el nombre 'Bernal'. «Empezamos con una tienda que se llamaba Sederías García en Toro, 9 y unos años después pusimos ya esta», explica José, actual propietario del negocio.
La andadura de esta mítica tienda de la capital comenzó de la mano de su abuelo, un ganadero que buscó en el mundo comercial una salida. «Se quería jubilar de ese sector y buscó un socio industrial que conocía algo más el negocio», añade José. Empezó principalmente con tejidos pero para poder adaptarse, tiempo después se especializaron en confección y textiles del hogar. «Los tejidos antes era una sección que se movía mucho pero ahora tiene menos volumen y se compensa con la confección y el hogar», añade.
La adaptación ha sido un requisito imprescindible para lograr la supervivencia. «No tiene nada que ver a cómo era antes. Ahora las grandes superficies y las tecnologías han ido minando el comercio tradicional», lamenta José. Reconoce que al ser suyo el local, no descontar la renta facilita la permanencia porque, en la ubicación privilegiada en la que se encuentran y con las dimensiones del local -tal y como están ahora los precios de los alquileres- el aguante sería casi milagroso. «Nos salva que el local es nuestro y por eso seguimos aguantando pero antes éramos 50 empleados y ahora 12», apunta José.
La supervivencia, el gran arte del comercio tradicional
Que el comercio tradicional va a menos no es ningún secreto y que el arte del aguante se ha convertido en el gran talento de los empresarios de pequeñas empresas, tampoco. La competencia abusiva con precios baratos y las múltiples opciones en la compra online han hecho inevitable que se resientan las ventas. Sin embargo, en este panorama algo oscuro para los comerciantes, el destello que ilumina es la calidad y la confianza con el cliente; algo que ni las franquicias ni internet tiene.
«Nosotros trabajamos el patronaje en el taller que tenemos con tejidos italianos, no trabajamos un género corriente», afirma José. Para 'Bernal', la calidad es su mejor baza y presume de ser de los pocos en la capital que continúa teniendo un material exquisito. «Si una persona quiere un artículo de lana bueno, tiene que venir a nosotros porque en una franquicia no lo va a encontrar y de los tradicionales ya somos de los pocos que quedamos», añade. Con una producción propia desarrollaron una marca -'Fashion'- hace años. «Nuestra marca la inició mi padre con la familia Lamas y ahora seguimos los hijos», explica.
«La gente que viene aquí prefiere comprarse una prenda buena que cinco corrientes»
Además de los artículos que llevan su sello y que venden bajo su firma, también elaboran algunas prendas para cadenas que ofrecen esa exclusividad. «Hacemos varias secciones de abrigos para El Corte Inglés además de la nuestra propia», apunta José. Para aquellos clientes que valoran la calidad y entienden que el precio tiene que ir compensado con una producción particular. «La gente que viene aquí prefiere comprarse una prenda buena que cinco corrientes», afirma.

La producción propia, un desafío
Con una marca propia que ellos mismos confeccionan en el taller, el propietario de 'Bernal' reconoce que la producción propia es un gran desafío para una empresa textil. «Es muy complicado porque la mayoría de lo que se vende en España viene de fuera, los costes nacionales son mucho mayores y eso hace que el producto final también se encarezca», asegura. No solo ese proceso -con todas las garantías pertinentes- conlleva a un precio más elevado sino también el material con el que se trabaja. «Esa es la diferenciación, nosotros utilizamos el mejor material que hay y un artículo si es bueno, tiene que ser más caro», concluye José.
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