El pequeño embalse de un pueblo de Salamanca que se convertirá en una gran batería eléctrica
El ministerio de Transición pone en marcha un programa de almacenamiento energético en el que la presa de Navamuño, en Candelario, es prioritaria para convertirse en central de bombeo
Convertir las presas estatales en baterías para almacenar energía producida de forma limpia y a bajo coste sin que se escape ni una sola gota de agua. Este es el plan del Gobierno para desarrollar una red nacional de almacenamiento hidráulico de energía a partir de las presas de titularidad estatal donde se generaría electricidad en las denominadas centrales reversibles o de bombeo, una tecnología de última generación que es el futuro de la hidroeléctrica, que ya se aplica en Salamanca y que se implantaría al menos en una presa estatal.
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Estos son los objetivos del programa nacional de almacenamiento hidráulico de energía, que está actualmente en su primera fase y que prevé actuar en 29 presas donde se instalarían centrales de bombeo puro y en otras ocho para bombeo mixto.
En estos momentos está en marcha la adjudicación de un contrato de 3 millones de euros para desarrollar el programa durante los dos próximos años, pero la hoja de ruta ya está trazada. El objetivo es crear una red nacional de instalaciones electrohidráulicas capaces de generar y almacenar energía, hasta 10,5 GW en total, que aportarían al sistema energético del país.
En todos los casos, las candidatas son presas de titularidad del estado y una está en la provincia de Salamanca. Se trata de la de Navamuño, el conocido como embalse de Candelario, que abastece de agua a la zona de Béjar. Pertenece a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) y, a pesar de sus pequeñas dimensiones y capacidad, podría almacenar hasta 2,24 GWh a partir de la generación con turbinas de bombeo.
Según los planes del Ministerio de Transición Ecológica, se instalaría una central de bombeo puro en Navamuño, con opción de que fuera mixta, como se ha hecho recientemente en la de Irueña, la primera presa estatal convertida en central hidroeléctrica que estará en funcionamiento en menos de tres años. En todo caso, el pequeño embalse bejarano está en el grupo de los que son prioritarios en el plan, así que es más que probable que sea de los primeros en adaptarse.
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El embalse de Navamuño en Candelario es una pequeña presa del Estado a 1.200 metros de altura sobre el río Angostura (pertenece a la cuenca del Tajo), con 14 hm3 de capacidad, que abastece a Béjar y doce municipios de la zona, pero que goza además de una gran ventaja: es uno de los lugares de la provincia donde más llueve y que más reservas puede acumular.
La entrada de agua en su presa es permanente por las grandes precipitaciones y también tiene salida constante, ya que se mantiene el caudal ecológico y ya se está aprovechando, de hecho, con una pequeña turbina. Eso simplificará los planes si el ministerio finalmente decide acometer el proyecto de convertir esta pequeña presa en una minicentral reversible que acumule energía.
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Este tipo de centrales son la última apuesta tecnológica en cuanto a generación hidráulica. Son varias las que se están desarrollando en España, pero en Salamanca ya funcionan y fueron clave tras el apagón.
Según el principio de funcionamiento de este tipo de centrales, contar con agua suficiente en el embalse permite acumularla para, cuando haga falta, bombearla hacia arriba y pasarla por las turbinas para generar electricidad. En la mayoría de los casos, ese proceso de 'subir' el agua se hace con energía alternativa, solar o eólica, producida de forma independiente en las propias centrales para este fin.
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En el caso de Navamuño, la instalación es perfecta. Aunque es de poca capacidad, su embalse casi siempre está lleno y ya cuenta con instalaciones capaces de generar energía para ese bombeo, con lo que la adaptación a su nueva función como instalación hidroeléctrica de bombeo sería factible.
Una turbina que es la clave
La clave podría ser la inversión que se hizo en ese sentido en los últimos años en esta pequeña presa que tiene poca capaciad de almacenamiento, pero goza de una cuantiosa precipitación cada año tanto en forma de lluvia como de nieve.
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En 2021, la CHT anunciaba que había instalado en la presa de Candelario una microturbina para la generación de energía hidroeléctrica, que permite aprovechar el caudal ecológico que libera la presa. La maquinaria, con una inversión de 86.553 euros, tiene una doble ventaja. Por un lado, aprovecha el caudal ecológico que sale constantemente, ya que esta presa desagua de forma permanente, para generar electricidad y permite mantener el ecosistema fluvial.
Para su funcionamiento se recurrió a un «by pass» provisto de válvulas automáticas de entrada y de un caudalímetro en la tubería de conexión a la tubería general del desagüe, para que en el caso de parada de la turbina se siga suministrando el caudal ecológico de forma constante.
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Con la generación de electricidad, se logró autoabastecer el funcionamiento de la propia presa y reducir hasta el 100% el coste energético de poner en marcha la turbina y las instalaciones de todo el sistema.
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