La obra en la carretera entre dos pueblos de Salamanca que afectará a muros de piedra, árboles y un puente
La Diputación expropiará más de 40.000 m2 de fincas a lo largo de 6,5 kilómetros para ensanchar la carretera provincial entre Puebla de Yeltes y El Maíllo
El proyecto para ensanchar una antigua carretera en la sierra de Francia obligará a importantes expropiaciones a lo largo de los más de 6 kilómetros del trayecto. La obra afecta a un tramo de una carretera provincial entre Puebla de Yeltes y El Maíllo y hay que expropiar 42.000 m2 de fincas a ambos lados de la franja para poder ampliar el ancho hasta los 5,5 metros. Eso obligará a eliminar unos 800 metros lineales de muro de piedra, 127 árboles, varias porteras metálicas y alambradas.
La Diputación de Salamanca ha publicado este lunes la lista de expropiaciones necesarias para llevar a cabo el proyecto de mejora de la DSA-342 de Cabrillas a El Casarito, que afecta al tramo que une Puebla de Yeltes y El Maíllo. La obra para ensanchar esta estrecha carretera lleva años sobre la mesa y se detectaron fallos en la línea marcada para expropiar, a ambos lados del actual trazado.
Ahora se ha publicado la lista definitiva que, según el proyecto, afecta a más de 42.000 m2 en sendas franjas laterales a cada lado de la actual carretera para mejorarla. Actualmente tiene 5-5,5 metros pavimentados de manera general, pero el ancho se reduce en algunos pasos y carece casi por completo de arcenes asfaltados. Lo que se va a hacer es ampliar el ancho para poder conseguir arcenes practicables a ambos lados y para conseguir la sección 5/7 también en los estrechamientos en pontones y alcantarillas.
Además, se mejorará la travesía de El Maíllo, unos 700 metros, que tiene una zona inicial ejecutada con aglomerado asfáltico y conforme se penetra en el casco urbano de la localidad, el firme pasa a ser de hormigón, pasando a ser la travesía prácticamente una calle más del pueblo, sin ni siquiera señalización horizontal.
Eso supondrá expropiar numerosas propiedades, fundamentalmente fincas, encinares y tierras de labor en los dos términos municipales de los pueblos afectados y que están unidos por el tramo.
En la expropiación se verán afectados diversos elementos, fundamentalmente, muros de piedra que delimitan fincas y que habrá que eliminar en muchos casos, aunque la mayoría se encuentran en mal estado; serán unos 800 metros lineales.
Además, hay que retirar numeroso arbolado, entre ellos frutales y algunas encinas; y también vallados, espinos y porteras que cierran algunas fincas. Por todo ello habrá que compensar a los numerosos propietarios afectados por la franja que se va a ampliar para mejorar la carretera.
El cambio va a ser sustancial porque el trazado se encuentra actualmente en mal estado, no tiene línea central y se estrecha en algunos puntos, como pasos sobre desagües y alcantarillas, puentes y pequeños puentes, entrada a fincas... El firme está en un estado aceptable, aunque parcheado, no tiene arcén y los márgenes presentan desperfectos, además de dar directamente a la cuneta.