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La física irlandesa Margaret Murnane y el poeta leonés Antonio Colinas se incorporaron en la mañana de hoy, lunes 19 de junio, al Claustro de doctoras y doctores de la Universidad de Salamanca durante el solemne acto de investidura presidido por el rector, Ricardo Rivero, y celebrado en el Paraninfo de las Escuelas Mayores.
La ceremonia desarrollada en latín, en la que ejercieron de padrino y madrina de los nuevos doctores honoris causa los profesores Carlos Hernández García y María Ángeles Pérez López, del Departamento de Física Aplicada y del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana, respectivamente, contó con la asistencia de numerosas autoridades académicas e institucionales.
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El rector Ricardo Rivero resaltó la importancia de un acto que fusiona el reconocimiento de las dos culturas clásicas de la Universidad, «las Ciencias y las Humanidades, hoy hermanadas en sus dos luminosos azules, con el cielo de igual color, azul, de Salamanca». Margaret Murnane, desde la física óptica, y Antonio Colinas, con la poesía, comparten «la capacidad de mostrarnos la realidad espiritual y material indisociables. El poder transformador de nuestra visión, la inteligencia al fin de este mundo», destacó.
Este es el «sentido profundo del lugar del saber en el que nos encontramos, cultiva a mujeres y a hombres para comprender y para explicar también la realidad», continuó Rivero. Las emociones humanas y el entorno físico son «dos ámbitos clásicos de estudio». Investigación y cultura, «ambos componen el lema de nuestra Universidad, las artes y las ciencias se estudian en Salamanca», recordando, además, que la dedicación al conocimiento es «la seña de identidad de nuestra comunidad universitaria, integrada por personas cuya vida consiste en leer, analizar el mundo y al ser humano. Levantarse cada mañana con el interés de conocer nuestras circunstancias y trasladar a las siguientes generaciones la curiosidad intelectual y el espíritu indagador propio de quienes logran sobresalientes hazañas, como Uds. en sus ámbitos de creatividad, de investigación».
La intervención de Antonio Colinas, tras recibir los atributos como nuevo doctor, comenzó con unas primeras palabras de «profundo agradecimiento hacia las personas e instituciones que lo han hecho posible», así como hacia su mujer e hijos por «su comprensión hacia mi trabajo de más de cincuenta años no exento de pruebas y de muchas dificultades, pero que hoy y aquí se ve tan especialmente recompensado».
El poeta leonés continúo con una semblanza de su vida, ofreciendo una visión desde sus años de juventud hasta el poeta actual, deteniéndose en mostrar cómo, desde el primer momento, reconoce la «contemplación» como el elemento clave que le acompañará en su «largo viaje en el tiempo hacia sí mismo» que le permitirá tornar en poesía a una «voz que no se oía, pero que se sentía en el interior». La contemplación que, Fray Luis de León, otro poeta y profesor de la Universidad de Salamanca «había reconocido como un ponerse en sintonía o armonía con el borrascoso mundo», destacó.
El valor de una contemplación que recogerá en cada uno de sus acercamientos a las obras, clásicas y modernas, a diferentes autores, poetas y filósofos, europeos, americanos y orientales. Desde Hesíodo y Homero hasta Confucio, desde Yeats hasta Octavio Paz, desde Góngora hasta Dante, desde Manuel Aleixandre hasta María Zambrano. Una «sed de cultura viva» propia de la Generación de los 70 o Generación del Lenguaje, a la que Colinas pertenece, que se tradujo, además, en una estrecha sintonía cultural y vínculo con la Universidad de Salamanca.
Un vínculo continuado en el tiempo con el Estudio salmantino, con sus departamentos, facultades y centros de estudios, con sus doctorandos internacionales, profesores y literatos en diferentes encuentros y sesiones académicas vividas en la Universidad a lo largo de los años.
El autor cerró su intervención mostrando su reconocimiento y agradecimiento a la Universidad de Salamanca y poniendo a su disposición su obra y su afecto, «que estas aulas sigan siendo espacio de cultura viva, desde aquí propagada y aquí eternizada. Y desde la creatividad y la investigación fértiles. También los de la palabra inspirada-respirada de los poetas, la poesía como fenómeno que acompaña a los seres humanos desde los orígenes», concluyó.
Durante su discurso, Margaret Murnane manifestó sentirse «profundamente honrada y agradecida por este gran honor de recibir un doctorado honoris causa de la Universidad de Salamanca» y destacó la estrecha colaboración científica que mantiene desde hace ya una década con la USAL. Concretamente, con el Grupo de Investigación en Aplicaciones del Láser y Fotónica en Física Aplicada y Tecnología, al que la científica irlandesa reconoce como «uno de los pocos grupos teóricos del mundo con un profundo conocimiento tanto de la ciencia óptica y láser como de la mecánica cuántica y la física atómica».
