La urbanización fantasma en un pueblo de Salamanca que tiene calles, señales y un bosque sin estrenar
Lo que iba a ser una gran promoción de chalets en un municipio del alfoz luce terminada en su totalidad, pero cerrada a falta de las viviendas tras varios intentos de vender los terrenos
Una alta valla y puertas protegen lo que pudo ser una de las grandes urbanizaciones del entorno de Salamanca y que ahora es un gran espacio totalmente listo para acoger un buen número de chalets, tanto, que es lo único que le falta. El resto, calles perfectamente asfaltadas, señales, aceras y un gran bosque, esperan una oportunidad que por ahora no llega pese a los intentos.
El 'crack' del ladrillo arrastra todavía consecuencias a pesar de los años que han pasado y cuando parece que se asoma otra 'burbuja' inmobiliaria, son muchas las promociones de vivienda a medio terminar. Incluso, cuando lo único que falta son los chalets, como es el caso de una urbanización fallida de miles de metros a 10 minutos de Salamanca.
Así luce lo que iba a ser parte de la urbanización Villamagna, en Nuevo Naharros, un pequeño pueblo que fue uno de los que se levantaron para colonizar el campo y que ahora pertenece al municipio de Pelabravo, un término muy extenso. Al margen del casco urbano, Nuevo Naharros, de algo más de 700 habitantes, está formado por numerosos núcleos de casas agrupadas en pequeñas urbanizaciones, de esas llenas de piscinas particulares.
Su desarrollo urbanístico llevó a promover numerosas viviendas en grandes extensiones que replicaban el modelo a escala de las grandes concentraciones de chalets en la cercana Santa Marta. Es el caso de lo que se iba a hacer en un solar paralelo a la carretera de Naharros, no muy lejos del asentamiento principal, frente a una cantera.
Es una zona próxima al regato de la Coba, junto a la urbanización El Jaral, que linda con miles de metros cuadrados de un alto valor, ya que en zonas próximas el terreno urbano listo para construir viviendas unifamiliares se cotiza en torno a los 100 euros el m2. No es la única propiedad en venta por bancos, en la zona se pueden encontrar más terrenos para urbanizar.
Del inmueble llaman la atención varias cosas. En primer lugar, que está totalmente perimetrado y vallado, con puertas de acceso en algunos puntos. Desde fuera, se aprecia el cartel de la inmobiliaria de banco que lo ha tenido en venta.
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De la verja hacia adentro, sorprende el estado de la urbanización, que está totalmente terminada. Las calles, bautizadas todas con nombres de países lationamericanos, están trazadas y forman un mallado típico de urbanización. Lucen perfectamente asfaltadas, en un negro alquitranado que contrasta con el firme desgastado de la antigua carretera de Naharros. También cuenta con todas las señales, verticales y horizontales, incluyendo pasos de peatones. Y aceras totalmente terminadas.
El terreno está totalmente alfombrado por césped bien cuidado y donde no lo hay se alza un enorme bosque de pinos muy crecidos y bien plantados. Los árboles ocupan un alto porcentaje de la superficie total, al margen de viales, con lo que los futuros chalets tendrán que compartir el espacio con el arbolado.
