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Hacer de la necesidad virtud. Este es el 'clavo ardiendo' al que se agarra la pequeña estación de esquí de La Covatilla, abierta con lo mínimo, sin telesilla operativo ni opción alguna de esquiar más de 250 metros, pero que sigue protagonizando el milagro del invierno. En otra temporada de poca nieve, la estación bejarana despide el Carnaval haciendo caja y con miles de visitantes, cumpliendo según sus gestores con su función de 'tractor' del turismo en la comarca.
Hace unos días ya sorprendió su primer balance de funcionamiento, con unos ingresos de más de 112.000 euros en nueve días de apertura, la mitad, en la cafetería y la tienda. La estación lograba la proeza de sobrevivir con los cafés y el turismo, en una coyuntura difícil y sin poder ofrecer muchas posibilidades para esquiar.
La situación se ha repetido este pasado Carnaval, cuatro días sin colegios, que han dejado un balance óptimo para la estación. Según la concejala delegada de la instalación, la Covatilla ha recibido 15.000 visitantes, mayoría de Andalucía y Portugal, durante el festivo escolar que han generado 74.529 euros de ingresos. Y de nuevo lo ha hecho sacando petróleo de los escasos recursos disponibles.
En estos momentos, la estación está pendiente de reabrir el telesilla necesario para abrir las pistas superiores. Funciona con la pista de debutantes y, a veces, el parque de esquí. Eso totalizan, según su propio parte de nieve, 264 metros esquiables con un espesor medio de 20 centímetros.
Es poco, pero suficiente para iniciar en el esquí a los niños a partir de 1 euro en clases de dos horas para los menores de 4 años y 4 euros para los mayores de esa edad. Eso y la perspectiva de tomar un café y disfrutar de la nieve está salvando a la estación este 2025.
Con ese reducido arsenal, de nuevo el turismo ha tirado de los ingresos. De los 15.000 visitantes, sólo uno de cada diez compró forfait para esquiar y otros 3.500, entradas para la pista de trineos. En total, sólo uno de cada tres esquió durante su estancia. Pero tener abierta la pista de iniciación permite seguir adelante con los Bautismos Blancos, que son fundamentales para la estación y que pagan las instituciones locales. Además, la alta afluencia ha llenado restaurantes y hoteles en la comarca.
Con poca nieve y 260 metros esquiables, los resultados están siendo un bálsamo para la estación, que sufre el castigo de un clima desfavorable y la falta de nieve. Un maná necesario para una estación que vive en el ojo del huracán por la evidencia de que cada vez hay menos nieve y el ruido político en el ayuntamiento, donde gobierno y oposición están enfrentados por su gestión, de titularidad municipal.
De momento, la estación seguirá aferrándose a su futuro con lo poco que tiene y a la espera de más nieve y de poder abrir remontes y telesillas. A pesar de la costosa inversión en su revisión obligatoria, todavía no hay visto bueno de la Junta para utilizarlos y permitir a los esquiadores acceder a la zona superior, donde están las pistas para el esquí de más nivel. Allí es donde se puede esquiar 'de verdad' en este pequeña estación que por ahora se defiende con sólo 264 metros de pistas y poca nieve.
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