La rareza inmobiliaria de Salamanca donde una casa con piscina es más barata que sin ella
El porcentaje a la baja alcanza el 11% y el motivo es claro: una buena distribución urbanística
Los datos del mercado inmobiliario en Salamanca continúan siendo, cuanto menos, peculiares. Una vez más, la provincia rompe la regla. El lujo de darse un baño en una piscina sin salir de casa no es tan inalcanzable en Salamanca.
Mientras en la mayor parte de España disponer de este extra eleva el precio de la vivienda, en la provincia charra sucede al revés: comprar una casa con piscina continúa siendo hasta entre un 11-12 % más barato que una sin ella. Un fenómeno insólito que hace de Salamanca un oasis inmobiliario perfecto para combatir las olas de calor, cada vez más intensas, sin pagar un precio desorbitado.
Así lo reflejan los últimos datos en el portal Idealista, que indican que el aumento del coste total de una vivienda con piscina en la provincia es, a la baja, del 11%, a pesar de no haber un gran número de pisos con piscina frente a la tónica nacional, donde contar con piscina suele implicar un sobreprecio de hasta +65 %, para uno de cada tres pisos que cuenta con una piscina en su casa.
En Salamanca capital actualmente hay 64 anuncios de viviendas con piscina, ya sea comunitaria, compartida con los vecinos o privada, y 456 en toda la provincia con precios que van desde unos 159.000 euros hasta 799.000 euros en los casos más exclusivos. Por barrios, en La Prosperidad los inmuebles se sitúan en torno a los 260.000 euros; en la zona sur, los pisos más caros se encuentran en Vistahermosa, alcanzando hasta 412.000 euros. Por el contrario, en el barrio de Buenos Aires se encuentran los más económicos, con un valor aproximado de 85.000 euros. Hacia el norte, en Capuchinos, los precios rondan los 360.000 euros.
Salamanca mantiene una distribución urbanística que influye positivamente en que los precios de los pisos con piscina sean más baratos. La mayoría se encuentran en los desarrollos de expansión de la ciudad, en barrios o urbanizaciones con zonas comunes, a las afueras donde los precios de la vivienda son más bajos. En cambio, en el centro y en los barrios más antiguos, donde las viviendas son más caras, apenas hay piscinas disponibles.
La tendencia contrasta con lo que ocurre en la mayoría de provincias españolas. En el conjunto del país, contar con piscina supone de media un sobreprecio del 65 %, y en ciudades como Barcelona (+163 %), Teruel (+147 %) o Valencia (+110 %), la diferencia es abismal. Solo A Coruña presenta un comportamiento similar al de Salamanca, con viviendas con piscina un 24 % más baratas que las que no la tienen.
A nivel nacional, las provincias con mayor proporción de pisos con piscina son Alicante (37 %), Málaga (31 %), Palma de Mallorca (23 %), Ciudad Real (19 %) y Logroño (17 %). En el extremo opuesto, en ciudades como Soria, Huesca, Ceuta o Palencia apenas el 1 % de las viviendas cuentan con esta prestación.
Aunque instalar una piscina puede suponer un coste aproximado de 900 €/m² y un mantenimiento anual de 5.000 a 7.000 euros, los expertos estiman que puede revalorizar una vivienda entre un 3 % y un 18 %, dependiendo de su ubicación y del tipo de inmueble.
