La obra para arreglar la carretera entre dos pueblos de Salamanca que no puede tocar muros, nidos y árboles
El proyecto final de mejora del firme en el tramo Lumbrales-Barruecopardo que pasa por Saldeana se centra en la mejora del asfalto tras oponerse medio ambiente a ensanchar la calzada por daño a especies protegidas y cerramientos tradicionales
Un nuevo proyecto ha desbloqueado la mejora de una carretera provincial que llevaba cuatro años esperando el momento para ensanchar su calzada y que se había topado con un problema: un valioso tramo de muros de piedra y arbolado que no se podían tocar.
La Diputación de Salamanca ha aprobado de manera definitiva del proyecto de reparación superficial de firme y señalización de la carretera DSA-573, en el tramo que va de la intersección CL-517 a Barruecopardo por Saldeana. Son unos 15 kilómetros y 1,2 millones de euros que se vieron afectados por una decisión de Medio Ambiente, que instaba a proteger elementos patrimoniales y fauna de parte del trazado.
La carretera une una provincial con la carretera principal que une Saldeana con Barruecopardo. Atraviesa numerosas fincas y parajes donde existe fauna protegida y que están delimitadas con los tradicionales muros de piedra. En otras actuaciones, la presencia de estos muros no ha sido un problema ya que lo habitual era mejorar el firme, pero en este caso se pretendía ensanchar la carretera.
Cuando en torno a 2021 la Diputación inició el proyecto, empezaron los problemas. Esta es una de las grandes obras del plan de carreteras y como tal se incluyó entonces en el listado de las que era necesario arreglar. De hecho, es una de las actuaciones con más presupuesto.
El primer proyecto incluía mejorar el firme y ensanchar la carretera en toda la DSA-573 que comunica Lumbrales y Barruecopardo, pasando por Saldeana. Pero había un tramo de unos tres kilómetros en los que iba a ser necesario retirar algunos árboles y muros para dar el ancho que se requería, además de expropiar las fincas correspondientes.
Cuando se tramitaron los permisos, Medio Ambiente advirtió sobre una condición: no se podían tocar muros ni árboles. En concreto, un dictamen del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Salamanca advertía a la Diputación que cualquier daño causado a los cerramientos de mampostería de piedra «debería ser reparado, siguiendo la tipología de los cerramientos tradicionales» y que, en caso de existir árboles «se conservarán» y, antes de una posible retirada de algún ejemplar, se comprobaría que no albergaban nidos de especies protegidas o amenazadas, en cuyo caso sería necesaria una autorización.
Esta situación encarecería la obra hasta un 60% sobre el presupuesto original, que ya superaba el millón de euros, según dijo en su día la Diputación, porque además de las expropiaciones habría que proceder a reponer los tramos de muro y árboles.
Ante la nula viabilidad económica de la actuación, en agosto del año pasado se aprobó cambiar esa actuación en ese tramo de tres kilómetros, por un refuerzo del firme en toda esa carretera, de unos 15 kilómetros en total. Y ese es el proyecto que ahora se aprueba definitivamente, que se ha licitado para su ejecución y también para los trabajos técnicos de apoyo por 4 meses, más la duración de la obra civil.
