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La construcción de la torre de tormentas, la instalación que albergará el radar meteorologico de última generación de la provincia de Salamanca, ha empezado este mes de agosto con la obra para colocar los cimientos en los que se asentará la estructura. Sobre la torre de Guadramiro, una de las primeras que se van a levantar, irán nuevos instrumentos de predicción que mejorará las predicciones de Aemet.
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El proyecto, que tendrá un coste global de 3 millones de euros, va asentado junto a la base aérea de Guadramiro, donde ya existía una instalación meteorológica que ahora se mejorará con uno de los primeros radares en 'banda C' capaces de detectar con más precisión y antelación lluvia, nieve o granizo y las tormentas que se aproximan.
Para ello, se ha empezado por la construcción de los cimientos en una parcela habilitada junto a los terrenos de esta base de la provincia, dedicada a la extinción de incendios. Sobre los cimientos irá la torre que alberga los instrumentos.
La estructura es una torre metálica de unos 14 metros de altura, con varios pisos donde habrá áreas de vigilancia y coronada por una cúpula denominada radomo. Esta cúpula alberga la antena y los equipos de detección. El de Guadramiro costará más de un millón de euros sólo la estructura, para un total de casi 3 con el equipamiento. Las obras de la esctructura durarán 11 meses y está previsto que el nuevo equipo pueda estar en funcionamiento durante el año 2025.
El edificio incluirá una sala de radar para el uso de estos instrumentos y también una planta para la vigilancia forestal, ya que este es uno de los puntos clave en la lucha contra los incendios forestales en la provincia y se mantendrá esa función.
En Castilla y León está previsto instalar tres: el de Guadramiro y otros dos en sendas torres en las localidades de Almazán (Soria) y Autilla del Pino (Palencia). Con su alcance barrerán prácticamente toda la comunidad. Además, se mantienen y actualizan otros radares de la red de Aemet en la comunidad con lo que se espera una importante mejora en la detección de fenómenos meteorológicos adversos, especialmente las tormentas.
Los tres nuevos radares de banda C que se instalarán en Castilla y León funcionarán con una tecnología de popolarización dual que aumenta alcance y precisión, con partes cada 5 minutos que mejoran el pronóstico de trombas, pedrisco y nevadas, fenómenos cada vez más frecuentes por el cambio climático.
Los nuevos radares meteorológicos son capaces de mejorar su alcance y precisión. Si los normales llegan hasta 150 kilómetros y su radio óptimo es de 100, los nuevos alcanzan hasta 240 kilómetros y su precisión hasta 150 kilómetros, el radio marcado en el mapa superior, permite prácticamente la cobertura total de Castilla y León.
Con esta nueva tecnología, mejora la detección de los fenómenos atmosféricos de manera diferencial. «Estos nuevos radares discriminan el tipo de blanco y pueden determinar el tipo de precipitación, si es sólida o líquida, entre lluvia, granizo o nieve, o una bandada de aves», explican desde Aemet. Esta puede ser la diferencia entre un gran desastre sin previo aviso o la posiblidad de anunciar fenómenos muy adversos, ya que también detectar la dirección e intensidad del viento.
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