Gracias a que esta colaboración con el Estudio salmantino se ha mantenido «fuerte a lo largo del tiempo», se ha posibilitado la realización de tesis doctorales e investigaciones postdoctorales de «un maravilloso grupo de estudiantes tanto de la Universidad de Salamanca como de la Universidad de Colorado Boulder que están prosperando en sus carreras», apuntó.
Las palabras de la física también evocaron un cariñoso recuerdo sobre su infancia en la Irlanda rural y su viaje iniciático hacia la ciencia de manos de su padre, un maestro de escuela que, de niña, la retaba de manera lúdica con acertijos matemáticos que resolver despertando, entonces, su vocación. Así, gracias a «la ayuda y el apoyo de mi familia, mi marido y compañero en la ciencia Henry Kapteyn y mis amigos he podido desarrollar una vida increíble como científica y ofrecer esa misma oportunidad a mis propios alumnos».
Para finalizar, Murnane brindó un breve repaso por su trayectoria académica y por sus primeros logros investigadores para finalizar augurando «un futuro muy brillante para este campo de investigación centrado en la ciencia de rayos X y los láseres ultrarrápidos». Un nuevo conocimiento apoyado en una excelente red mundial de expertos en láseres ultrarrápidos que trabajan en laboratorios punteros de investigación en toda América, Europa y Asia que la científica irlandesa ha contribuido a forjar gracias a su pasión por la física y por la transmisión del saber y del conocimiento.
La propuesta del Departamento de Física Aplicada de nombramiento como doctora honoris causa a la científica Margaret Mary Murnane fue defendida por el profesor Carlos Hernández García. Los trabajos de la profesora Murnane se centran en la ciencia de rayos X y los láseres ultrarrápidos. Sus múltiples descubrimientos han transformado el campo, haciendo posible capturar y manipular la dinámica cuántica en las escalas de tiempo más rápidas relevantes para átomos, moléculas y materiales.
Su investigación se distingue por su innovación, impacto y transversalidad, integrando la tecnología láser como elemento transformador en diversos campos como la óptica, el magnetismo, la química, la ingeniería de materiales o la biología. Sus ideas se han adoptado ampliamente en los mundos de la ciencia y de la industria. De hecho, las fuentes de luz láser basadas en su trabajo se pueden encontrar en la mayoría de las universidades e instituciones de investigación de todo el mundo.
La profesora Margaret Murnane, junto a su marido, el profesor Henry Kapteyn, ha supervisado 62 estudiantes de doctorado hasta la fecha y otros 19 más están trabajando con ellos en la Universidad de Colorado, en Boulder. Además, han supervisado 39 investigadores postdoctorales, consiguiendo crear de esta forma una red de profesionales científicos de primer nivel trabajando en diversos ámbitos, desde la academia a la industria, en América, Europa y Asia.
Por su parte, la candidatura del poeta y novelista leonés Antonio Colinas Lobato fue presentada por el Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana y defendida por la profesora María Ángeles Pérez López, que destacó del autor su dilatada trayectoria literaria, su prolongada vinculación con el Departamento de la USAL, así como la relevancia de sus galardones, entre otros, el Premio Nacional de Literatura (1982) y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2016).
Antonio Colinas es uno de los más grandes poetas españoles del presente, además de uno de los grandes embajadores de la Universidad de Salamanca a la que está unido estrechamente participando generosa y activamente en numerosos eventos culturales promovidos por la institución, además de por su honda cultura e implicación con los valores humanísticos que definen a la Universidad de Salamanca.
La bibliografía de y sobre el escritor confirma que es, a día de hoy, unos de los autores con más obra publicada y más completa, con más de 50 años dedicados a la traducción, al periodismo literario y de opinión y, de modo muy relevante, a la poesía y a la literatura. Sus libros de creación en varios géneros alcanzan en la actualidad, en primera edición, el centenar de títulos. Su obra es conocida y apreciada a nivel nacional e internacional. Ello queda patente en el hecho de que sus obras han sido traducidas a varios idiomas y se hayan realizado de él en torno a una veintena de tesis doctorales en diversas universidades del mundo.
Su obra poética ha sido traducida y reconocida ampliamente en el extranjero, especialmente en Iberoamérica, Extremo Oriente y en los países mediterráneos. Italia es uno de los países que más valora su obra concediéndole los premios más importantes que se le pueden otorgar a un poeta y escritor extranjero, a veces incluso a un escritor español por primera vez, como el LericiPea y el Dante Alighieri, este último entregado en 2019 en el Senado de Roma.
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