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Vallado roto en el apeadero de Moriscos. JM García

El agujero en la valla donde han muerto dos personas que permite cruzar por las vías del tren de alta velocidad

Dos accidentes en sendos apeaderos y otro en un paso a nivel rural de la conexión de alta velocidad que atraviesa la provincia cuestionan el nivel de seguridad y vigilancia

Félix Oliva

Salamanca

Miércoles, 23 de julio 2025, 15:09

Un agujero en la verja que protege la vía del tren justo en el punto donde dos personas han muerto arrolladas por un Alvia retrata la fractura en la seguridad de la línea Medina-Salamanca, la más moderna de la provincia y corredor por el que circulan trenes de alta velocidad, pero que es fácilmente accesible. Un problema que tiene cifras terribles, en forma de cuatro muertos en tres accidentes en los últimos meses por acceder directamente a la vía a través de apeaderos o en uno de los muchos pasos a nivel rurales que todavía quedan.

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La línea, que viene de Medina y continúa desde Salamanca a la frontera portuguesa, es la que más inversiones ha recibido en los últimos años, pero presenta deficiencias. Desde noviembre de 2024, un accidente con un tractor, un atropello en lo que parece un suicidio y el último caso de la pareja en Moriscos jalonan el historial de incidentes. Todos, por acceso directo a la vía, para el que ninguno de los fallecidos encontró dificultades.

La evidencia está ahí. Cualquiera que se haya acercado al punto donde la pareja formada por Laura y Martín han perdido la vida esta semana lo puede ver. Justo al final del andén de Moriscos, y mirando hacia Castellanos, un agujero permite atravesar la valla que debería evitar que nadie entrara en las vías. Y, de hecho, se hace.

Durante la estancia de este medio en el lugar, cuatro personas atravesaron por ahí, de forma inadecuada, acortando el trayecto entre los dos pueblos. Eso supone cruzar las vías de una línea por la que pasan 1.700 trenes al año, entre ellos, los Alvia de altas prestaciones que circulan a gran velocidad y que, en su mayoría, no paran. De hecho, de todos los que pasan al año sólo unos pocos se detienen en este apeadero en el que se suben unos 30 viajeros anuales. Cifras similares a las de Pitiegua o Gomecello, el más utilizado.

A pesar de ser lugares poco transitados, la vigilancia en todas estas paradas del tren es nula. No hay cámaras, ni personal ni estaciones abiertas que puedan controlar el acceso. El de Moriscos está, además, alejado del casco urbano. Son un punto totalmente despejado para acceder directamente a las vías sin que nadie lo impida.

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Algo similar ocurrió hace unos meses cuando un tren arrollaba en Quejigal a un tractor en un paso rural de este municipio; la locomotora impactaba con el vehículo y moría un varón de 80 años. Aunque hace tiempo que se ha actuado para eliminar por completo los pasos a nivel de Gomecello, en la línea Medina-Salamanca ya no hay pasos de este tipo, pero sí en la continuación hacia Fuentes de Oñoro que también está electrificada y tiene el mismo tratamiento de seguridad.

Ante esta situación, las instituciones piden más inversión y medidas por parte de Adif, que ha invertido en la eliminación total de los pasos a nivel de Gomecello en una línea en la que se aprecian fallos como el agujero de la valla en el lugar del último atropello. Son las dos últimas víctimas de accidentes ferroviarios en la provincia, pero han ocurrido en la línea más moderna y que más inversión ha recibido donde cruzar por las vías, bajo nuestra responsabilidad personal, no debería ser posible.

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