La estación de tren histórica de Salamanca derribada pese a ser monumento BIC

Las instalaciones de la estación de tren de La Fuente de San Esteban, una joya del patrimonio ferroviario, son víctimas de las máquinas y están siendo derribadas según denuncian asociaciones de conservación del patrimonio. La estación es uno de los elementos centrales de la antigua línea de tren entre esta localidad y La Fregeneda, declarada Bien de Interés Cultural hace 25 años, lo que no ha impedido su derribo.

La denuncia ha llegado desde la Federación por el Patrimonio de Castilla y León y se ha hecho eco de la misma la activa Asociación por la Defensa del Patrimonio de Salamanca. En las imágenes se aprecia como una retroexcavadora está derribando antiguas instalaciones del muelle de la estación de ferrocarril y como parte del material ha caído sobre las dos vias.

La estación de La Fuente de San Esteban es uno de los elementos de la declaración BIC de esta conexión ferroviariaria, ramal de la línea que iba a Portugal. Fue inagurada en 1887 y prestó servició hasta el 1 de enero de 1985 cuando se clausuró en el cierre de numerosos tramos, entre ellos, la Ruta de la Plata a su paso por la provincia de Salamanca.

La estación es propiedad de ADIF, como todas las instalaciones ferroviarias de la provincia, tanto en uso como abandonadas. El complejo, donde ya no circulan trenes, está formado por un edificio principal e instalaciones auxiliares, que son las afectadas por el derribo. Sin embargo, y según el expediente de declaración, estos edificios ahora derribados estarían bajo la protección BIC.

La estación de Boadilla-La Fuente tiene este nombre al arrancar en su día en el municipio de Boadilla, ahora anejo de La Fuente de San Esteban; llega hasta La Fregeneda-Barca d'Alva, su punto de entrada en Portugal.

Según su descripción, el edificio principal se compone de tres cuerpos, los extremos de planta baja y de tres pisos el central; todos sus vanos -puertas y ventanas- son adintelados, excepto las tres puertas del cuerpo principal, que llevan arcos.

La estación es el punto de arranque de la bifurcación que se hizo de la conexión ferroviaria entre España y Portugal. Su continuación desde La Fregeneda es ahora el itinerario del Camino de Hierro, un tramo también protegido y cedido por Adif a la Diputación para su nueva función turística.

El abandono de las insfraestructuras ferroviarias de Salamanca es tónica general desde hace años. En la antigua Via de la Plata, para la que se reclama su vuelta al funcionamiento y su entrada en la red europea de transportes, varios tramos se han convertido en vías verdes y se ha levantado carril en otros, como en un tramo de Villares de la Reina dirección Zamora.

No es la única instalación ferroviaria en mal estado, se reparten por toda la provincia y son muy pocas las que han sido recuperadas o conservadas, como ocurre por fortuna con las de La Fregeneda, desde donde parte el Camino de Hierro.

Esta actitud constrasta con los planes que tiene Portugal para su línea más turística, la del Douro. El gobierno luso planea la ampliación del trayecto del tren del Duero hasta la frontera con Salamanca, aunque ahora mismo no hay posibilidad de que se adentre hasta La Fregeneda, convertido el trazado en peatonal; actualmente llega hasta Pocinho y la idea es llevarlo hasta la localidad de Barca d'Alva, fronteriza con la provincia de Salamanca.

Además, la sociedad estatal Infraestruturas de Portugal acaba de adjudicar el contrato para los estudios previos y redacción de proyecto para la reapertura del tramo Pocinho-Barca d'Alva de la línea del Duero; lo ha hecho por algo más de 4 millones de euros y un plazo de dos años. Se espera que para 2027 tenga proyecto y también declaraciones ambientales, que se haya licitado y puedan empezar las obras, presupuestadas en unos 75 millones.

Este tramo, de 28 kilómetros, está cerrado desde hace años y es el que impide que los trenes de pasajeros y el conocido tren turístico lleguen hasta el andén de Barca, al otro lado de la frontera fluvial y con Salamanca a la vista. El proyecto portugués contempla electrificarlo y dotarlo de nueva tecnología GSM-R, la que se usa también en España para líneas convencionales modernizadas. El plan inicial es que el tramo esté abierto en 2027 y que pueda operar incluso con trenes de alta velocidad, aunque ambas cosas son complicadas.

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