Vistahermosa reclama líneas de autobús puntuales y útiles para la zona trastormesina

Vistahermosa es agradable, tranquilo y con grandes vistas. A priori un buen lugar para vivir, hasta que uno se da cuenta de todo lo que le falta. «Casi cualquier otro barrio de la ciudad tiene de todo, caminas unas calles y tienes farmacias, supermercados, cajeros y demás. Pero aquí no hay nada», apuntan desde la junta directiva de la asociación de vecinos de la zona.

No es solo que no haya establecimientos comerciales, es que se ha construido de tal forma que no hay locales para ponerlos. En la actualidad cuentan con una tienda, una carnicería, una peluquería y un bar. Este último lleva abierto sólo cinco meses en esta ocasión porque el local es tan pequeño, sin almacén ni cocina, que anteriores responsables no consiguieron que fuera rentable.

En esta clase de ciudad dormitorio, sus habitantes se ven obligados a trasladarse continuamente a otros barrios, tanto para ir a trabajar como para hacer las gestiones habituales de la vida cotidiana. Aunque el ideal al que deben tender las ciudades modernas y que se tienen por verdes es a potenciar la movilidad activa y el transporte público, en Vistahermosa sienten que se les está obligando a coger el vehículo privado.

Hasta allí actualmente solo llega la línea 10 de autobuses, que pasa cada 20 minutos y eso cuando hay suerte y llega puntual. Los refuerzos de las horas puntas tampoco sirven para mejorar el servicio porque no funcionan adecuadamente. Está previsto que en los próximos meses entre también al barrio la línea 8, gracias a una ampliación de su recorrido actual que culmina en Chamberí, para tener nueva cabecera en la calle La Beira. El cambio precisará de un autobús más si quieren mantener la frecuencia, apuntan desde la asociación.

Pero ni siquiera esta incorporación terminará de satisfacer las necesidades de los vecinos. Ahora que se plantea sacar el tráfico del centro de la ciudad es necesaria una decidida apuesta por el transporte público que permita a los ciudadanos no depender tanto de sus coches, destacan. Para empezar, los autobuses tienen que ser puntuales y la app debe funcionar adecuadamente para poder gestionar mejor los trasbordos.

Blanca, Mercedes y Ana, de la directiva vecinal, señalan que cuando solicitan nuevos servicios para el barrio, el Ayuntamiento suele contraargumentar para no concederlos que ya los hay en esa margen del Tormes. Es el caso de las piscinas. Para la climatizada les remiten al barrio de San José y para la de verano a la de Tejares. Si hablan de oficinas de Correos, hay en El Tormes. Y el centro de salud está en Salas Bajas, por poner algunos ejemplos.

Pero para moverse entre los barrios trastormesinos tienen que hacerlo en coche o caminando durante mucho tiempo e incluso sorteando carreteras. ¿El motivo? No hay un autobús que interconecte todo el trastormes, de Buenos Aires a San José. «La respuesta del Ayuntamiento a esta queja es que tenemos un servicio de trasbordo que funciona muy bien, pero para ir a una punta o la otra hay que cruzar el río, hasta Hospitales o Mirat para cambiar a otro autobús, lo que termina llevando casi una hora de tiempo. No hay forma de interconexión sin pasar al otro lado del Tormes, denuncian.

El termómetro del despacho del centro municipal integrado de Vistahermosa en el que se encuentra reunida la directiva vecinal marca 32 grados. Están sudando. «Todo el invierno se han superado los 19 grados que se supone que marcaba el Gobierno», apuntan. Pero lo de estos días es aún más sangrante. A pesar de las fechas y las altas temperaturas, están esperando que vaya el técnico municipal a apagar la calefacción, que no deja de echar aire caliente. Por eso las integrantes del grupo de zumba de la asociación están celebrando las clases en el patio exterior y no en la sala asignada.

El colectivo vecinal tiene muchas actividades programadas durante todo el curso y por eso tienen ocupado todo el centro cívico. «No hacemos más porque no hay espacio», aseguran. Las instalaciones se les quedan pequeñas. De hecho, tienen que compartir despacho con otras entidades. Aunque les han puesto recientemente unos pequeños armarios que no les permiten almacenar todo lo que precisa una asociación. Cuando celebran reuniones llevan el material que van utilizar y después no dejan nada allí.

Si utilizan internet en su ordenador portátil, es porque lo vinculan con su propio teléfono. La WIFI del centro nunca ha ido bien. A pesar de las quejas y peticiones de solución, la respuesta del Ayuntamiento siempre les suena a disculpa. Se escudan en que por problemas de seguridad no pueden darle potencia para que nadie pueda engancharse desde fuera. El problema es que tampoco funciona dentro y, además, si esta dificultad fuera real la sufrirían en el resto de los edificios municipales.

La dependencia de los horarios de apertura muy limitados del CMI Vistahermosa, especialmente cuando se implantan los de verano, y los cierres del los festivos y fines de semana limitan mucho a esta asociación vecinal que reivindica poder contar con espacios en los que poder entrar y salir sin estas restricciones como pueden hacer algunas asociaciones más afortunadas de la ciudad.

Haciendo un recorrido por otros problemas del barrio, la directiva apunta que para la cantidad de niños que hay, sólo cuentan con dos parques muy antiguos y con pocos juegos infantiles. Tampoco el cuidado de sus zonas verdes es el más adecuado, según la asociación, que señala que algunas se riegan poco por la falta de presión del agua en muchos momentos, que afecta a los aspersores.

Por otro lado, también hay muchos perros en la zona. Aunque se creó un pipican para ellos carece de iluminación y en invierno supone que a partir de las 17 horas están a oscuras y eso desanima a los dueños para utilizarlos.

Hay un en el barrio problema tan antiguo como una de las calles más antiguas del barrio, la carretera de Vistahermosa. Sus aceras son estrechas y con farolas y postes en medio. La accesibilidad de esta vía es nula porque de un lado los viandantes, especialmente con movilidad reducida, o sillas de ruedas o carritos, tienen que bajar de la calzada, y del otro lado ni siquiera existe acera.

La asociación desea que se amplíen los espacios deportivos del barrio. Los que hay cuentan con mucho uso, entre otras cosas por lo complicado que resulta desplazarse a otras zonas. Por eso el colectivo vecinal quiere que se habilite la parcela sin uso que está en la trasera del centro municipal integrado para hacer una piscina climatizada y una gran plaza para el barrio. La actual se queda pequeña para las fiestas. La directiva ya está preparando las del próximo verano, que tendrán lugar los días 7, 8 y 9 de julio.

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